Castillo sobrevive al primer intento de la oposición peruana de destituirle
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La derecha y la ultraderecha no lograron apoyos suficiente para debatir la moción
08 dic 2021 . Actualizado a las 20:36 h.Pedro Castillo salva su cargo. El Congreso peruano rechazó este martes una solicitud para discutir la destitución del presidente. La petición había sido interpuesta por partidos de derecha y extrema derecha, pero fue desactivada tras una serie de reuniones mantenidas desde el pasado viernes por el mandatario y agrupaciones de izquierda y centro.
«Hermanos, demos fin a las crisis políticas y trabajemos juntos para lograr un Perú justo y solidario. El pueblo nos ha confiado sus anhelos. No lo defraudemos», reclamó el ultraizquierdista Castillo, agradeciendo que los congresistas «antepusieran» el país a «otros intereses».
La Administración Castillo no ha empezado con buen pie. El maestro rural, de 52 años, perdió, a las pocas semanas de su investidura, la confianza de Perú Libre, la formación marxista que le llevó al poder hace cuatro meses. Fue acusado de introducir en el Gobierno a figuras centristas, después de la salida de los ministros más radicales, para favorecer su supervivencia política.
El partido izquierdista votó, no obstante, en contra de la moción. «Perú Libre reconoce tener discrepancias serias con el gobierno caviar de Pedro Castillo, pero eso no justifica ser partícipe de un golpe de Estado a la democracia, aun cuando esta tenga sus cuestionables defectos», señaló la formación en un comunicado.
«Lo único que ha hecho Pedro Castillo es dinamitar las bases de nuestro Estado», criticó, por el contrario, la congresista Patricia Chirinos, que interpuso la moción de vacancia por supuesta «incapacidad moral» del mandatario, apoyada por el fujimorismo.
Esa petición de vacancia está recogido en la Constitución. Solo había sido utilizada en tres ocasiones entre 1823 y el 2000, pero en los últimos cuatro años ya se han producido cinco mociones que han acabado con la destitución de los presidentes Pedro Pablo Kuczyinski, en el 2018, y Martín Vizcarra, en el 2020.
Los opositores justificaron la solicitud en las supuestas presiones que habrían ejercido el exsecretario de palacio presidencial y el exministro de Defensa para favorecer ascensos de militares afines al Gobierno. La presidencia de Castillo fue puesta también en entredicho por la supuesta financiación irregular de Perú Libre, y por generar «inestabilidad económica» y reanudar relaciones con Cuba y Venezuela.
Fuera de la petición, por cuestión de tiempos, quedaron las reuniones entre Castillo, otros políticos y altos empresarios en un domicilio de la capital. El presidente, cuyo grado de desaprobación es del 57% frente al 75 % del Congreso, considera esos cónclaves personales, mientras que la oposición denuncia la firma de pactos de forma irregular.