El candidato del presidente se retira de la carrera presidencial, en medio de la alianza de la hija del presidente Duterte con el primogénito del dictador Marcos
01 dic 2021 . Actualizado a las 09:22 h.Las candidaturas a las elecciones presidenciales de Filipinas se están convirtiendo en un duelo de los dos clanes familiares que se reparten el poder en el país asiático, los Duterte y los Marcos. Todo un culebrón de amistades rotas a cuenta de la alianza de la hija del actual presidente y el primogénito del fallecido dictador Ferdinand Marcos, a lo que se unió ayer la renuncia a la carrera presidencial del elegido por Rodrigo Duterte a sucederle, Christopher Bong Go.
Go justificó su renuncia en que no está preparado para afrontar la exigente campaña electoral y agregó que su familia tampoco cree que deba postularse a la presidencia. El senador desde el 2019 y estrecho aliado de Duterte explicó asimismo que no quiere que el presidente, de 76 años, tenga que participar en la campaña por temor a causarle un agotamiento excesivo debido a su edad.
Go se presentó primero como candidato a la presidencia en septiembre, luego decidió optar a la vicepresidencia y finalmente volvió a postularse como candidato a presidente el 13 de noviembre.
Juego político
Estos repentinos cambios de estrategia se deben al complicado juego político de Duterte y su hija Sara Duterte-Carpio, que han terminado en bandos separados. El actual presidente, que no puede presentarse por ley a la reelección, se postula como candidato al Senado, mientras que Duterte-Carpio es candidata a vicepresidenta en alianza con Ferdinand Bongbong Marcos, aspirante a la presidencia e hijo del dictador.
Según un sondeo de opinión recogido por Efe, Marcos y Duterte-Carpio son favoritos al recibir el apoyo del 56,7 % de los encuestados, frente al 41,3 % que respalda la candidatura de Leni Robredo, actual vicepresidenta y rival de Rodrigo Duterte. El presidente y el vicepresidente se votan por separado en Filipinas, por lo que puede darse el caso de que pertenezcan a distintos partidos y sean rivales políticos.
Duterte-Carpio parece que busca distanciarse estratégicamente de su padre, que cuenta con un gran apoyo electoral pero también está siendo investigado por la Corte Penal Internacional por supuestos crímenes de lesa humanidad por su sangrienta guerra contra las drogas que ha costado miles de vidas, entre ellas la del coruñés Diego Bello.
Bongbong Marcos, que ha emprendido una campaña de revisionismo para ocultar o minimizar las torturas y las corruptelas cometidas durante el régimen de su padre, era alabado antes por Duterte, pero desde la alianza electoral con su hija ha pasado a criticarlo con dureza.