La cumbre del clima aprueba un acuerdo para limitar el calentamiento global, pero con grandes disparidades entre países
ACTUALIDAD
El objetivo pasa por limitar el incremento en 1,5 grados para el 2100 con respecto a los niveles preindustriales. Los ecologistas consideran el pacto «demasiado pobre»
14 nov 2021 . Actualizado a las 10:18 h.La cumbre del clima de la ONU, más conocida como la COP26, ha aprobado este sábado un acuerdo determinante para mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento global en 1,5 grados para 2100 con respecto a los niveles preindustriales, según informa Efe.
La cumbre de Glasgow necesitó prolongarse un día más sobre la fecha oficial de clausura, pero finalmente se alcanzó un acuerdo clave para limitar el calentamiento. El documento es crucial para mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento global en 1,5 grados para el 2100 con respecto a los niveles preindustriales. El nuevo texto reafirma los objetivos a largo plazo para mantener el incremento global de temperatura media por debajo de los 2 grados y llama hacer los esfuerzos necesarios para limitar ese aumento a 1,5, un nivel que podría reducir significativamente los riesgos e impactos del cambio climático.
No fue fácil alcanzar el acuerdo. En un final de enorme dramatismo, el presidente de la conferencia, Alok Sharma, anunció que el Pacto Climático de Glasgow queda aprobado, después de que la India introdujese a última hora y de forma inesperada un cambio que aleja el final del carbón como fuente de energía. El propio Sharma tuvo que interrumpir sus palabras en dos ocasiones al no poder evitar las lágrimas por la alteración y pidió disculpas por «cómo se ha desarrollado el proceso», según Efe.
La enmienda india fue aprobada por el resto de países, de forma muy reticente, para evitar que las negociaciones se rompieran y se cosechase un fracaso de dimensiones históricas. La India consiguió que la alusión a la «eliminación progresiva» del carbón se convirtiese en una «reducción progresiva», pese a que el texto contenía la gran novedad de aludir por primera vez a la necesidad de acabar con los combustibles fósiles, un punto que suscitó los mayores rechazos en las últimas horas de la negociación.
El acuerdo acelera la acción contra el cambio climático e insta a los países a elevar sus metas de reducción de emisiones durante esta misma década, aunque reconoce que los países tienen «responsabilidades comunes pero diferenciadas». El texto reconoce que limitar el calentamiento a 1,5 grados requiere de «reducciones rápidas, profundas y sostenidas de emisiones globales de gases de efecto invernadero, incluida una reducción de emisiones de dióxido de carbono del 45 % para el 2030 en relación al nivel del 2010». Respecto a la financiación para los países en desarrollo, uno de los puntos que más divergencias ha levantado, el Pacto Climático de Glasgow urge a los estados ricos a doblar «como mínimo» su aportación para la adaptación de los países más desfavorecidos antes del 2025 respecto a los niveles del 2019.
Por su parte, España considera que el Pacto Climático de Glasgow para frenar el calentamiento global es un «paso adelante», pero critica los cambios de última hora que rebajan la ambición sobre el abandono del carbón en la generación energética.
Dichos cambios se refieren a la exigencia impuesta por la India para que se sustituyera el término «abandonar» progresivamente por «reducir» progresivamente. «Creemos que debemos eliminar -no solo reducir- el uso del carbón», señalaron fuentes de la delegación española liderada por la vicepresidenta. Las mismas fuentes consideraron que «el acuerdo representa un paso adelante, no obstante». «Confiamos en que esta senda se pueda reforzar con rapidez, en línea con el resto de los compromisos asumidos en la decisión destinados a reducir las emisiones globales un 45% en el 2030», agregaron.
España ve el pacto como «un paso adelante»
España considera que el Pacto Climático de Glasgow para frenar el calentamiento global es un «paso adelante», pero critica los cambios de última hora que rebajan la ambición sobre el abandono del carbón en la generación energética.
Dichos cambios se refieren a la exigencia impuesta por la India para que se sustituyera el término «abandonar» progresivamente por «reducir» progresivamente. «Creemos que debemos eliminar -no sólo reducir- el uso del carbón», señalaron fuentes de la delegación española liderada por la vicepresidenta.
Las mismas fuentes consideraron que «el acuerdo representa un paso adelante, no obstante».
«Confiamos en que esta senda se pueda reforzar con rapidez, en línea con el resto de los compromisos asumidos en la decisión destinados a reducir las emisiones globales un 45% en 2030», agregaron.
La oposición de los ecologistas
Las organizaciones ecologistas consideran «demasiado pobre» y falto de «compromisos firmes y concretos» para lograr las metas del Acuerdo de París el compromiso alcanzado este sábado en la COP26 de Glasgow para mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento global en 1,5 grados para 2100.
El responsable de Clima de SEO/BirdLife, David Howell, ha señalado desde Glasgow que en conjunto el resultado de la COP26 es «totalmente insuficiente», porque el abandono de los combustibles fósiles y los subsidios asociados aunque figuran «por fin» en el acuerdo final, «está expresado en términos demasiado tímidos como para impulsar la transformación colosal requerida».
En opinión de Howell, la senda del límite del calentamiento global de 1.5 grados en relación a la era preindustrial «está aún lejos», este año se han dado «pasos modestos», cuando cada año toca dar pasos de gigante y corriendo.
En los años siguientes, los pasos tendrán que ser cada vez «más gigantescos y apresurados» y por lo tanto, «costarán cada vez más».
Según Howell, el resultado tampoco es satisfactorio en relación a los «retrasos de la financiación» para los países más necesitados y vulnerables ante la emergencia climática, con la vida y sustento de millones de personas en grave riesgo permanente.
Por su parte, Greenpeace advierte que la decisión de la COP26 «es sumisa, es débil y el objetivo de 1.5 grados apenas está vivo.
Sin embargo, la organización ecologista había destacado que desde la cumbre se había enviado una señal de que la era del carbón está terminando «y eso es importante», si bien la India introdujo a última hora una modificación en la que se habla de «reducción progresiva», en lugar de eliminación del carbón.
La directora de Greenpeace Internacional, Jennifer Morgan, señaló en un comunicado que «aunque el acuerdo reconoce la necesidad de reducir las emisiones en esta década, esos compromisos se han dejado para el año que viene».
«Los jóvenes que han llegado a la edad adulta en una crisis climática no tolerarán muchos más resultados como éste. ¿Por qué deberían hacerlo si están luchando por su futuro?», subrayó Morgan.
El director de Greenpeace para la UE, Jorgo Riss, señaló que «el comportamiento de la UE en la COP26 es la definición de hipocresía y lavado verde».
«Mientras que en Glasgow la UE instó al mundo a tomar medidas climáticas trascendentales, en Bruselas los funcionarios europeos estaban trabajando arduamente para mantener el gas fósil durante las próximas décadas y respaldaron la financiación para la agricultura industrial y otras industrias destructivas», aseguró.
Según Riss, durante las dos semanas de conversaciones sobre el clima, «la Comisión Europea ha apoyado la financiación por vía rápida para nuevas terminales y gaseoductos, y ha calificado el gas, la energía nuclear y la agricultura industrial como sostenibles y elegibles para financiación verde».
Según Amigos de la Tierra, la COP26 ha sido la cumbre «más excluyente de la historia».
La responsable de Justicia Climática de Amigos de la Tierra, Cristina Alonso, señaló que «la falta de ambición en el acuerdo de Glasgow nos conduce a un aumento de la temperatura global muy superior a lo que la ciencia determina y a lo que la sociedad civil de todo el mundo reclama».
«Nos estamos quedando sin tiempo para actuar», concluyó Alonso desde Glasgow.