La vicepresidenta sigue su ronda para unir el espacio a la izquierda del PSOE
13 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.«Será la candidata. No tengas ni la menor duda». Con esta contundencia despejaba una fuente cercana a la dirección de Podemos y con hilo directo con Pablo Iglesias cualquier posibilidad de que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no vaya a ser la candidata del espacio electoral en el que concurra la formación morada a las próximas elecciones, previstas para el 2023.
El final del trayecto está definido, otra cosa bien distinta son los obstáculos que serán necesarios sortear para llegar al mismo. Lo que ambas partes tienen claro es que las aspiraciones electorales de Yolanda Díaz se verían seriamente mermadas sin el apoyo de Podemos, y que el partido liderado por Ione Belarra necesita el nombre de la vicepresidenta gallega en lo más alto de su papeleta para intentar revertir el vertiginoso descenso al que apuntan todos los sondeos.
La clave estará en las condiciones que logren acordar para presentarse a los comicios con las máximas garantías.
Por el momento, Yolanda Díaz opta por mantenerse al margen del proceso de renovación en el que está inmerso Podemos desde la marcha de Pablo Iglesias. Fuentes próximas a la titular de Empleo consultadas por este periódico trasladan que «no quiere saber nada», y que, dejando a un lado las obligaciones gubernamentales, todas sus energías están concentradas en esa ronda de contactos abierta hace unas semanas con líderes de otras formaciones «a la izquierda del PSOE» que está sirviendo como toma de contacto para valorar posibles alianzas de cara a las próximas generales. La primera parada fue Barcelona, donde aprovechó un acto en el El Prat crítico con el proyecto de ampliación del aeropuerto finalmente aparcado por el Ejecutivo para departir con la alcaldesa de la Ciudad Condal y cabeza visible de los comunes, Ada Colau, con la que mantiene una gran sintonía y con la que, a priori, no será complicado llegar a un acuerdo.
Siguiente parada, Valencia
El siguiente destino fue Valencia, en donde tuvo la oportunidad de explicar a Mónica Oltra las líneas maestras de su proyecto para «reconstruir el país». El problema es que en el seno de Compromís no tienen nada claro el papel que debería jugar Podemos dentro de este nuevo espacio emergente. Al fin y al cabo, los valencianos decidieron apostar en los últimos comicios por concurrir junto a Íñigo Errejón y su proyecto de Más País. Y aquí es precisamente donde se presenta uno de los principales nudos. Si hace tan solo unos años la marca Podemos sumaba en casi cualquier territorio del Estado, y en buena parte de ellos comportándose como locomotora, sus aportaciones en la actualidad ya no son tan generosas, por lo que son varias las voces que apuntan a que el partido morado debería integrarse en este nuevo proyecto casi como uno más, o incluso hasta cierto punto diluir por completo su nombre en favor de una nueva plataforma electoral que logre volver a movilizar al electorado más de izquierdas.
Al fin y al cabo, se trataría de reeditar en parte lo vivido hace unos años en Galicia, en donde la marca de Podemos quedó fuera de las papeletas y de los carteles de las generales de diciembre del 2015 en favor de En Marea, nombre en el que la formación morada se acabó integrando junto a Anova, EU, Equo, Espazo Ecosocialista Galego y otras siglas municipalistas como Marea Atlántica, Compostela Aberta, o Ferrol en Común. En aquel proceso electoral los rupturistas obtuvieron seis escaños, uno de los cuales se convirtió en el billete de entrada de Yolanda Díaz al Congreso de los Diputados.
«Suma de partidos y egos»
Los primeros que son conscientes de que Podemos ya no arrastra lo mismo que hace unos años son sus propios dirigentes. Tan solo hace falta mirar lo que ha adelgazado su bancada desde entonces. Por seguir con el microcosmos gallego, pasaron de seis representantes a dos. Otra cosa es lo que estos dirigentes, entre los que se incluyen a la propia Ione Belarra, a Irene Montero, a Juanma del Olmo (uno de los que se quedó sin escaño) o a Rafa Mayoral, estén abiertos a ceder peso dentro de este nuevo espacio. Por el momento no parece que tengan pensado renunciar a la marca, porque en buena parte eso determinará en gran medida los nombres de quienes ocuparán las posiciones de salida en las listas. Fuentes dentro del partido admiten que desde «hace unos meses» el espacio de Unidas Podemos baraja un nuevo nombre con el que concurrir a los próximos comicios, en donde se someterán a su primer examen sin Pablo Iglesias al timón.
Díaz advirtió recientemente en una entrevista en la Ser de los peligros a los que se enfrentan su proyecto: «No debe ser una suma de partidos ni de egos», zanjó.
Errejón vuelve a cerrar la puerta a una integración: «Iniciamos un camino propio»
Pablo Iglesias sondeó en las últimas elecciones generales una integración de Más País en Unidas Podemos con el fin de no dividir el voto de la izquierda. Errejón cerró la puerta. Volvió a intentarlo en las autonómicas de Madrid, obteniendo el mismo resultado. Probablemente Iglesias ya era consciente de lo que sucedería, pero con esta invitación trasladada en público, el exsecretario general de Podemos estaba intentando señalar a su excompañero de partido como el responsable de la falta de consenso.
Errejón volvió a ser cuestionado en los últimos días sobre la posibilidad de que Más País se acabe integrando en esta nueva plataforma que estudia articular Yolanda Díaz. «Pues mire, nosotros iniciamos un camino propio en el año 2019 con unos buenos resultados en Madrid, después continuamos entrando en el Congreso», dijo en TVE, cerrando la puerta a una integración que se antoja imposible, sobre todo después de la publicación de sus memorias, en las que acusa a Podemos de haber implantado un «estalinismo cuqui».
La complicada tarea de levantar puentes en Andalucía con Teresa Rodríguez
Tampoco parece a priori sencillo una comunión en Andalucía entre Teresa Rodríguez, líder de la corriente Anticapitalista dentro de Podemos que decidió romper con el partido en febrero del 2020, al poco de que los morados entraran en el Gobierno. Rodríguez e Iglesias vendieron entonces una «ruptura amistosa» que finalmente acabó en los tribunales tras su expulsión de Adelante Andalucía. Yolanda Díaz tiene en esta plaza andaluza un trabajo considerable para intentar levantar unos puentes que a estas alturas parecen una quimera.
Hasta cuatro listas rivales
La fotografía del momento es que la izquierda concurrirá dividida en tres listas en buena parte de las circunscripciones. Errejón renunció hace dos años a presentarse en las circunscripciones que repartieran menos de siete escaños, para no perjudicar al bloque de izquierdas. Sin embargo, en otros territorios como Andalucía, el peligro es que finalmente coincidan cuatro listas pescando en el mismo caladero.
El experimento de AGE del 2012 en Galicia, nueve escaños y una gran amistad con un joven asesor
Yolanda Díaz ya conoce de primera mano lo que supone crear una nueva plataforma para concurrir a unas elecciones. Alternativa Galega de Esquerda (AGE) fue el nombre con el que Beiras y Díaz bautizaron en el 2012 a la coalición anticapitalista para las elecciones al parlamento gallego fruto del hermanamiento de Anova (que nació como una escisión del BNG), Esquerda Unida (en donde la actual vicepresidenta gallega era la cara más visible), Equo Galicia y Espazo Ecosocialista Galego. Se convirtieron en tercera fuerza, con nueve diputados, insuficientes para apartar a Feijoo del poder, que obtuvo su segunda mayoría absoluta. Pablo Iglesias participó en aquellos comicios como asesor de campaña, en donde tomó buena nota para poner años más tarde Podemos en marcha, y en donde forjó una amistad con Yolanda Díaz que sigue viva.
Pablo Iglesias continúa siendo el gran valedor de la vicepresidenta dentro de la formación morada
Las del 2023 serán las primeras elecciones de Podemos sin Iglesias, quien tras el batacazo del 4 de mayo en Madrid aludió al «desgaste» de su figura entre el electorado como el principal motivo para el abandono de la primera línea política. Tras varios meses alejado de todos los focos, el exvicepresidente reapareció con fuerza para participar en un par de tertulias de radio semanales y con la publicación de varios artículos de opinión en diversos medios. Se trata de espacios en los que aprovecha para dar su opinión, algo que no podía hacer tan libremente cuando tenía responsabilidades de Gobierno, pero también para marcar la línea que algunos cargos todavía en activo replican al día siguiente en sus intervenciones. Iglesias continúa siendo el gran defensor de Díaz dentro de Podemos. Y aunque no tiene cargo, su voz sigue siendo la más influyente.