El concejal Juan Arturo San Gil: «Ves caer las casas, el ruido es horrible y te mueres de miedo»
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«Es sin duda el mayor desastre que ha vivido Canarias. Se nos están cayendo colegios, pabellones, carreteras... y esto no es reconstruirlo y punto. Hay que ver cómo quedaron y esperar a que enfríe la lava. Esto es un drama económico de una dimensión enorme, es mucho más de lo que habíamos previsto. Un desastre total»
21 sep 2021 . Actualizado a las 09:07 h.A Juan Arturo San Gil, concejal de Protección Civil y Seguridad de Santa Cruz de La Palma, la capital de la isla, le echa humo el teléfono. Sin embargo, con ese carácter especial que le atribuyen a los palmeros, trata de poner calma, respirar y resumir qué es lo que se está viviendo en la isla. Explica que el domingo estuvo toda la tarde a pocos kilómetros del volcán y que conforme empezó la erupción, aunque todo estaba más o menos previsto y medido, los palmeros empezaron a entender que «iban a vivir un desastre».
Señala que lo peor fue durante la noche: «Yo, con muchos otros miembros del dispositivo, estábamos en la zona de El Paso, en una carretera, y desde ahí veíamos caer las casas, una tras otra. Eran como misiles. Ves caer las casas, el ruido es horrible y te mueres de miedo», explica. Su voz se entrecorta de la emoción. Pero toma aliento y añade: «Es de noche, pero tú ves caer las casas porque la lava todo lo ilumina. Y lo peor es ese ruido terrible. Con cada casa es como si se rompieran mil platos a la vez, te rompe el alma, se te mete dentro de forma horrible. Te deja helado cada derrumbe».
San Gil, nativo de La Palma, tiene recuerdos de la anterior erupción, la del Teneguía, que vivió cuando tenía nueve años: «Aquello fue un espectáculo, un atractivo turístico, porque no hubo grandes daños. Entonces, lo que preveíamos es que ahora pasase algo así. Pero los viejecitos de la isla ya nos advertían de lo que podía pasar, porque algunos vivieron la erupción del año 1949, la del volcán de San Juan, y sabían que esto puede ser terrible».
El drama de los mayores
El edil, que atendió a La Voz tras salir de la rueda de prensa con Pedro Sánchez, explica también que nadie se esperaba una catástrofe de esta magnitud. «Es sin duda el mayor desastre que ha vivido Canarias. Se nos están cayendo colegios, pabellones, carreteras... y esto no es reconstruirlo y punto. Hay que ver cómo quedaron y esperar a que enfríe la lava. Esto es un drama económico de una dimensión enorme, es mucho más de lo que habíamos previsto. Un desastre total», dice.
Señala que nadie es consciente todavía del panorama al que se van a enfrentar e indica que hay barrios que ya están completamente aislados. «Conforme se acerque a la costa, dependiendo de la trayectoria, se puede llevar muchísimas casas. Me temo que será horrible, porque ya ha arrasado más de cien», indica.
Luego, mira a su entorno más cercano y señala: «Todos tenemos familia y amigos que han perdido ya sus casas, sus fincas y sus cultivos o que han sido desalojados. Estamos viviendo una calamidad». Lamenta la situación de todos y cada uno de los afectados. Pero se le rompe la voz cuando piensa en los mayores: «Tenemos a muchos viejecitos que lo han perdido todo, yo no puedo pensar en ellos sin emocionarme. Me duele en el alma que a estas edades pasen por esto. A todos les estamos intentando dar apoyo, pero el agobio y la desesperación nos pueden».
Muy pendiente de la evolución de las lenguas de lava, San Gil, como sus compañeros, trata de poner su granito de arena para ayudar a los desalojados y para que lleguen los servicios básicos a las zonas que queden aisladas. Dice que si tiene que elegir dos palabras para definir la situación de la isla escoge «angustia y agobio».