Eléctricas, petroleras y gasistas pagarán las primas a las renovables en lugar de los consumidores en sus facturas de la luz, pero avisan de que les repercutirán el coste
14 sep 2021 . Actualizado a las 09:09 h.La ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, respira algo más aliviada desde que el pleno del Congreso de los Diputados rechazara este lunes dos enmiendas a la totalidad del proyecto de ley por el que se creará el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE). Si alguna de ellas hubiera prosperado, el texto habría vuelto a manos del Gobierno para o guardarlo en un cajón o rehacerlo de nuevo para convencer a la oposición. Pero no fue así y el proyecto de ley continuará su tramitación, ahora le toca ir a comisión.
El FNSSE es importante para Ribera. Se trata de la medida estrella diseñada para abaratar la factura de la luz, del orden de un 13 % dentro de cinco años. ¿Cómo? Aligerando costes que se pagan en ella. Concretamente, las primas que el sistema eléctrico, o sea, los consumidores, le siguen pagando a las plantas renovables, a la cogeneración y a las instalaciones de tratamiento de residuos. Algo más de 6.000 millones anuales que desaparecerán del recibo eléctrico. Eso sí, poco a poco, de forma progresiva a lo largo de cinco años. Esa cuantía es la más abultada de cuantas componen los llamados costes regulados que hipotecan buena parte de la factura. Pesa en torno a ese 13 % de ahorro estimado por el ministerio.
Pero que las primas desaparezcan del recibo no quiere decir que las plantas dejen de percibirlas. Seguirán llegando a sus cuentas, pero ya no las pagarán los consumidores de electricidad. No directamente, al menos.
Porque el FNSSE se nutrirá de las aportaciones de todas las compañías que operan en el sector energético. Es decir, las eléctricas, las gasistas y las petroleras. El sector está de uñas contra el Gobierno y ya avanza que esa obligación de pagar las renovables repercutirá en los precios finales de venta de todos los productos energéticos. La luz se abaratará, pero se encarecerán carburantes, gas y butano. Pero es que, paradójicamente, también subirá la electricidad y así lo están avisando ya las compañías a los clientes en las nuevas condiciones de contratación de tarifas: «En el momento en que se realicen aportaciones al FNSSE se repercutirán los costes indirectos correspondientes».
Cálculos de la patronal Sedigas estiman que el gasto energético de cada hogar en Galicia se incrementará de media unos 50 euros al año.
Teresa Ribera defendió en el Congreso que lo justo era repartir los costes de la transición energética entre todos los sectores porque a todos les afectará el proceso hacia un modelo económico sin emisiones. En Alemania, dijo, hay una medida similar: un impuesto suplementario sobre el CO2 con el que financian las renovables y que pagan todos los sectores.
El fondo incluirá exenciones para los productos agrícolas y la pesca, entre otros. Además, conscientes de que las empresas repercutirán ese sobrecoste sobre los consumidores finales, el Gobierno ha diseñado compensaciones para la industria electrointensiva, «básica para el progreso de este país», subrayó la ministra; entre otros.
Enmienda del BNG
Una de las enmiendas a la totalidad del fondo la firmaba el BNG. Su diputado, Néstor Rego, rechaza la medida precisamente porque implicará un incremento de los precios de otros productos energéticos. Rego abogó por crear una empresa pública de electricidad.