ERC lanza un ultimátum a Junts para que no torpedee la mesa de diálogo

Manuel Costoya
M. C. Cereijo REDACCIÓN

ACTUALIDAD

La secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta
La secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta ERC - MARC PUIG

Vilalta acusa de JxCat de intentar «cargarse un elemento útil para la independencia»

13 ago 2021 . Actualizado a las 20:59 h.

ERC y Junts mantienen posiciones antagónicas con la llamada mesa de diálogo con el Gobierno de Pedro Sánchez, «un instrumento útil en el camino de la independencia», en palabras de la portavoz de ERC, Marta Vilalta, que desde Junts entienden como «una farsa que no se puede aguantar dos años más», como señaló el pasado mes de julio la diputada de JxCat Míriam Nogueras.

Estas posiciones encontradas no dejan de ser otro ejemplo más de la soterrada lucha que mantienen las dos formaciones políticas por liderar el secesionismo con estrategias divergentes. ERC está apostando ahora por el posibilismo. Tiene asumido que la independencia ya no es cosa de 18 meses como prometía Puigdemont, sino que va para largo. Y en consecuencia, el Gobierno de Cataluña quiere seguir apretando al Ejecutivo en todo lo que tiene que ver con sus competencias mientras ensancha la base social del independentismo.

A Junts, en cambio, nunca le ha convencido la mesa de diálogo y da por hecho, al igual que la CUP, que fracasará. Considera que se trata de una trampa tendida desde el Ejecuto de Sánchez, que utilizará asuntos tan tangibles como la financiación autonómica, las inversiones y las infraestructuras para sortear la posibilidad de un referendo, la puerta a la independencia que reclaman los secesionistas. Por ello, este jueves Marta Vilalta, secretaria general adjunta de ERC fue muy clara. «Cargarse un instrumento que nos puede ser útil en el camino a la independencia, por no sabemos qué motivos, hace un flaco favor al proyecto», señalaba en una entrevista concedida a Europa Press, un dardo dirigido a los dirigentes de Junts, partido al que acusó de «debilitar la parte catalana».

Villalta considera que esta posición cerrada a lo que pueda suceder en la mesa de diálogo, que previsiblemente se reunirá la tercera semana de septiembre, es un regalo a la estrategia del PSOE, «porque dejan de presionarlo». Confirmó que en las próximas semanas se intentará negociar los representantes catalanes en la mesa. Según Vilalta, los nombres serán pactados entre el Ejecutivo de Aragonès, las formaciones que le dan apoyo, —ERC y Junts— e incluso «puede ser consensuada con la CUP, que forma parte de la mayoría independentista», que ya ha descartado asistir a la cita.

La ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo central, Isabel Rodríguez, fue clara a los pocos días de su nombramiento: el independentismo debería renunciar al referendo y aprender la lección. Sus palabras cayeron como un trueno en la Generalitat. Pero ERC, el lado más pragmático ahora del independentismo, sigue sin renunciar a ello, como recordó veladamente Vilalta al recordar que la delegación catalana en la mesa debe representar al 80 % de la ciudadanía, que según ella, está a favor de una consulta. «Es importante que se evidencie que no solo hay un Ejecutivo formado por dos partidos, sino una amplia mayoría de acuerdo con que se pueda votar un referendo acordado», dijo.

ERC también pidió al PSC, que habla de votar un nuevo Estatuto en Cataluña, que se defina. «O se está al lado de la Generalitat, que es lo que tendrían que hacer, o escoge estar al otro lado». Republicanos y socialistas se necesitan. ERC es un socio estratégico para Sánchez, y ahora el PSC se muestra dispuesto a apoyar los Presupuestos de Aragonès si fallan la CUP y los comunes.