La principal fuerza del Parlamento tunecino acepta elecciones anticipadas con el fin de evitar un régimen autocrático
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Horas antes del anuncio del partido islamista Ennahda, el primer ministro Hichem Mechichi aceptaba su destitución decretada por el presidente
28 jul 2021 . Actualizado a las 09:47 h.El partido islamista Ennahda, principal fuerza del Parlamento tunecino y socio del jefe de Gobierno destituido por el presidente, Kais Saied, aseguró hoy estar preparado para celebrar elecciones anticipadas con el fin de proteger la democracia y evitar un régimen autocrático.
«Ennahda observa con gran preocupación la actual inseguridad y confusión que el golpe ilegal e inconstitucional ha creado en el país. Ahora está claro que el presidente ha trabajado con fuerzas antidemocráticas para anular los derechos constitucionales de los diputados y reemplazarlos por miembros de su propia camarilla», afirmó la formación conservadora en un comunicado refiriéndose a la destitución del jefe del Gobierno por parte del presidente, Kais Saied.
El partido instó a los ciudadanos que defienden sus derechos y libertades a que cesen las protestas en las calles y no permitan que la «contrarrevolución» gane legitimidad con la violencia y el derramamiento de sangre que buscan los «matones organizados».
Traspaso «pacífico» de poderes
Horas antes del anuncio de Ennahda, el primer ministro Hichem Mechichi anunciaba que acepta su destitución, decretada la noche del domingo por el presidente, así como el traspaso «pacífico» de poderes para no convertirse en un elemento «perturbador» que complique todavía más la crisis del país.
Mechichi defendió haber tomado decisiones «impopulares pero necesarias» debido a las limitadas capacidades del Estado y la situación de sus finanzas públicas durante uno de los momentos más difíciles de la historia del país, que arrastra una crisis económica y social «asfixiantes» tras sucesivos gobiernos que no supieron responder a las aspiraciones ciudadanas.
Esta es su primera declaración pública después de que el presidente anunciase su cese, la suspensión de la Asamblea durante 30 días así como la retirada de la inmunidad parlamentaria a todos los diputados «para recuperar la paz social y salvar al Estado», decisión que la mayoría de las fuerzas políticas, calificaron de «golpe de Estado».
Saied argumentó que hacía uso del artículo 80 de la Constitución que le otorga el poder de tomar medidas «excepcionales» ante un «peligro inminente» tras consultar con el jefe de Gobierno y el presidente del Parlamento.
Justo un año antes, el 25 de julio de 2020, el presidente encargó a Mechichi, ministro del Interior desde hacía cinco meses y anteriormente su consejero en asuntos jurídicos, formar un gobierno tecnócrata, lo que supuso el inicio de las tensiones entre los dos responsables.
Túnez inició su transición democrática en 2011 con la llamada Revolución de los Jazmines, que puso fin a dos décadas de la dictadura de Zine El Abidine Ben Ali, y durante la cual se han sucedido un total de diez gobiernos que han agravado todavía más la crisis económica y social.
Tensión política e inestabilidad económica
La agencia de calificación de riesgo Fitch Ratings advirtió que la iniciativa del presidente Said podría dificultar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y disuadir a sus socios occidentales de continuar apoyando al país.
«Las últimas decisiones del Presidente de la República plantean nuevas incertidumbres políticas, sin embargo, creemos que es poco probable que use sus poderes para impulsar medidas difíciles, como recortes en la gran masa salarial del sector público —que en 2020 representó el 17 % del PIB— porque sería impopular y podría generar presión social en su contra », explicó Fitch en un comunicado.
La frágil coalición en el parlamento, las tensiones entre los líderes políticos clave y una oposición social y sindical arraigada contra las medidas de consolidación fiscal han complicado los esfuerzos por mantener una solidez fiscal y el apoyo del FMI, precisó.
La COVID-19, una crisis más
A la crisis política se suma la sanitaria, ya que Túnez está batiendo récords de contagios en los últimos días.
Eso ha llevado al presidente a decretar este martes el cierre, durante los dos próximos días, de las administraciones centrales, servicios externos, autoridades locales y establecimiento públicos de carácter administrativo para permitir a sus responsables la organización de los empleados en turnos de teletrabajo o presenciales para limitar la expansión del viruss.
Esta medida, que podrá ser prolongada, no concierne al Ejército, las fuerzas de seguridad, agentes de la Aduana y empleados de la sanidad pública, explicó la Presidencia de la República en un comunicado.