Sandra Ortega se querella contra José Leyte por apropiación indebida, falsedad documental y administración desleal
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Abre un nuevo frente judicial contra quien fue su mano derecha en Rosp Corunna
16 jul 2021 . Actualizado a las 18:24 h.Nueva batalla judicial entre Sandra Ortega y José Leyte, quien durante 20 años llevó las riendas de Rosp Corunna, el brazo inversor de Rosalía Mera, primero, y de su hija Sandra tras su muerte en el 2013.
Leyte dejó de ser la mano derecha de Sandra Ortega hace ya algún tiempo, en noviembre del año pasado. La razón, ciertos episodios que derivaron en «una pérdida de confianza», según admitían hace algunos días ambas partes, tras saltar a la luz que el finiquito que recibió Leyte tras su marcha de Rosp Corunna estaba dirimiéndose en los tribunales. El antiguo gestor de los negocios de Sandra Ortega recurrió a ellos porque entendió que la cifra que había recibido no era la correcta, que no le habían pagado lo que le correspondía. Leyte reclama una indemnización de empleado normal, acorde a su antigüedad de veinte años en la empresa, mientras que Rosp alega que su contrato era de alta dirección. En este último caso, la indemnización es menor.
Ese juicio ya se ha celebrado y ambas partes están a la espera de conocer la decisión judicial. Pero ahora se ha sabido también que no es ese el único frente que mantienen abierto en los tribunales. Y es que la hija mayor de Amancio Ortega se ha querellado contra el que fue su mano derecha por apropiación indebida, falsedad documental y administración desleal.
Todo parece indicar que la decisión de Sandra Ortega llega después de tener sobre la mesa los resultados del informe forensic -mucho más profundo y laborioso que una auditoría normal- encargado tras la salida de Leyte en noviembre del año pasado.
Las dos querellas, una por apropiación indebida, y otra por administración desleal y falsedad documental, le fueron notificadas al exgestor antes de que se celebrase el juicio laboral. Leyte asegura sentirse «triste» ante una situación que califica de «desagradable». No obstante, afirma sentirse «muy tranquilo» y confiado porque afirma que no ha cometido «ninguna irregularidad».