Es la primera gobernante europea a la que recibe el presidente demócrata
16 jul 2021 . Actualizado a las 09:02 h.La canciller Angela Merkel acudió este jueves a Washington para reunirse con su homólogo estadounidense, Joe Biden. Aunque la Casa Blanca insiste en que se trata de «una visita de trabajo», lo cierto es que adquiere un gran simbolismo al tratarse del último viaje al extranjero que hará Merkel como canciller antes de su retirada de la vida política prevista para septiembre.
Que el destino de este viaje sea Estados Unidos no es casual: tras la victoria de Biden en las presidenciales estadounidenses ambos mandatarios han multiplicado los esfuerzos por recomponer las relaciones trasatlánticas -muy dañadas después de la era Trump- y estrechar lazos de nuevo antes de la salida de Merkel.
Ambos países son socios tradicionales y la invitación de Biden supone un gesto para «agradecer» a Merkel «el papel de liderazgo» que ha asumido en Europa y todo el mundo, ahora que se «prepara para abandonar el escenario político alemán», dijo una alta funcionaria estadounidense.
Merkel se reunió en primer lugar con la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, con quien mostró buena sintonía durante un almuerzo de trabajo. Lo hizo horas antes de su encuentro con Biden y de convertirse en la primera gobernante europea a la que el presidente estadounidense recibe en la Casa Blanca desde que llegó al poder en enero.
Los temas a tratar entre ambos líderes son diversos: desde el cambio climático o la distribución de las vacunas contra el covid-19 hasta el futuro de Afganistán -en momentos en que las tropas estadounidenses, alemanas y de otros países abandonan el país- pasando por las amenazas yihadistas en la región africana del Sahel.
Pero no todo es sintonía. También habrá tiempo para hablar de un tema que genera fuertes fricciones entre ambos países: el gasoducto Nordstream 2, cuya construcción está a punto de concluir. La canalización proveerá de gas ruso a Alemania, lo que hace temer a EE.UU. por la creciente influencia que puede tener en Europa un Moscú cada vez más hostil.
La posición de Biden al respecto empezó siendo de total confrontación con el Gobierno de Merkel. Sin embargo el tono cambió en mayo, cuando su Administración renunció a la amenaza de sanciones tras concluir que era demasiado tarde para detener su avance y que era mejor buscar la cooperación con Alemania.
Biden quiere poner sobre la mesa sus «preocupaciones», según funcionarios estadounidenses, pero es evidente que no espera mucha reacción de Merkel, que se ha negado desde el principio a modificar el proyecto.
Así, parece probable que el espinoso tema de las relaciones con Moscú quede de nuevo aparcado y sea el próximo canciller alemán que salga de las elecciones del 26 de septiembre quien tenga que lidiar con Biden sobre este asunto. En sus más de 15 años en la Cancillería, Merkel ha tratado con cuatro presidentes estadounidenses. En una reciente entrevista con el medio alemán DW, George W. Bush elogió «la dignidad» de la canciller.
Además, los dos líderes tenían en su agenda los «ciberataques y agresiones territoriales» desde Rusia, el conflicto de Ucrania con Moscú y la «lucha contra la creciente influencia de China».