Mariano Barbacid: «Vivimos una época dorada en los tratamientos contra el cáncer»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

El investigador Mariano Barbacid
El investigador Mariano Barbacid Álvaro Ballesteros

Asegura que los esfuerzos también deben dirigirse al diagnóstico temprano

04 jul 2021 . Actualizado a las 10:12 h.

Mariano Barbacid (Madrid, 1949) es historia viva de la investigación contra el cáncer en España. Fundador y primer director del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), fue responsable en su época en Estados Unidos del aislamiento del primer oncogén humano y de la identificación de la primera mutación asociada con el desarrollo de un cáncer, lo que al cabo de los años dio pie a las actuales terapias dirigidas contra la enfermedad, uno de los grandes avances en el tratamiento. A sus 71 años sigue trabajando «con más ilusión que nunca» y una de sus últimos trabajos supone la gran esperanza para tratar el cáncer de páncreas, uno de los más duros. Barbacid participará el próximo viernes en las jornadas Avances contra o Canco organizadas por la Real Academia Galega de Ciencias (RAGC).

-Estamos asistiendo a la explosión de la inmunoterapia y de las terapias dirigidas. ¿Vivimos una época dorada en los tratamientos contra el cáncer?

-Soy una persona a la que no le gusta exagerar, pero creo que no es exagerado decirlo. Los hechos indican que desde que empezó este siglo prácticamente todas las terapias que se han aprobado o son dirigidas, que es la medicina de predicción, o inmunoterapias, que se aprobaron a partir del 2014. Y son dos aproximaciones completamente distintas.

-Explique sus diferencias.

-En las terapias dirigidas lo que se hace es diseñar fármacos frente a mutaciones que inician o contribuyen al desarrollo tumoral. La inmunoterapia es todo lo contrario, ya que lo que se quiere es que haya muchas mutaciones para que haya muchos antígenos y los anticuerpos puedan atacar mejor al tumor, sobre todo las células T.

-Usted en cierto modo fue el pionero de las terapias dirigidas.

-En cierto modo, sí, porque mi grupo y otros americanos descubrimos la primera mutación asociada a un cáncer. En este sentido, sí, pero en el de desarrollar un fármaco, no. Y le voy a contar la anécdota, porque para este oncogén, que se descubrió en 1982, no ha habido un fármaco hasta el mes pasado. Han tardado 39 años en desarrollarlo.

-¿Ese es el reto?, ¿no solo descubrir las mutaciones de los tumores, sino encontrar fármacos específicos para tratarlas?

-Usted ha puesto el dedo en la llaga. Ese es el gran reto. Gracias a la ultrasecuenciación, que ha permitido identificar el ADN de miles de tumores, ya conocemos casi todas mutaciones asociadas a ellos. Ya conocemos a todos los malos de la película, por decirlo así, que son los genes que participan en los tumores, pero para hacer fármacos selectivos para cada uno de ellos nos va a llevar mucho tiempo.

-Y usted y su equipo han demostrado que no solo basta con inhibir su actividad, sino que en algunos casos hay que destruirlos.

-Nosotros hemos descubierto una diana para los tumores con el oncogén Kras, que se llama Rass-1. La eliminamos en ratones y vimos un efecto terapéutico importante. Pero desgraciadamente no existen fármacos contra esta proteína, porque esta diana hay que eliminarla, no basta con inhibirla.

-En uno de sus últimos trabajos logro eliminar el cáncer de páncreas es ratones. ¿Queda mucho para lograrlo en humanos?

-Es importante no levantar las campanas al vuelo porque este es un proceso muy largo y tampoco lo podríamos aplicar en la clínica porque todavía no hay fármacos para una de las dianas (la mutación) que hemos descubierto, que además es la principal.

-¿No hay plazos?

-El récord de velocidad a la hora de desarrollar un fármaco después de haber identificado la diana terapéutica fue para el melanoma y se tardó ocho años desde que se descubrió la mutación y se aprobó el compuesto. Ese es el tiempo récord. Así que calcule y a ver si tenemos suerte.

-¿Veremos la cura del cáncer o al menos su cronificación?

-No quiere pecar de pesimista ni dar un mensaje negativo. Algún día, seguramente. Pero lo que quiero dejar como mensaje positivo, y se lo puedo garantizar, es que dentro de diez años vamos a estar mejor que ahora, como ahora estamos mucho mejor que hace diez años.

-Para lograrlo, tan importante o más que la terapia es un diagnóstico temprano. ¿Es así?

-Totalmente. Si se diagnostica antes de que haya metastatizado, ese tumor es operable y, por lo tanto, se puede extirpar. Y si se quita esa persona se ha curado. Por eso es muy importante el desarrollo de políticas y técnicas que permitan avanzar en la detección temprana, que es lo que te puede salvar la vida. En lugar de pensar en cronificar el cáncer, lo ideal sería detectarlo de forma temprana, porque ahí es cuando sí podemos curarlo. Muerto el perro se acabó la rabia.

«Hay buenos investigadores, pero falta masa crítica»

 

 

Mariano Barbacid defiende la calidad de los investigadores españoles en cáncer, pero asegura que hace falta «más masa crítica».

-Durante el covid se han dejado de hacer diagnósticos de cáncer. ¿Lo acabaremos pagando?

-Evidentemente. Tengo muchos colegas que me lo comentan y claro que va a haber casos de personas que se podían haber salvado con un diagnóstico precoz que no se les ha hecho. Con la situación actual ya no se justifica el retraso en la diagnosis.

-Usted tuvo problemas con dos ministros. ¿Pensó en dejarlo?

-En absoluto. Bueno, en tiempos tan pretéritos como el de Celia Villalobos sí, porque ella cortó la financiación para la creación del CNIO cuando estaba a medio hacer. Si Aznar no la hubiera relevado por Ana Pastor, pues sí que habría regresado a EE.UU.

-Pero también los tuvo con Cristina Garmendia.

-Tuve una discusión porque en ese momento se había descubierto una mutación importante en un programa de investigación en fármacos y ella lo cercenó. Después de dejar la dirección ya seguí con mi grupo, porque nunca dejé de investigar. Lo de Cristina Garmendia no fue nada importante.

-¿Sigue con la misma ilusión?

-Absolutamente, de eso no le quepa la menor duda. Ya le digo, lo de Cristina Garmendia fue un pequeño rifirrafe que no tuvo mayor relevancia. Lo que pasa es que yo he sido muy peleón. Nací en la Dictadura y nunca me ha gustado que me callen. Cuando tengo que hablar lo hago y hay veces que sienta mejor y otras peor.

-Usted es muy combativo con la falta de financiación. ¿Los científicos españoles investigan por encima de sus posibilidades?

-Hay un grupo bueno de investigadores, pero somos muy pocos y los presupuestos son cada vez más limitados. En España siempre nos ha pasado eso. Tenemos a gente buena, pero siempre nos ha faltado una masa crítica de investigadores por falta de financiación.

-Y para los proyectos de cáncer no hay una financiación propia.

-Ahora se está luchando para que exista una financiación específica para los proyectos contra el cáncer. A ver qué pasa cuando lleguen los miles de millones de Europa.

-¿Es optimista?

-Ni optimista ni pesimista, me considero realista y la realidad es que la cosa ahora está muy mal, pero también que hay que tener esperanza con los fondos europeos.