El luso será reelegido el 18 de junio por otros cinco años como secretario general «para combatir todas las crisis»
13 jun 2021 . Actualizado a las 10:28 h.El próximo día 18, el portugués António Guterres será reelegido para un segundo mandato, de cinco años más, como secretario general de la ONU en la Asamblea General de las Naciones Unidas, tras ser recomendada su reelección por unanimidad por el Consejo de Seguridad del organismo. Si a finales del 2016, cuando se anunció su primer nombramiento, su objetivo prioritario eran «los más vulnerables de la sociedad y los refugiados», como subrayó en su primer discurso, cinco años después Guterres quiere dejar los despachos, viajar más, volver al terreno de los conflictos para «combatir todas las crisis, guerras y conflictos que nos acechan», como ha confirmado tras hacerse público el aval del Consejo de Seguridad del organismo internacional. La lucha contra las alteraciones climáticas continuará siendo otra de sus grandes prioridades.
Su última oportunidad
Guterres se siente como pez en el agua en el terreno, conociendo y viendo in situ los problemas e intentando mediar con las diferentes partes en conflicto. Sus detractores le achacan que en este primer mandato, a punto de concluir, no se han visto resultados evidentes ni ninguna victoria diplomática en los numerosos conflictos y guerras, como la de Yemen, Mali o Siria, o el étnico, que sufre la minoría rohinyá, por parte de los militares de Birmania. La pandemia ha agravado aún más algunos de estos conflictos al haberse reducido los viajes de las delegaciones de la ONU desde marzo del 2020. Sus más directos colaboradores insisten en que hasta la salida de Donald Trump de la Casa Blanca hace unos meses, dirigió gran parte de sus esfuerzos a «intentar aminorar los dramáticos efectos de la política unilateral llevada a cabo por el expresidente estadounidense, que modificó sustancialmente el equilibrio geoestratégico del globo».
El actual secretario General de las Naciones Unidas sabe que el segundo mandato es su última oportunidad de demostrar su efectividad en la solución de las grandes crisis bélicas y migratorias. António Guterres se ampara para demostrarlo en su currículo, en la lucha por la defensa de los más necesitados, desde muy joven, en el papel desempeñado como alto comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y como primer ministro de Portugal entre 1995 y el 2001.
Ante las críticas de diversas ONG internacionales, como Human Rights Watch, de no haber hecho bastante para defender los derechos humanos de las personas vulnerables que sufren persecuciones, habitan en lugares de conflicto, o donde no hay democracia plena, como Rusia y China, Guterres ha respondido: «Para ser eficientes tenemos que ser discretos y establecer canales de comunicación en los bastidores entre las diferentes partes en conflicto», porque, a su entender, «esos canales son los que permiten a menudo evitar más luchas y encontrar soluciones». El tiempo dirá si con el arma de la discreción y su hacer diplomático, Guterres consigue sus objetivos.
Defensor de los más necesitados y amigo de Rebelo de Sousa
El noveno secretario general de la ONU, António Guterres (Lisboa, 30 de abril de 1949), comenzó desde muy joven a labrarse un perfil conciliador, de defensor de los necesitados. Se licenció en los 60 en Ingeniería Física y Electrónica con las máximas calificaciones. Fue primer ministro de Portugal con el Partido Socialista entre 1995 y el 2001 y es un gran amigo del presidente luso, Rebelo de Sousa.