Triunfo agridulce para el partido de López Obrador tras una campaña cruenta
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El movimiento oficialista logró retener la mayoría en la Cámara de Diputados pero perdió la capacidad para reformar la Constitución
08 jun 2021 . Actualizado a las 09:08 h.Problemas para Andrés Manuel López Obrador. Su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ganó los comicios, pero perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados tras las elecciones del pasado domingo. Los comicios habían sido vistos como una evaluación de la popularidad del presidente, tres años después de arrasar en las urnas. Estos resultados reducen el poder político del López Obrador, que restó este lunes importancia a la nueva configuración parlamentaria.
«Lo que más me apuraba era que pasara la elección sin incidentes. Que se hiciera valer la democracia, eso era lo que más me importaba, y estuvimos muy pendientes para evitar la violencia, para dar garantías a la gente para que saliera a votar sin temor. Si a eso se le añade el resultado, que va a favorecer el que continúe la transformación de México, pueden imaginarse que estoy feliz, feliz, feliz», dijo durante su rueda de prensa matutina, después de que alrededor del 52 % de los votantes acudiese a las urnas, cuando la media reciente en la participación es del 45 %, tras una campaña muy violenta, en la que 91 políticos, entre ellos 36 aspirantes a puestos de elección popular, fueron asesinados.
El oficialismo seguirá teniendo mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, contando con los -a falta de confirmación oficial- 197 asientos conseguidos por Morena -eran 256 hasta ahora- y los escaños de los aliados Partido Verde (44) y Partido del Trabajo (38), pero sí pierde, definitivamente, la mayoría cualificada de dos tercios en la Cámara, necesaria para que López Obrador pueda finalizar su proyecto político, que exige cambios constitucionales.
El apoyo a la oposición, que ha acudido unida a las elecciones, a pesar de tener ideologías contrarias, ha crecido, pero no lo suficiente como para enfrentarse con garantías al oficialismo en el 2024. El conservador Partido Acción Nacional crece 34 escaños, hasta los 111, y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que dominó la política mexicana durante el siglo XX, sube 21 escaños, hasta los 69.
Morena sí ha conseguido imponerse en las elecciones a gobernador estatal, consiguiendo, al menos, nueve de los 15 puestos en juego, y aumentando considerablemente su poder en las regiones. Sin embargo, pierde fuerza en Ciudad de México, considerado un bastión de la izquierda desde 1997. Morena ha ganado apenas seis de las alcaldías locales que conforman la capital, ante las nueve conseguidas por la coalición de la oposición.
El presidente destacó este lunes que, en el caso de la capital, «hay que tener en cuenta que aquí hay más medios de comunicación», denunciando una «guerra sucia».
Esa derrota afecta, además, a dos de los principales aspirantes os a suceder a López Obrador como candidatos a presidente en el 2024, unos comicios en los que no estará el actual líder mexicano, ya que en el país no está permitida la reelección.
Efecto en los aspirantes
Los resultados del domingo afectan a Claudia Sheinbaum, alcaldesa de ciudad de México por Morena, y al actual ministro de Exteriores, Marcelo Ebrard, visto por parte de la población como uno de los responsables del accidente del metro que dejó 26 muertos el mes pasado, tras haber supervisado las obras cuando fue regidor capitalino.
Pero antes de la cita del 2024 se dará otra igualmente importante. AMLO prometió en campaña someter su puesto a referendo, y sigue decidido a hacerlo en el 2022. «Viene la revocación de mandato, y a eso me someto. Si la gente dice ‘ya no queremos que continúe el presidente, que renuncie’, vámonos, a Palenque», volvió a decir este lunes, asegurando que se jubilará cuando termine su sexenio y que solo continuará hasta el 2024 si tiene el apoyo de la gente y está bien de salud.
El nuevo panorama de la Cámara de diputados, con menos influencia de Morena, ha llevado a parte de los analistas a pensar que el presidente podría hacer un mayor uso de los decretos, o incluso de las consultas populares, para poder cumplir su agenda.