Calvo da por hecho el indulto a los presos del «procés y dice que al PSOE solo lo representa la ejecutiva
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La ANC ve nefasta para el movimiento independentista la posible concesión de la medida de gracia y Cuixart reitera que lo «volvería a hacer»
29 may 2021 . Actualizado a las 10:40 h.El Gobierno manifiesta cada vez más claramente su voluntad de indultar a los presos del procés pese a los informes en contra de la Fiscalía y del Tribunal Supremo. Y sus miembros tratan de hacer pedagogía en cada intervención pública sobre este asunto, apelando a conceptos como la concordia, el reencuentro, el diálogo o la necesidad de superar un largo conflicto en Cataluña. Aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, eludió referirse a los indultos, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, los dio por hechos y aseguró que darán «estabilidad» y permitirán «pasar página» después de años de «turbulencias» que, según dijo, «forman parte del pasado y corresponden a los errores que cometió el PP».
Pero las críticas al Gobierno proceden también de un amplio sector del PSOE, contrario a conceder la medida de gracia por no haber arrepentimiento. Calvo ignoró esas críticas de, entre otros, el exvicepresidente del Gobierno Felipe González o algunos barones socialistas como Emiliano García-Page o Guillermo Fernández Vara, que redujo a la categoría de «opiniones particulares respetables» porque la opinión del PSOE es «la que marca la ejecutiva federal y el secretario general» y los «representantes» del partido son los que «han sido elegidos por las bases». Ante la posibilidad de una decisión contraria al criterio del Supremo, afirmó que el indulto es una facultad del Gobierno que «nada tiene que ver con el Poder Judicial» y es algo que existe en todas las democracias. Los principales dirigentes de la ejecutiva del PSOE salieron ayer en tromba para contrarrestar las críticas de algunos barones y apoyar públicamente los indultos apelando a la necesidad de «sanar heridas», de «ser valientes» y de trabajar por «el bien común por encima del bien propio».
«Nada que ver» con los jueces
Pero, a la intención del Gobierno de apelar a la necesidad de «pasar página» no ayudan declaraciones como la del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, uno de los que se beneficiarían del indulto. «Por supuesto que no me arrepiento y por supuesto que lo volveré a hacer», señaló en una entrevista en RAC1. «Claro que lo volveré a hacer. Nosotros ni nos arrepentimos ni consideramos que esa sea la solución», dijo, tras asegurar que «el indulto es chutar la pelota hacia adelante» y cerrar «en falso el conflicto». En un mensaje en las redes sociales, indicó también que su voluntad «como preso político» no es «salir de la cárcel», sino «la resolución del conflicto» con «una amnistía como respuesta colectiva, en lugar del indulto como solución individual».
Las palabras de Cuixart son especialmente relevantes porque el informe del Supremo se basaba precisamente en la respuesta que dio cuando el tribunal requirió su opinión sobre la posibilidad del inculto, en la que no mostraba el mínimo arrepentimiento, para concluir que esas palabras son «la mejor expresión de las razones por las que el indulto se presenta como una solución inaceptable».
Puede tener «efecto perverso»
La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, que sustituyó en el cargo a otro de los condenados por sedición, Jordi Sànchez, se desmarcó de los posibles indultos porque, según dijo, políticamente «desarman» al independentismo e «internacionalmente son nefastos». Si llegan, insistió, no serán «ningún éxito porque muestran «al Estado como benevolente y pueden tener el efecto perverso de retardar las causas».
Alfonso Guerra afirma que conceder la medida de gracia sería «un acto ilegal»
G.B.
La batalla interna en el seno del PSOE a costa de los indultos se recrudece. El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra se sumó ayer a los críticos con la posición del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Pero fue más lejos de lo que hasta ahora había ido ningún socialista, porque, además de afirmar que «políticamente es indeseable» conceder la medida de gracia, añadió que aprobar un indulto tras el informe contrario del Tribunal Supremo sería «un acto ilegal».
«Hay en la opinión pública instalada una idea muy equivocada, en los medios de comunicación y hasta en el Gobierno, y es que piensan, dicen, que los indultos son de libre disposición del Gobierno, que los puede decidir el Gobierno como quiera, y eso no es verdad», explicó.
No se cumplen las condiciones
Según el criterio del exvicepresidente del Gobierno, la ley que regula el indulto «establece unas condiciones para que se pueda llevar la decisión al Gobierno, y luego el Gobierno tiene la capacidad de decisión». Pero en el artículo 25 de esa ley se establece, según dijo, que el tribunal sancionador, «el que juzgó» a los condenados objeto de indulto, «debe decir si se cumplen o no las condiciones que establece la ley». Y en ese informe deberían «especificarse las pruebas o indicios que hayan podido observarse del arrepentimiento del penado». Pero, según Guerra «el tribunal sancionador lo ha dicho con toda claridad: no hay arrepentimiento». Incluso, destacó, algunas de las personas penadas «han llegado al colmo» cuando el tribunal les ha solicitado «si tenían algo que añadir, y han dicho que ‘no tengo nada de qué arrepentirme y lo haré otra vez'». «Esa es la condición contraria de la que exige la ley para dar el indulto», concluyó.
El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, se desmarcó de las críticas de otros barones socialistas al indulto y añadió un nuevo argumento para apoyar al Gobierno. Advirtió de que se trata de «una cuestión de Estado» e insistió en que «ahora es el tiempo de la política» porque «el tiempo de la justicia ya fue». Aseguró que «una deriva de mayor confrontación y bipolaridad de la sociedad española» en torno al indulto afectaría a la salida de la crisis. «No hay otra vía que la de la cooperación, el diálogo y el reencuentro», señaló al ser preguntado por el rechazo del expresidente del Gobierno socialista Felipe González a indultar a los presos.
«Creo que el Gobierno tiene el derecho y la obligación de pilotar la recuperación del diálogo», señaló Puig, que consideró que para ello «es fundamental la confianza en el Gobierno». El líder valenciano instó a «empatizar» con Cataluña. «Hay que respetar lo que votan los ciudadanos. En Cataluña y en Madrid», dijo, y sostuvo que plantear los indultos es «una visión acertada teniendo en cuenta que los condenados llevan cuatro años en la cárcel».
El exministro de Interior del PSOE José Barrionuevo rechazó que el indulto que le concedió el Gobierno del expresidente José María Aznar en 1998 tenga algo que ver con el que se les podría conceder a los líderes del procés. Se parecen «como un huevo a una castaña, en nada», señaló al ser preguntado. En una entrevista en el la cadena Cope recogida por Europa Press, Barrionuevo explicó que, en su caso, los once magistrados del Tribunal Supremo se manifestaron a favor de concederle el indulto y que incluso su condena había sido apoyada solamente por «siete magistrados» frente a «cuatro» que emitieron voto particular. Barrionuevo, que fue condenado a una pena de 10 años prisión por el secuestro del empresario Segundo Marey junto al ex director general de la Seguridad del Estado Rafael Vera por los delitos de secuestro y malversación, recordó además que en la concesión de su indulto «estuvieron de acuerdo» los «tres principales partidos» políticos del momento. «El PP» de José María Aznar que «lo concedió», el PSOE «que era mi partido» y también la «Convergencia Democrática de Jordi Pujol».
Al ser preguntado sobre si estaría de acuerdo con indultar a los líderes del procés, respondió que «es evidente que no» y que coincide «mucho» con la opinión del expresidente González. «Las concesiones y la complacencia no dan resultado para llevarse bien», con el independentismo, señaló.