Una alianza con el partido de Macron para frenar a los ultras fractura a la derecha francesa

La Voz AGENCIAS

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El presidente Emmanuel Macron, el pasado domingo
El presidente Emmanuel Macron, el pasado domingo Ludovic Marin / Pool | Reuters

Los Republicanos temen que una candidatura conjunta con La República en Marcha en las regionales elimine sus posibilidades como alternativa de gobierno en el 2022

04 may 2021 . Actualizado a las 10:33 h.

El anuncio de una candidatura común para las elecciones regionales de junio entre el partido conservador Los Republicanos y La República en Marcha, del presidente Emmanuel Macron, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul agitó este lunes la política nacional de Francia al ser interpretada como reflejo de la división de la derecha.

La decisión está impulsada para frenar las posibilidades de la ultraderecha, pero ese cordón sanitario que habitualmente alía a formaciones de distintos colores en contra de la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen ha hecho saltar las alarmas a un año de las presidenciales.

El acuerdo establece que la candidata de La República en Marcha (LREM), Sophie Cluzel, se suma a la candidatura del conservador Renaud Muselier, que queda como cabeza de lista y a quien este paso le ha valido que su propio partido le retire su apoyo. 

Consejo estratégico

Los Republicanos (LR) celebrarán este martes un consejo estratégico para analizar su hoja de ruta de cara a los comicios regionales, que en diciembre del 2015 le dieron la victoria al conservador Christian Estrosi frente a la ultraderechista Marion Maréchal-Le Pen.

En una entrevista al periódico Le Journal du Dimanche, el propio primer ministro francés, Jean Castex, anunció este lunes esa unión de fuerzas que según él «es un ejemplo de la recomposición política». «El país está en crisis, la mayoría presidencial actúa, debe ampliarse y saber federar», añadió. 

El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, que antes de sumarse a LREM militó en Los Republicanos y en la antigua UMP, de la que surgió LR, señaló que esa alianza sella el divorcio entre «dos derechas irreconciliables». Esa fractura, según dijo, se fraguó en la segunda vuelta de las presidenciales del 2017, «cuando algunos rechazaron elegir entre el (entonces) Frente Nacional y Emmanuel Macron y otros optaron por apoyar a Macron».

La derecha tiene miedo de que haber aceptado esta mano tendida de LREM elimine sus posibilidades como alternativa de gobierno. El diario Le Monde estima que ese partido lleva tiempo intentando demostrar «desesperadamente en vano» que el jefe de Estado francés no es de derechas o no lo es «lo suficiente». 

«Si nos aliamos con LREM ahora diciendo que hay que luchar contra la Agrupación Nacional y en las presidenciales presentamos un candidato con el mismo argumento no va a funcionar», indicó en ese rotativo la diputada conservadora Annie Genevard.

Muselier, de 61 años, es presidente de la región Provenza-Alpes-Costa Azul desde la dimisión de Estrosi en el 2017. Cluzel, de 60, es la actual secretaria de Estado para las Personas Discapacitadas, y sus posibilidades electorales en esa zona tenían mucho menos peso.

Al difuminar las diferencias entre el partido de Macron y la derecha, según sus detractores, se puede llegar a polarizar a los conservadores, aliando a los moderados junto al actual presidente y a los más radicales junto a la ultraderecha.

«Van a aprovechar la región del sur para validar su estrategia a nivel nacional», denunció en Le Monde el diputado conservador Éric Pauget, mientras que el también conservador Éric Ciotti alertó también hoy de que es un juego «extremadamente peligroso», que puede acabar por darle la victoria a Marine Le Pen, informa Efe.