Los conservadores alemanes eligen al centrista Laschet para relevar a Merkel
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Su rival, el derechista Söder, dio la batalla hasta el último momento, amparado por las bases del partido y por las encuestas
20 abr 2021 . Actualizado a las 20:23 h.Su nombre es Armin Laschet, es el presidente regional del estado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país, y a partir de este martes es además el candidato de los conservadores para las elecciones al Parlamento que se celebrarán el 26 de septiembre.
Será él quien lidere a la Unión Cristianodemócrata (CDU) y a la formación hermana la Unión Socialcristiana (CSU) a las urnas con el objetivo de relevar a Angela Merkel al frente de la Cancillería. Así lo decidió finalmente la junta federal de la CDU (contó con el apoyo de 31 de los 46 miembros) en una tensa reunión en la tarde del lunes que se alargó hasta la madrugada del martes.
El derechista Markus Söder, de la bávara CSU, dio la batalla hasta el último momento, amparado por las bases del partido y por las encuestas que lo colocan como el candidato con más popularidad entre los votantes conservadores. El líder bávaro trató de hacer valer este hecho, pero Laschet finalmente tomó las riendas y logró hacer que el voto recayera en los mandos del partido, imponiéndose a Söder. Al líder bávaro no le quedó otra opción que acatar la decisión de la junta y en la mañana del martes decidió hacerse a un lado, dando por concluido un pulso de poder a lo largo de varios meses que empezaba a desgastar al partido.
A la CDU/CSU la sitúan los sondeos en torno al 28 % de intención de voto, unos seis puntos por encima de sus perseguidores, los Verdes. Laschet, por tanto, tiene grandes posibilidades de convertirse en canciller, aunque las encuestas indican un retroceso en la intención de voto de los conservadores.
El centrista, presidente de la CDU desde enero, es considerado el relevo natural de Angela Merkel. Se sitúa en la parte más moderada del partido, tiene carácter afable y fama de conciliador. Pero acusa cierta carencia de carisma y, según la prensa alemana, dificultades a la hora de tomar decisiones. Su fama de indeciso podría pasarle factura, aunque tiene por delante varios meses para mejorar su percepción ante la opinión pública.
Hijo de un minero que llegó a profesor
Armin Laschet nació en febrero de 1961 en el seno de una familia humilde de Aquisgrán. Su padre era minero y logró convertirse en profesor. «Me mostró que trabajar vale la pena, que el ascenso social es posible», dijo en una autobiografía. Ferviente católico, conoció a su esposa en la coral de la parroquia, estudió Derecho y trabajó como periodista antes de lanzarse a la política. Tras cinco años en el Bundestag, ejerció como eurodiputado, entre 1999 y 2005, especializado en política internacional y cuestiones de seguridad.
Laschet tiene por ahora delante dos grandes retos: convencer a los votantes de su potencial valía como canciller y reparar las relaciones con Merkel, deterioradas por sus visiones diferentes sobre cómo hacer frente a la pandemia. En la primera ola rechazó las medidas estrictas, pero luego cambió de parecer e impuso el primer confinamiento local del país. Y prácticamente actuó de la misma manera un año después, cuando Alemania entró en la tercera ola. Estos vaivenes han deteriorado su imagen de gestor.
Padre de tres hijos, Laschet es un «europeísta entusiasta» y fue uno de los pocos que apoyó sin reservas a la canciller en su decisión de acoger a cientos de miles de migrantes de Siria y Afganistán durante la crisis de refugiados del 2015.