Arrimadas niega que Casado le ofreciera ser portavoz del PP y afirma que «Ciudadanos no está en venta»

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Inés Arrimadas y Pablo Casado, en una imagen de archivo
Inés Arrimadas y Pablo Casado, en una imagen de archivo

Los populares aseguran que se le propuso integrarse en la dirección del partido y que ella lo rechazó

14 abr 2021 . Actualizado a las 09:18 h.

«Ciudadanos no está en venta y yo no me vendo por un cargo». La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, contestó así este martes a las afirmaciones del líder del PP, Pablo Casado, que aseguró haber ofrecido a la líder del partido naranja una integración entre ambas formaciones que incluía «una nueva estructura entre las dos direcciones», que fue rechazada. Fuentes del PP aseguraron que esa oferta se realizó durante el pasado verano y en la práctica consistía en que la dirección de Ciudadanos se integrara en el grupo parlamentario del PP. A cambio, la propia Arrimadas sería nombrada portavoz de ese grupo fusionado, en sustitución de Cayetana Álvarez de Toledo, y ocuparía también una vicesecretaría general del PP, que se añadiría a las seis que ya existen. «Nosotros nunca hemos hablado de cargos», respondió la presidenta de Cs, que dijo no entender «por qué está diciendo esto el señor Casado».

Arrimadas no negó haber mantenido conversaciones con Casado, pero insistió en que esa oferta no se produjo en los términos en los que se plantea desde el PP. «Nosotros hemos habado de muchas cosas y yo le ofrecí ir juntos en Cataluña como una coalición electoral, la misma fórmula que en Euskadi, y no quisieron», indicó, rebatiendo el argumento de Casado y culpando al líder popular de que las dos fuerzas concurrieran por separado en las elecciones catalanas, en las que ambas tuvieron malos resultados. Según su tesis, si los populares se negaron a sumar fuerzas contra el nacionalismo en Cataluña es «evidente» que Casado no tenía «ninguna intención de sumar en ningún otro sitio».

La oferta, según el PP

La oferta que se le trasladó a Arrimadas, según el PP, no consistía en crear un nuevo partido fusionado ni una nueva marca electoral, sino en que miembros de la dirección del partido naranja se integraran en la «estructura» del PP, yendo así más lejos que la propuesta España Suma, la coalición en la que PP y Cs concurrieron en el País Vasco. Esa oferta se vio frustrada, según los populares, porque Arrimadas decidió emprender un acercamiento al PSOE, que se plasmó en su apoyo al Gobierno en el Congreso en la última prórroga del estado de alarma y su oferta de apoyar los Presupuestos. La presentación de una moción de censura en la Región de Murcia junto al PSOE para arrebatar al PP el Gobierno regional, del que Cs formaba parte, hizo saltar por los aires cualquier posibilidad de que ese plan se llevara acabo.