La plataforma ensaya entre un número limitado de usuarios un proceso de verificación y recuerda que solo los convivientes pueden acceder a una misma cuenta
12 mar 2021 . Actualizado a las 18:04 h.Los días de compartir con familiares y amigos la contraseña que abre la puerta a un mundo de series y películas puede estar cerca de llegar a su final. O al menos de dejar de ser tan sencillo como hasta ahora. Netflix trabaja en esa dirección para garantizarse que las cuentas de usuario, como las restricciones sanitarias, deben limitarse a los convivientes. Después de muchos años mirando hacia otro lado con esta práctica tan extendida, pero que la plataforma tiene monitorizada al milímetro mediante la geolocalización y el registro de las IP, ahora ha puesto en marcha una ofensiva dirigida a los usuarios que de forma recurrente acceden a un mismo perfil desde distintos dispositivos y desde hogares separados.
Netflix ha iniciado en período de prueba una función que busca desincentivar que los usuarios compartan la clave de acceso a una misma suscripción. El sistema envía primero un aviso al iniciar sesión en el que advierte: «Si no vives con el propietario de esta cuenta necesitas crear tu propia cuenta para seguir viendo». El siguiente paso es enviar al usuario registrado un correo o un mensaje de texto con un código de verificación que es preciso introducir para poder acceder a la plataforma. Un procedimiento que busca entorpecer el actual sistema de barra libre del que disfrutan quienes comparten contraseña con el fin de dividir proporcionalmente el pago de la cuota mensual. La tarifa más básica de Netflix en España es de 7,99 euros al mes sin permanencia.
Una tercera opción al acceder permite validar la cuenta más tarde y seguir usando el servicio durante un tiempo no especificado y que, según señala The Hollywood Reporter, varía de un país a otro.
Esta ofensiva de Netflix, puesta de relieve por el portal GammaWire, parece estar afectando por el momento a un número limitado de usuarios y se hace a modo de prueba, en principio como método para garantizar que se está haciendo un uso legítimo. Pero es cierto que la plataforma suele empezar sus cambios, como los aumentos de tarifas, con ese método de pruebas limitadas para testarlos antes de implantarlos de forma generalizada.
Esta es una de las «cientos de pruebas» que Netflix realiza cada año, como ha informado un portavoz a CNBC y recoge Europa Press. En este caso, la prueba «está diseñada para ayudar a garantizar que las personas que usan cuentas de Netflix estén autorizadas para hacerlo», asegura. Esta prueba no tiene por el momento una finalidad clara, ya que podría desincentivar que los usuarios compartan la contraseña de una cuenta, pero también evitar que a ella accedan terceros no autorizados, por ejemplo, tras una brecha de seguridad en la que hayan podido quedar expuestas las credenciales.
Hace poco más de un año el director de producto, Greg Peters, adelantó que la compañía barajaba «formas amigables con el consumidor para presionar los límites de esta práctica», aunque no especificó entonces planes concretos al respecto.
Sus palabras cambiaron entonces el sentido de lo que había apuntado tres años antes el consejero delegado de Netflix, Reed Hastings, cuando daba por sentado que el hecho de compartir contraseña era «algo con lo que hay que convivir».
Los términos de uso que cada usuario acepta en el momento de suscribirse son claros al respecto de los límites de la multiconexión: «El servicio Netflix y todos los contenidos que se vean a través del servicio son para tu uso personal y no comercializable y no se pueden compartir con individuos fuera de tu hogar», según especifica el punto 4.2.
Si las plataformas han transigido hasta ahora puede explicarse fácilmente por las palabras que hace años pronunció Richard Pepler, por entonces presidente de HBO, cuando definía el mundo del streaming como «el negocio de crear adictos, tantos como podamos».
Nuevos paradigmas
Hace un año y medio, la aplicación de musica Spotify actualizó las condiciones de uso de su plan Familiar Premium asegurando que pediría a los usuarios «de vez en cuando» la verificación de su domicilio para confirmar que cumplen los criterios del plan, que establecen que tienen que vivir en el mismo hogar. El plan familiar, disponible por 14,99 euros al mes, consiste en una suscripción prémium para seis cuentas, frente al prémium individual, que cuesta 9,99 euros.
Antes de su nacimiento, el servicio familiar de streaming Disney+ también nació con planes concretos de «mitigar la piratería» y de «abordar cuestiones como los accesos no autorizados y el compartir contraseñas».
Una encuesta realizada por Magid para la cadena norteamericana CNBC revela que el 35 % de los jóvenes de entre 16 y 36 años comparte las contraseñas de streaming. La cifra baja hasta el 19 % de los nacidos entre 1961 y 1979 y al 13 % de los nacidos entre 1946 y 1965.
Al mismo tiempo que esto sucede, las plataformas potencian de forma paralela el visionado de contenidos en grupo previo pago de la cuota correspondiente por parte de cada miembro. Amazon Prime Video permite ya desde hace unos meses ver una serie y comentarla en tiempo real con hasta 100 personas mediante una nueva función conocida como Watch Party.
A finales del 2020 también Disney+ lanzó en España la función GroupWatch, que permite a los usuarios ver contenidos de forma simultánea con hasta siete amigos y familiares, incluido el anfitrión, siempre que todos ellos tengan el pago de su suscripción al día.