Delgado mantuvo al menos tres encuentros con Villarejo en los últimos años, según el sumario del caso Tándem
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En el 2017 se vieron dos veces, pocos meses antes de la detención del excomisario
05 mar 2021 . Actualizado a las 19:21 h.La fiscala general del Estado, Dolores Delgado, sigue en el ojo del huracán político y judicial. Al marcaje que le ha impuesto Unidas Podemos para que dé explicaciones en el Congreso sobre su reunión con el director del digital Ok Diario en un piso de Madrid, poco después de conocerse la puesta en libertad de José Manuel Villarejo, se suman las referencias que aparecen en el sumario del caso Tándem sobre la relación entre Delgado y el comisario jubilado.
La causa recoge al menos dos anotaciones directas sobre este vínculo en una agenda intervenida al acusado tras su detención en noviembre del 2017. En concreto, son de mayo y julio de ese año, y en una de ellas Villarejo destaca el «alto nivel» de complicidad con la entonces fiscala de la Audiencia Nacional. «Muy decidida a que le dé datos sobre terrorismo. Alto nivel de complici [sic]» (se entiende complicidad), registró Villarejo tras verse supuestamente con Delgado.
De igual modo, el sumario que instruye un juzgado de la Audiencia Nacional incluye dos audios difundidos en el 2018 sobre un encuentro que tuvo lugar nueve años antes en un restaurante de Madrid. En aquella cita grabada por Villarejo se encontraba también la actual pareja de la fiscala general, Baltasar Garzón. Precisamente, el exjuez es el propietario del piso en el centro de Madrid donde Delgado y su número dos, Álvaro García Ortiz, se vieron el pasado miércoles con el director de Ok Diario, Eduardo Inda, y su adjunto, Manuel Cerdán. Un medio que ha divulgado grabaciones de Villarejo y que, según Unidas Podemos, actúa en connivencia con el mando policial retirado, tal y como demostrarían sus agendas.
La información del encuentro fue divulgada por el digital Contexto y no ha sido desmentida. Es más, el canal oficial en redes sociales de la Fiscalía General del Estado difundió el jueves una entrevista a Delgado realizada por el medio de Inda para salir al paso de los rumores y justificar la reunión tras el anuncio de la excarcelación de Villarejo. Como anécdota, en esa noticia la jefa del Ministerio Público aparece en una foto con una mascarilla blanca y en el vídeo de Contexto, en el que se esconde detrás de sus escoltas tras salir del piso de Garzón, lleva una negra.
Posible conflicto de intereses
En este círculo se incluiría otro elemento no menor por el posible conflicto de intereses en el que incurriría Delgado: Garzón es el abogado defensor de varios comisarios investigados que trabajaron con Villarejo en sus operaciones parapoliciales. En síntesis, la pareja de la fiscala general tiene un interés directo en la instrucción de la causa.
La Asociación de Fiscales, mayoritaria en la carrera, se preguntaba precisamente por el cumplimiento del código ético por parte de la responsable del Ministerio Público tras conocer la reunión con Inda. Otro asunto que no ha pasado desapercibido ahora es la abrupta salida de uno de los dos fiscales del caso Villarejo en octubre pasado. Con el aval unánime del Consejo Fiscal (órgano asesor de la fiscala general), Delgado rechazó otorgar una plaza fija en Anticorrupción a Ignacio Stampa y le dejó fuera del caso tras ser cuestionado por su cercanía a la abogada de Podemos, partido personado en la causa de la Audiencia Nacional. En septiembre del 2018, tras la difusión del audio de la comida con Garzón, Villarejo y otros comensales por parte del digital Moncloa.com, la entonces ministra de Justicia calificó esa publicación como un «ataque» a las instituciones del Estado y al Gobierno. Y aseguró que el sentido de esos audios fue manipulado. «Las grabaciones se pegan, se cortan y se editan», señaló entonces, pese a lo cual fue reprobada por el Congreso.
Una semana antes de dar estas explicaciones, Justicia emitió un comunicado en el que afirmaba que Delgado no había mantenido relación de «ningún tipo» con el comisario jubilado en su etapa como fiscala, aunque después lo redujo al ámbito «profesional». «Yo con el Villarejo letrado jamás he tenido relación y con el Villarejo policía solo tres encuentros», apostilló. Esas ocasiones fueron tres comidas: una primera, en la que «se saludaron»; la segunda , a la que pertenecen los audios del 2009; y la tercera, a mediados del 2017, fue organizada por Garzón.