Draghi apuesta ante el Senado por el europeísmo y las reformas para Italia

Darío Menor ROMA / COLPISA

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Ettore Ferrari | EFE

En su discurso de investidura, el nuevo primer ministro advierte a los partidos de la coalición que «hoy la unidad no es una opción, es un deber»

17 feb 2021 . Actualizado a las 21:56 h.

Europeísmo y reformas educativas, fiscales y estructurales para lograr un sistema económico que acabe con las desigualdades y respete el medioambiente. Estos fueron los pilares del discurso que realizó este miércoles en el Senado el nuevo primer ministro italiano, Mario Draghi, en el que marcó las prioridades del nuevo Gobierno antes de la moción de investidura.

El resultado positivo de la votación, que tendrá lugar esta noche, se da por descontado debido a que el Ejecutivo está sostenido por una amplia coalición de partidos a los que Draghi dejó un recado al final de su intervención, muy aplaudida por los senadores. «Hoy la unidad no es una opción, es un deber. Pero es un deber guiado por algo que, estoy seguro, nos une a todos: el amor por Italia», dijo, comparando el momento actual con la reconstrucción democrática, económica y social posterior a la Segunda Guerra Mundial.

El expresidente del Banco Central Europeo (BCE), al que hace dos semanas el jefe del Estado, Sergio Mattarella, encargó que formara un nuevo Ejecutivo tras la dimisión del exprimer ministro Giuseppe Conte, se comprometió en la Cámara Alta a acelerar el programa de vacunación contra el coronavirus. Italia ya ha suministrado al menos una dosis del suero a más de 3,1 millones de personas, pero tendrá que aumentar el ritmo si quiere lograr la ansiada inmunidad de grupo antes del próximo verano. También anunció el nuevo jefe del Ejecutivo una reforma para reforzar la atención médica territorial, el anillo más débil del sistema sanitario del país, como ha puesto de manifiesto el coronavirus. «Nuestro principal deber es combatir con todos los medios la pandemia y salvaguardar la vida de nuestros conciudadanos. El virus es el enemigo de todos», subrayó.

En su discurso Draghi demostró ser un mortal más, contradiciendo así la imagen de superhéroe que le han endosado los medios de comunicación italianos, presentándolo como la solución para todos los problemas del país. Durante la alrededor de una hora que estuvo dirigiéndose a los senadores le dio tiempo a equivocarse al leer algunas cifras y también a confesar su ilusión ante este nuevo cargo, que le llega a los 73 años. «En mi vida profesional nunca he tenido un momento de emoción tan intensa y una responsabilidad tan amplia como esta», dijo al principio de su alocución, en la que negó que su llegada al poder responda a un «fracaso de la política». «Nadie de un paso atrás, sino un paso adelante para responder a las necesidades del país», aseguró, agradeciendo así el apoyo mayoritario de las fuerzas políticas.

Estas buenas palabras no impidieron que al marcar las prioridades de la agenda del Gobierno destapara los puntos más difíciles de aceptar para algunos de los partidos que sostienen a la coalición. El caso más evidente fue el recordatorio que le hizo a la Liga, la formación euroescéptica de Matteo Salvini, de que el Ejecutivo «nace siguiendo la senda de los principios europeos», por lo que sostenerlo «significa compartir la irreversibilidad de la elección del euro». A la derecha de Draghi estaba Giancarlo Giorgetti, número dos de la Liga y flamante ministro de Desarrollo Económico, que se revolvió en su silla al escuchar estas palabras.

Solo un día antes Salvini había asegurado que la moneda única no era «irreversible». «Solo la muerte lo es», dijo. Consecuencia del coronavirus Al hablar de las consecuencias económicas de la pandemia, el expresidente del BCE se comprometió a «proteger a todos los trabajadores», pero marcó un punto de inflexión respecto al anterior Ejecutivo al señalar que «sería un error» intentar salvar todas las empresas afectadas.

«Algunas deberán cambiar», advirtió, mostrando así que no está dispuesto a mantener en pie sectores que no sean competitivos. En la necesaria transformación económica resultará determinante la protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático, dos temas que estuvieron muy presentes en su discurso. Católico practicante, el primer ministro incluso citó a Jorge Mario Bergoglio al hablar de esta cuestión: «Como ha dicho el papa Francisco las tragedias naturales son la respuesta de la Tierra a cómo la maltratamos. Estamos echando a perder la obra del señor».