Bárcenas acusa: «Rajoy destruyó la contabilidad B sin saber que yo guardaba una copia»
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El extesorero, que anuncia ahora su voluntad de colaborar con la Justicia, asegura que la financiación irregular del PP se mantuvo entre 1982 y el 2009
04 feb 2021 . Actualizado a las 10:53 h.Con ocho años de retraso, Luis Bárcenas ha cumplido su amenaza de tirar de la manta. El extesorero del PP ha enviado un escrito de ocho páginas a la Fiscalía Anticorrupción en el que describe el sistema de financiación irregular del partido a cambio de contratos de la Administración, sostiene que Mariano Rajoy conocía el mecanismo al detalle, y pone nombre a los perceptores de los sobresueldos. La mayor parte de los hechos relatados son conocidos, pero hay tres perlas informativas: Rajoy en persona trituró los papeles de la contabilidad B; existe una grabación en la que se confirmaría que el expresidente del Gobierno cobró en negro; y que en la operación Kitchen le robaron documentos con información de las cuentas paralelas.
Bárcenas lo cuenta así: «A principios de 2009, tuvimos una reunión en su despacho [de Rajoy], en la que le mostré los papeles de esta contabilidad B, espetándome que cómo podía seguir conservando toda esta documentación comprometedora, que terminó, personalmente, destruyéndola en la máquina destructora de papeles sin saber que yo guardaba copia de esta documentación». El extesorero sostiene que el método de financiación irregular —que se remonta, según su conocimiento, a 1982— estaba «institucionalizado» en el PP y que se mantuvo, que él sepa, hasta el 2009. Rajoy siempre ha negado tener conocimiento del asunto, y lo mantuvo en su declaración en el juicio de la Audiencia Nacional por la primera época del caso Gürtel. Su antecesor al frente del partido, José María Aznar, también ha dicho no saber nada y Manuel Fraga ha fallecido.
El detonante: la entrada en prisión de su esposa
Bárcenas, condenado a 29 años por el caso Gürtel, explica en su escrito que se ha decidido a hablar por su «voluntad de colaborar con la justicia» ante el encarcelamiento de su esposa, Rosalía Iglesias, condenada a 13 años por el mismo caso. Señala que ha guardado silencio durante estos años porque «con ingenuidad» dio «por buena la promesa» que le hizo el PP de que su pareja no iba entrar en prisión. Tras ese compromiso firmó «la paz» con el que fue su partido. Pero la entrada en la cárcel de su mujer y el añadido de la operación Kitchen acabaron con su mordaza.
El extesorero popular no dice estar arrepentido, tampoco se incrimina, solo admite que cometió «errores» en «una España en la que todo valía». Lo que le pesa no es lo que hizo, sino «el dolor» y «el sufrimiento» infligidos a su esposa y su hijo.
Hechas estas consideraciones personales y a cuatro días de que comience el juicio por las obras pagadas en negro para la remodelación en la sede nacional del PP, detalla el mecanismo de la caja B. Nada nuevo, salvo el valor procesal de una confesión por escrito que tendrá que ratificar ante el tribunal. La financiación en negro, explica, se nutría de «donativos o aportaciones efectuadas por personas relacionadas con empresas beneficiarias de importantes adjudicaciones públicas».
Bárcenas afirma que hay una grabación en la que su antecesor habla de los sobresueldos pagados al expresidente del Gobierno
El dinero, siempre «en metálico», lo recibía su antecesor en la tesorería, el fallecido Álvaro Lapuerta, aunque él estuvo «presente en algunas entregas». Los pagos, también sin recibos, se hacían en el despacho del tesorero y «en restaurantes». Los fondos se guardaban en su caja fuerte, aunque otra parte, 1,2 millones de euros, se troceó en ingresos bancarios que no superaban el límite legal de los 60.000 euros para las donaciones anónimas a los partidos.
«De todas estas acciones era perfectamente conocedor don Mariano Rajoy», sostiene Bárcenas en su escrito a los fiscales, a los que reitera que la contrapartida era la adjudicación de contratos públicos a las empresas de los donantes. Una relación que hasta el momento no ha quedado reflejada en ninguna investigación.
Una parte de ese dinero en negro iba destinado al pago de «complementos salariales» a altos dirigentes del PP, y cita a Rajoy, Dolores de Cospedal, Federico Trillo, Pío García Escudero, Francisco Álvarez Cascos, Ángel Acebes, Rodrigo Rato, Javier Arenas y Jaime Ignacio del Burgo. Pagaba Lapuerta en persona y metía los billetes en un sobre con el nombre del beneficiario. La periodicidad de los sobresueldos «dependía de la liquidez de la caja», aunque en otro párrafo dice que eran mensuales. Bárcenas sostiene que la veracidad de sus palabras quedará acreditada porque existe «una grabación» en la que su antecesor comenta a una persona de su confianza, y cuya identidad se reserva para el momento procesal oportuno, que Rajoy y otros percibían los sobres.
Robo de documentación
Bárcenas, de todas maneras, se pone la venda antes de la herida y reconoce que es posible que no pueda probar todo lo que dice porque buena parte de la información de la caja B ya no obra en su poder porque fue «sustraída del estudio de mi mujer cuando entraron a robar en el mismo» dentro la operación Kitchen. Se refiere al montaje policial para hacerse con documentación comprometedora para el PP que presuntamente se organizó desde el Ministerio del Interior en tiempos de Jorge Fernández Díaz.
El extesorero explica también en su escrito el fraude cometido en la remodelación de la sede del partido en la calle Génova de Madrid. Él mismo y Lapuerta acordaron con la empresa Unifica «pagar parte de la ejecución de estas obras con dinero procedente de la caja B, con la finalidad de dar salida a dichos fondos y obtener al mismo tiempo un descuento de entorno a un 10 %». También con dinero negro, el PP compró en el 2004 acciones por valor de 140.000 euros de Libertad Digital, un medio «afín» y porque defendía «las tesis de la autoría de ETA en los atentados del 11-M».