Cataluña abre la campaña del 14F para dejar atrás la «década independentista de decadencia»
ACTUALIDAD
Sánchez, Casado y Arrimadas arropan a Illa, Fernández y Carrizosa
29 ene 2021 . Actualizado a las 10:12 h.Con un telón de fondo de un CIS que sitúa en España al PSOE diez puntos por delante del PP, un paro en la comunidad del 13,87 %, con la tasa más alta del Estado en destrucción de puestos de trabajo y en el aumento de desempleados durante el 2020, Cataluña inicia este viernes una campaña electoral atípica en el fondo y en la forma, a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia se pronuncie sobre si los comicios se mantienen o se aplazan. A esta última postura se sumó ayer Pablo Iglesias: «Hay algo que debería estar por encima, la salud».
La campaña comenzó tutelada por los líderes nacionales: Pedro Sánchez con Salvador Illa, Pablo Casado con Alejandro Fernández, e Inés Arrimadas con Carlos Carrizosa. Iglesias fue ayer el ausente en el acto de Jéssica Albiach.
La situación de la pandemia impide celebrar los mítines de costumbre con aplausos al candidato y pugnas por el número de asistentes. Ni besos, abrazos, apretones de manos, reparto de globos ni banderitas. Los pabellones serán YouTube; los mercados, Facebook, y las calles, las televisiones. Todo a través de las nuevas tecnologías. Casi una teletienda política. Así despegó ayer la campaña, antes de las 00.00 horas de hoy.
Illa abrió el día anunciando un activo importante. El presidente de Aena, Maurici Lucena, será su vicepresidente económico si forma gobierno. Ya por la tarde, ofreció «pasar la hoja de una década perdida, de decadencia, desgobierno, desbarajuste y división, porque ya va siendo hora de centrarnos en lo que importa», dijo a los independentistas.
«Abrazar a todos los catalanes»
Ofreció un «Gobierno totalmente opuesto al desbarajuste del actual. Ni un solo logro que resaltar», apuntó, «solo degradación institucional, económica y recortes sociales». «Soy el candidato de los hartos de tener que explicar cuánto de catalanes se sienten», añadió. «El cambio es necesario y no se puede esperar», expresó, e «invitó a la sociedad a dejar atrás el enfrentamiento» y a «abrazar a todos los catalanes vengan de donde vengan, hablen la lengua que hablen y piensen como piensen».
Illa se ofreció como presidente del reencuentro, la reactivación económica y la reconstrucción social. Sánchez recogió el guante y habló de «década estéril, infructuosa» e insistió en que su exministro «tiene proyecto para pasar página a una década perdida».
El secretario general de los socialistas desgranó el mal gobierno de la Generalitat: educación infrafinanciada, con un abandono escolar por encima de la media española; servicios sociales desmantelados, con cero euros destinados el año pasado a construir residencias; con un 28,7% de niños en riesgo de pobreza; un enfrentamiento que ha llevado a Cataluña a perder posiciones de liderazgo en España y Europa con la huida de 5.000 empresas, reseñó. El 14F «es la gran oportunidad de transformar Cataluña», animó.
Parece que Casado, que también estaba en Barcelona, pero en un hotel, lo escuchó. Ofreció un «partido de concordia y con principios claros, una puerta abierta para todos porque queremos una Cataluña mejor», dijo usando el eslogan de campaña de Alejandro Fernández. Primero describió un panorama nefasto en España. «La economía va muy mal y va a ir peor», afirmó, y detalló que «el Gobierno hoy ha perpetrado un agujero negro de impunidad frente a la corrupción con los fondos europeos con ayuda de los dos extremos de la radicalidad», en alusión a Bildu y la abstención de Vox en la votación del decreto sobre fondos de la UE.
Otra coalición Frankenstein
El líder del PP respondió a la necesidad de cambiar la década independentista que había descrito Salvador Illa, diciendo que no quiere «otra coalición Frankenstein». Anunció que denunciará ante la Junta Electoral la utilización de la Moncloa con la toma de posesión de ministros para hacer campaña y prometió suprimir impuestos autonómicos en Cataluña (10 % del IRPF, donaciones y otra decena) si su candidato gana.
Alberto Fernández cree que la alternancia política en Cataluña es posible, como lo fue en Andalucía y el País Vasco, pero advirtió: «Si el PSC tiene la suma para hacer el tripartito con los comunes y ERC, lo hará».
Y mientras el independentismo exhibía ayer alegría por la concesión del tercer grado a los nueve presos del procés, Jéssica Albiach, arropada por Ada Colau, aseguraba que «el desgobierno de ERC y JxCat no ha funcionado». Curiosamente, el aspirante de Vox, Ignacio Garriga, pidió el voto a los secesionistas y dijo: «Muchos votantes de JxCat, ERC y la CUP están con nosotros». Suena a broma.