Vinculan la siesta a una mayor agilidad mental, fluidez verbal y memoria de trabajo

La Voz REDACCIÓN

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XOAN CARLOS GIL

Una investigación resalta los efectos positivos de la práctica en mayores de 60 años

26 ene 2021 . Actualizado a las 20:12 h.

Dormir habitualmente la siesta por la tarde en personas mayores de 60 años puede estar relacionado con una mayor agilidad mental, y proporcionar una mejor conciencia de ubicación, fluidez verbal y memoria de trabajo. Así lo inidca una investigación publicada en la revista online General Psychiatry de la que informa Europa Press.

La esperanza de vida más larga y los cambios neurodegenerativos asociados que la acompañan aumentan la posibilidad de demencia, con alrededor de 1 de cada 10 personas mayores de 65 años afectadas en el mundo desarrollado. A medida que las personas envejecen, sus patrones de sueño cambian y las siestas de la tarde se vuelven más frecuentes. Pero la investigación publicada hasta la fecha no ha llegado a ningún consenso sobre si las siestas de la tarde podrían ayudar a evitar el deterioro cognitivo y la demencia en las personas mayores o si podrían ser un síntoma de demencia.

El doctor Lin Sun, del Centro de Enfermedad de Alzheimer y Trastornos Relacionados, en el Centro de Salud Mental de Shanghai, y de la Facultad de Medicina de la Universidad Jiao Tong, y su equipo exploraron esto más a fondo en 2.214 personas aparentemente sanas de al menos 60 años y residentes en varias ciudades grandes de China, incluidas Pekín, Shanghai y Xian.

En total, 1.534 se dormían habitualmente la siesta por la tarde, mientras que 680 no lo hacía. Todos los participantes se sometieron a una serie de controles de salud y evaluaciones cognitivas, incluido el Mini Examen del Estado Mental (MMSE) para detectar demencia. La duración media del sueño nocturno fue de alrededor de 6,5 horas en ambos grupos.

Las siestas de la tarde se definieron como períodos de al menos cinco minutos consecutivos de sueño, pero no más de 2 horas, y se tomaron después del almuerzo. Se preguntó a los participantes con qué frecuencia tomaban siestas durante la semana, y variaba desde una vez a la semana hasta todos los días.

Las pruebas de detección de demencia incluyeron 30 elementos que midieron varios aspectos de la capacidad cognitiva y la función superior, incluidas las habilidades visuoespaciales, la memoria de trabajo, la capacidad de atención, la resolución de problemas, la conciencia de ubicación y la fluidez verbal. Las puntuaciones de rendimiento cognitivo del MMSE fueron significativamente más altas entre los que dormían la siesta que entre los que no dormían. Y hubo diferencias significativas en la conciencia de la ubicación, la fluidez verbal y la memoria.

Este es un estudio observacional, por lo que no puede establecer la causa. Y no hubo información sobre la duración o el horario de las siestas, lo que puede ser importante. Pero hay algunas posibles explicaciones para las observaciones encontradas, dicen los investigadores.

Una teoría es que la inflamación es un mediador entre las siestas del mediodía y los malos resultados de salud. Los químicos inflamatorios tienen un papel importante en los trastornos del sueño, recuerdan. El sueño regula la respuesta inmunitaria del cuerpo y se cree que la siesta es una respuesta evolucionada a la inflamación. Las personas con niveles más altos de inflamación también duermen siestas con más frecuencia, explican los investigadores.