La oposición lamenta la oportunidad desperdiciada por Sánchez para exigir un paso hacia la cosoberanía del Peñón
05 ene 2021 . Actualizado a las 08:46 h.El punto número 10 del Tratado de Utrecht (1713), con el que se puso fin a la Guerra de Sucesión española, dispone que la Corona castellana «cede» a la británica «la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas... para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre». Y a continuación recoge que «si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender, enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla».
El desenlace del conflicto bélico mediante el cual los borbones se instauraron en el trono español supuso mejoras en la ya de por sí ventajosa posición del incipiente Imperio británico. Al enclave de Gibraltar hay que sumarle considerables ventajas comerciales, así como Menorca. La Marina de Carlos III acabaría recuperando la isla de las Baleares a finales del siglo XVIII, pero todos los intentos españoles para reconquistar el Peñón, bien por las armas o mediante la diplomacia, fueron en vano.
¿Se trata de un anacronismo? ¿Debe Gibraltar pasar a dominio español? De ser así, ¿constituye el brexit una oportunidad inmejorable para que España aumente su presión para reclamar la soberanía del territorio? El principio de acuerdo entre Madrid y Londres anunciado recientemente por la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, mediante el que ambos territorios se comprometen a derribar la verja que los separa, así como la inclusión del Peñón dentro del llamado espacio Schengen, por lo que los únicos controles se realizarán en el puerto y en el aeropuerto, ha vuelto a agitar el debate.
La titular de Exteriores de momento no ha compartido muchos detalles del preacuerdo, pero el líder de la oposición, Pablo Casado, valoró que Sánchez ha «malogrado» la oportunidad para reclamar una soberanía compartida tras el acuerdo alcanzado por Rajoy con la Unión Europea para servirse del brexit como punto de partida para «negociar la cosoberanía». En el Gobierno de Sánchez la prioridad era salvar los alrededor de 10.000 puestos de trabajo en Gibraltar que se pondrían en serio riesgo ante la falta de entendimiento entre ambos países, por lo que la cuestión soberana ha pasado a un segundo plano, con Laya dando a entender que España no renuncia, pero que lo urgente era el empleo.
El de Rajoy fue solo el último intento por recuperar un territorio sobre el que, según Martín Ortega, investigador del Real Instituto Elcano, basándose en el derecho internacional, existen suficientes «razones para mantener que España ha recuperado ya sus derechos sobre Gibraltar».
Los llanitos, no a la cosoberanía
Desde los años 50, la ONU ha dictado seis resoluciones criticando la situación colonial y emplazando a España y al Reino Unido a alcanzar un acuerdo. Durante los años de la dictadura, los Gobiernos británicos esgrimieron la ausencia de democracia en España para negarse a negociar. Con la muerte de Franco, se abrieron las conversaciones que desencadenaron en una consulta convocada por las autoridades locales, rechazada por las Naciones Unidas, en la que el 99 % de los llanitos se mostraron contrarios a la cosoberanía.
Mientras la zona española próxima al Peñón presenta tasas de desempleo cercanas al 40 %, Gibraltar tiene una economía boyante gracias a sus beneficios fiscales respecto al otro lado de la verja levantada en 1909 y que supuestamente desaparecerá en unos meses.