España y el Reino Unido negocian que Gibraltar entre en el espacio Schengen

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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La frontera con Gibraltar, en una imagen de este martes
La frontera con Gibraltar, en una imagen de este martes A. CARRASCO RAGEL

Los españoles podrían cruzar libremente la frontera, y los británicos, solo con pasaporte

23 dic 2020 . Actualizado a las 08:35 h.

El Gobierno español negocia un acuerdo con el del Reino Unido para evitar que la verja que separa La Línea de la Concepción (Cádiz) de Gibraltar se convierta en una frontera exterior de la Unión Europea cuando se consume el brexit. Algo que implicaría el establecimiento de un control fronterizo de pasaportes para todos los que la crucen, con la excepción de las 15.000 personas registradas como trabajadores transfronterizos, a los que ya ampara un acuerdo en vigor. Aunque esas negociaciones están avanzadas, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, recordó que «si no hay ningún cambio», a partir del 1 de enero el paso al Peñón se convertirá en una «frontera externa» de la UE. Sin embargo, el Gobierno español confía en pactar con el Reino Unido una fórmula que lo impida. «Cabe todavía la posibilidad de que se pueda llegar a un acuerdo» señaló la ministra, que insistió en que ese es «el deseo» y «la filosofía» de España, que está «tratando de llegar a un arreglo».

 Apertura de vuelos a 26 países

Ese acuerdo, para el que las negociaciones están muy avanzadas, implicaría una entrada de facto de Gibraltar en el territorio Schengen, de manera que los ciudadanos británicos que quieran acceder a Gibraltar tendrían que pasar un control de pasaportes, mientras que los españoles que quieran entrar en el Peñón podrán hacerlo libremente sin ninguna vigilancia. Esa será una de las paradojas que se abrirán en caso de que fructifiquen las negociaciones en el marco de los acuerdos para el brexit. Los gibraltareños, a diferencia del resto de ciudadanos del Reino Unido, podrán viajar libremente por España y por los 26 países que han suscrito el tratado de Schengen.

Según publicó el lunes el diario El País, el acuerdo que ultiman España y el Reino Unido implica que Gibraltar no tendría a partir del brexit una frontera terrestre para los europeos que entren en su territorio, pero dispondría de una frontera aeroportuaria reforzada. El pacto permitiría al Peñón abrir vuelos a los 26 Estados miembros del acuerdo Schengen, (22 de la Unión Europea más Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein». En la actualidad, solo se permiten vuelos hacia y desde Gran Bretaña. Fabián Picardo, ministro principal de Gibraltar, ya anunció el pasado fin de semana que «un acuerdo al estilo de Schengen sería lo más positivo».

En el referendo sobre el brexit, en Gibraltar hubo un 96 % de votos contrarios a la salda del Reino Unido de la UE. Y, desde entonces, el Gobierno de la colonia británica ha abogado por una solución específica para su territorio que le permita mantener la vinculación con la UE. El último escollo para definir la nueva relación de Gibraltar con la Unión Europea tras el brexit está en encajar la decisión sobre quién se hará cargo en la verja que separa La Línea de la Concepción de Gibraltar del control de los viajeros que lleguen al Peñón.

 Sin policía española

Según la información publicada, el Gobierno de Pedro Sánchez ha aceptado ya que durante un período transitorio esa labor no sea realizada por policías españoles, sino agentes de Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas. El Ejecutivo de Gibraltar se oponía firmemente a la presencia de policías españoles en su territorio. Y, ante la resistencia de Picardo, el Gobierno español ha renunciado temporalmente a esa visibilidad de sus fuerzas de seguridad. El control de pasajeros lo llevarían a cabo por tanto agentes de Frontex junto a los policías gibraltareños, tanto en el aeropuerto como en el puerto de Gibraltar.

Pero hay todavía un aspecto que impide cerrar el acuerdo. Madrid exige que esos agentes de Frontex instalados en Gibraltar den cuenta de sus actuaciones a las autoridades españolas. El Gobierno de Picardo pretende, sin embargo, que la Agencia Europea de Fronteras y Costas lleve a cabo esos controles sin relación con la autoridad española. Algo que el Gobierno considera inaceptable. De no llegarse finalmente a un acuerdo sobre esta cuestión, el 1 de enero la frontera será externa a la UE.

Marruecos insiste en que Ceuta y Melilla están «ocupadas»

 G. B.

«No hay tema. Ceuta y Melilla son españolas. Eso lo conoce muy bien el Gobierno marroquí. Esto no lo discute el Gobierno de España ni lo discutimos en este país». Un día después de que el primer ministro del reino alauí, Saadeddine El Othmani, afirmara en una entrevista que Ceuta y Melilla «son marroquíes como el Sáhara», el Ejecutivo mostró, por boca de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, la máxima contundencia en la respuesta. El Gobierno convocó de urgencia el pasado lunes a la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, a la que la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Cristina Gallach, pidió explicaciones, trasladándole que «España espera de todos sus socios respeto a la soberanía e integridad territorial de nuestro país». Benyaich aclaró en esa reunión que la postura de Marruecos en relación con Ceuta y Melilla no ha cambiado, por lo que sigue sin reconocer la soberanía española sobre las dos ciudades y las considera «ocupadas». Así lo explicó la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.

El Gobierno de Marruecos no hizo, sin embargo, ayer ningún comentario sobre la cuestión, ni tampoco la agencia oficial de noticias MAP publicó la noticia sobre la llamada a su embajadora en España. En sus declaraciones, el primer ministro marroquí aseguró que su país tratará con España el tema de Ceuta y Melilla después de solucionar el conflicto del Sáhara Occidental.

 El PP culpa al Gobierno

Pese al intento del Ejecutivo de eludir cualquier debate sobre esta cuestión, el PP reaccionó en términos muy duros. Su portavoz en el Senado, Javier Maroto, achacó el «problema» que hay entre Marruecos y España a la «debilidad» del Gobierno de Pedro Sánchez en política exterior y las divergencias entre los dos partidos del Ejecutivo de coalición. «Como hay dos y dicen dentro del propio Ejecutivo cosas distintas, no hacen más que meterse en líos innecesariamente», indicó, añadiendo que hay ministros «metiéndose en líos con Marruecos» y otros «intentando arreglar los líos que provocan los ministros que van contra los intereses generales de España».

El Gobierno de Ceuta, presidido por Juan Vivas, del PP, expresó en un comunicado su «apoyo y respaldo» a «todas las actuaciones» que realice el Ejecutivo español para «defender con la debida firmeza nuestra soberanía e integridad territorial». Algo que, a su juicio, es «una obligación inexcusable que debe ser causa de todos». Respecto a las declaraciones del primer ministro marroquí, el Gobierno ceutí indica que «carecen de todo fundamento y merecen el más absoluto rechazo». El PSOE y el PP de Melilla rechazaron también la reivindicación de Marruecos.