«Nunca he cometido el menor acto de corrupción», se defiende Sarkozy

Beatriz Juez PARÍS / COLPISA

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Nicolas Sarkozy, este lunes, en los juzgados
Nicolas Sarkozy, este lunes, en los juzgados IAN LANGSDON

El expresidente francés declara ante el tribunal por presuntos delitos de corrupción y tráfico de influencias

08 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Nunca he cometido el menor acto de corrupción. Nunca». Ni cuando fue diputado, ni cuando ascendió a ministro, ni cuando ejerció la jefatura de la República. Nicolas Sarkozy quiso dejar clara su línea de defensa desde el inicio mismo de su interrogatorio en la corte de París, donde es juzgado desde el 23 de noviembre por corrupción y tráfico de influencias.

El presidente de Francia entre el 2007 y el 2012 se mostró este lunes dispuesto a responder a «todas las preguntas» del tribunal para poder «lavar esta infamia» y que se establezca «la verdad». Y declaró sentirse «herido» por haber sido tratado por la Fiscalía de «delincuente experto». Junto a él, se sientan en el banquillo su abogado y viejo amigo Thierry Herzog y el exmagistrado Gilbert Azibert. Si Sarkozy es hallado culpable, podría ser condenado a una pena máxima de 10 años de prisión y un millón de euros de multa. Durante la audiencia, se leyó la transcripción de cinco grabaciones telefónicas entre Herzog y Sarkozy de febrero del 2014. La acusación considera que su contenido era «importante» porque, a su juicio, ese es «el momento en el que se establece el pacto de corrupción». Sarkozy negó la existencia de dicho pacto.

El caso comenzó en el 2013, cuando un juez de instrucción ordenó pinchar sus teléfonos en el marco de una investigación sobre la supuesta financiación libia de su campaña presidencial del 2007. Sarkozy ganó esas elecciones.

Durante la investigación descubrieron que Sarkozy tenía dos líneas de teléfono que utilizaba para hablar con su abogado: una oficial y otra secreta abierta a nombre de Paul Bismuth, nombre de un ex compañero de clase del abogado ajeno al caso. Estas escuchas revelaron el presunto caso de corrupción y tráfico de influencias por el que son juzgados. Azibert es sospechoso de haber violado el secreto de sumario en el 2014 al presuntamente haber informado a Sarkozy, a través de su abogado, sobre un recurso que este había presentado para que le devolvieran sus agendas presidenciales, incautadas en el llamado caso Bettencourt, que la Justicia había desestimado en el 2013. Sarkozy negó haber recibido «ninguna información privilegiada» de Azibert.

A cambio, Sarkozy se habría presuntamente ofrecido a ayudar a Azibert a lograr un puesto en el Consejo de Estado de Mónaco. Pero finalmente no intercedió a su favor y Azibert no logró el puesto. La acusación cree que Sarkozy no le hizo el favor porque descubrió que tenía el teléfono pinchado. Esta es la primera vez que un expresidente se sienta en el banquillo de los acusados. Jacques Chirac fue juzgado y condenado en el 2011 a dos años de prisión con suspensión de pena por malversación de fondos en un caso de empleos ficticios cuando era alcalde de París. Pero, a diferencia de Sarkozy, Chirac no compareció ante los jueces por problemas de salud.