Boris Johnson reactiva el separatismo al tildar de «desastre» la autonomía escocesa
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El primer ministro abre un nuevo frente cuando los negociadores británicos admiten ya que si no hay cesiones por parte de Londres, será inevitable un «brexit» salvaje
17 nov 2020 . Actualizado a las 18:21 h.Como si las interminables negociaciones del brexit, la reestructuración de su círculo de colaboradores más cercanos o el hecho de estar aislado nuevamente por el covid-19 no fueran suficientes problemas, Boris Johnson ha abierto un nuevo frente de batalla en Escocia, al calificar de «desastre» la autonomía de la región y descartar la cesión de más competencias. Unas palabras que han sido aprovechadas por los nacionalistas escoceses para reforzar su propuesta de la independencia y que han obligado a sus colegas a enmendarle la plana.
La nueva crisis estalló en la tarde del lunes, tras la videoconferencia que Johnson mantuvo con unos 60 diputados conservadores del norte de Inglaterra y durante la cual tachó «como el peor error cometido por Tony Blair» la decisión del entonces primer ministro laborista de permitir a Escocia, Gales e Irlanda del Norte tener gobiernos autónomos. En 1999, Blair puso en marcha la llamada devolución, con la cual aspiraba a descentralizar el país y saciar las ansias nacionalistas.
Réplica independentista
«Vale la pena recordar estos comentarios del primer ministro para la próxima vez que los conservadores digan que no representan una amenaza para los poderes del Parlamento escocés o, lo que es más increíble, que apoyan la devolución de más poderes. La única forma de proteger y fortalecer al Parlamento escocés es con la independencia», respondió la ministra principal de la región, Nicola Sturgeon, nada más conocer las palabras del inquilino del 10 de Downing Street.
Los laboristas, por su parte, defendieron su legado y rechazaron la acusación a Johnson. «Él y su Gobierno son el desastre para el Reino Unido», declaró el diputado opositor Ian Murray.
El escándalo coincidió con la aprobación por parte del Parlamento de Edimburgo de la ley que fija las elecciones autonómicas para el 6 de mayo próximo, en las cuales las encuestas le auguran a los tories un varapalo histórico. Posiblemente por ello el Gobierno trató de matizar lo dicho por Johnson.
«La devolución no ha sido un desastre. Desastre es la obsesión de los nacionalistas del SNP de celebrar otro referendo sobre la independencia, situando esta cuesión por encima del empleo, la educación y otros problemas», afirmó Douglas Russ, líder de los conservadores escoceses, quien, sin embargo, habría solicitado hablar de forma urgente con el premier.
En similares términos se pronunció un portavoz de Downing Street, quien dijo: «El primer ministro siempre ha apoyado la devolución, pero Tony Blair falló en prever el alza de los separatistas en Escocia. La autonomía es genial, pero no cuando se usa para dividir al Reino Unido».
Todas las encuestas aseguran que de celebrarse un nuevo referendo de independencia, la mayoría de los escoceses votarían a favor de esta opción.
Negociaciones para el divorcio de Bruselas
Esta nueva crisis se produce en medio de las conversaciones entre Londres y Bruselas para definir su relación futura tras el brexit, las cuales están en su fase definitiva. El bando comunitario espera poder presentar el jueves, en la cumbre europea virtual, «avances significativos» y así evitar un divorcio abrupto.
Pero mientras el Parlamento Europeo avanza en sus planes para celebrar una sesión especial el 28 de diciembre para ratificar el posible tratado, el diario londinense The Independent publicó este martes que el negociador británico, David Frost, habría admitido, por primera vez, que si el Reino Unido no cede algunas demandas de la UE en materia de pesca o competencia no habrá acuerdo.
Sin embargo, Johnson se mantiene en la intransigencia y aseguró este martes a sus ministros que no cederá «en los principios básicos» que ha defendido hasta ahora en materia de soberanía y control de fronteras.