Biden ignora las trabas de Trump y se centra en configurar su Gobierno

Esperanza Balaguer NUEVA YORK / E. LA VOZ

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Joe Biden, presidente electo de Estados Unidos
Joe Biden, presidente electo de Estados Unidos LEAH MILLIS

Elige como jefe de su gabinete a un crítico con la gestión de la pandemia

13 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, avanza en la configuración de su Gobierno a pesar de las trabas de Donald Trump a facilitarle la transición. El primer nombramiento del demócrata llegó el miércoles por la noche al desvelar el nombre de Ron Klain como jefe de gabinete de la Casa Blanca. Klain es un abogado de 59 años, con amplia experiencia en Washington, confidente durante décadas de Barack Obama y jefe de gabinete de Biden cuando era vicepresidente. Conocido por su afilado ingenio, Klain lo ha utilizado para lanzar dardos contra Trump por su manejo de la pandemia. Su nombramiento era previsible por su gestión de la crisis económica del 2009 y del brote de ébola en el 2014.

Biden designa así a su primer cargo de la futura Administración con el objetivo puesto en la crisis del coronavirus, el día en que el país sumó 1.893 muertes en un día. La cifra más alta desde principios de mayo. Se espera que en los próximos días o semanas designe al resto de jefes de las quince carteras que formarán el nuevo Gobierno de EE.UU.

Todos ellos tendrán que ser confirmados por un Senado controlado por los republicanos. Aunque los demócratas todavía tienen posibilidad de recuperarlo antes de la toma de posesión de Biden el 20 de enero. La clave está en Georgia. Este bastión republicano, donde Biden ganó a Trump por tan solo 14.000 votos, decide el 5 de enero en una segunda vuelta quién ocupa dos escaños de la Cámara Alta. Una victoria demócrata daría el control a los demócratas —gracias al voto del desempate de la futura vicepresidenta Kamala Harris— y facilitar así la configuración del gabinete de Biden, así como la aprobación de su agenda política.

Trump ha centrado en Georgia, el único estado que ha aceptado un recuento de los votos, toda su estrategia para no aceptar la derrota. El presidente no tiene previsto conceder la victoria a su rival al menos hasta el 20 de noviembre, fecha límite para el fin del recuento, según la CNN.

EE.UU. se adentra en una tortuosa transición en los próximos dos meses y medio en plena tercera ola de la pandemia. Trump sigue adelante con sus acusaciones de fraude sin aportar pruebas y con la negativa de dar acceso a Biden a los informes de información clasificada.

«Se los daré yo»

Ocho líderes republicanos han criticado este enroque, pero solo cuatro de ellos han reconocido la victoria del demócrata. «Si no se le da [la información clasificada] el viernes, se los daré yo», sentenció James Lankford, senador republicano de Oklahoma, el más crítico con las obstrucciones del presidente saliente a la transición. Las grietas se abren poco a poco en el Partido Republicano. «Joe Biden es el presidente electo», declaró el gobernador Mike DeWine de Ohio. También se sumaron a las peticiones de capitulación los veteranos halcones de la Administración de George W. Bush, Karl Rove y John Bolton. Este último, exasesor de Seguridad Nacional de Trump.

Los dos líderes demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi y Chuck Schumer, exigieron a los legisladores republicanos que abandonen las falsedades del presidente Trump y se pongan a trabajar para atajar el avance del covid. «Detengan el circo», pidió Pelosi.

Afroamericanos y latinos decantaron los estados claves para los demócratas

El demócrata Joe Biden ganó el voto popular por más de cinco millones y se espera que el margen crezca a medida que termine el recuento. Donald Trump se mantuvo fuerte en la mayoría de los territorios que votaron por él en el 2016. Pero los números arrojan muchos detalles sobre los cambios demográficos que propiciaron las victorias claves de Biden en Pensilvania, Arizona y Georgia por estrechos márgenes.

El demócrata no obtuvo el favor del voto afroamericano previsto. Ganó entre el 97 % de los votantes negros, pero su margen se quedó en 75 puntos frente a los 81 conseguidos por Hillary Clinton en el 2016 y los 87 de Barack Obama en el 2012. Trump, por su parte, obtuvo el 19 % de apoyo entre los varones afroamericanos, un 13 % más que hace cuatro años, un récord para un republicano desde 1980.

Pensilvania fue la excepción. Allí Biden igualó el apoyo del 92 % de Clinton entre los votantes negros, y aumentó tres puntos el favor de los varones.

Arizona cambió al bando demócrata gracias al apoyo de un 63 % de los latinos, un margen de 27 puntos frente a Trump menor a los 30 puntos de Clinton, pero que compensó con el mantenimiento de votantes blancos que la abandonaron hace cuatro años. Aunque Biden ganó entre los latinos por un margen de aproximadamente 2 a 1 en todo el país, similar al del 2016, Trump logró mantener Florida y Texas al crecer el apoyo entre ellos.

La estrecha ventaja de Biden en Georgia se basó en la estrategia de la congresista Stacey Abrams para movilizar a los jóvenes, personas de color y a los votantes blancos cansados de Trump.