Biden afronta con cautela su ventaja en las encuestas tras el positivo de Trump

Héctor Estepa
héctor estepa CIUDAD DE MÉXICO / E. LA VOZ

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Jill Biden acaricia a su marido en presencia de Trump y su esposa, antes del debate del martes
Jill Biden acaricia a su marido en presencia de Trump y su esposa, antes del debate del martes

Los médicos dicen que el presidente mejora e incluso ayer abandonó un rato su habitación del hospital para saludar a los ciudadanos

05 oct 2020 . Actualizado a las 08:50 h.

Joe Biden atesora motivos para ser optimista, pero también para tener la mosca detrás de la oreja. El candidato demócrata lidera las encuestas de intención de voto, a nivel nacional, con alrededor de 8 puntos sobre el presidente Donald Trump, pero es consciente de que ganar el mayor número de sufragios no es suficiente para imponerse en EE.UU.

Las elecciones del 3 de noviembre se juegan en 14 Estados péndulo, y una combinación de victorias del actual mandatario en varios de ellos, como Florida, donde las encuestas son ajustadas, podrían suponer la derrota de Biden, como sucedió en el 2016, cuando Hillary Clinton perdió la carrera presidencial pese a haber ganado en votos.

El exvicepresidente tiene, eso sí, mayor ventaja previa en los sondeos que la ex primera dama en el 2016. Clinton llegó prácticamente empatada con Trump al primer debate presidencial. Aunque estos son unos comicios atípicos. Está por ver cómo afecta a las encuestas el positivo por coronavirus de Trump y su internamiento en un hospital militar.

Los demócratas saben que tienen que hilar fino en esta nueva situación, sin dejar de promocionar a su candidato, pero sin parecer insensibles. Biden ha expresado al presidente sus deseos de pronta recuperación, y ha retirado los anuncios más agresivos contra Trump, pero ha decidido continuar en una campaña ya atípica por el virus, basada en pequeños actos con distanciamiento social en los Estados clave.

El contagio del republicano hará que el covid-19 sea el tema central de campaña, después de que Trump fuese criticado por minusvalorar la pandemia durante meses. Otros temas donde el presidente es aparentemente más fuerte, como la promoción de la ley y el orden, quedarán relegados.

La salud de los candidatos

En segundo plano quedará también la supuesta debilidad física de Biden. El demócrata tiene 77 años, tres más que Trump, pero parte de quienes apoyan al magnate han señalado que algunos achaques de Biden, y algunas equivocaciones al hablar, podrían ser un síntoma de vejez. Ese argumento, con Trump en un hospital, podría diluirse ahora.

Los demócratas, además, han denunciado que sembrar esas dudas sobre Biden es parte de una campaña orquestada por bots rusos de Internet. El FBI ha llegado a expresar públicamente que existe un operativo dirigido desde Rusia para denigrar a Biden.

Esa supuesta debilidad del demócrata hace pensar a parte del electorado republicano que pueda llegar a renunciar, si gana las elecciones, y ceder su puesto a la candidata a vicepresidenta, Kamala Harris, una remota posibilidad alimentada también por Trump, que, antes de su hospitalización, redobló sus críticas contra la senadora, a quien considera una «mujer loca».

«Sus gerentes [de Biden] y los medios de comunicación de noticias falsas están haciendo todo lo posible para que pase las elecciones. Entonces dimitirá, o lo que sea, y estaremos atrapados con una liberal estrafalaria que nadie quiso», tuiteó el presidente hace dos semanas.

Biden tiene, además, un problema con el crucial voto latino. Domina el segmento, con 27 puntos de distancia sobre su rival, pero con menos contundencia que Clinton, que tuvo 38 puntos de ventaja con Trump. El voto latino es clave en algunos de los Estados que decidirán las elecciones, como Florida, donde supone el 15 % de los electores. Trump es consciente, e iba a hacer campaña en ese Estado el pasado fin de semana. Todos los actos fueron cancelados por su contagio.

Parte médico del domingo

El presidente evoluciona favorablemente, según dijeron ayer sus médicos, aunque el sábado existió confusión, debido a que su jefe de Gabinete, Mark Meadows, difundió que el presidente había pasado una situación «muy preocupante» el viernes y que las siguientes 48 horas serían críticas.

Trump apareció poco después ante las cámaras, asegurando encontrarse bien y estar trabajando desde el hospital militar Walter Reed, donde fue ingresado. Sus médicos dijeron ayer que le administraron un esteroide tras una bajada de oxígeno el sábado, y que continúa sin fiebre. Creen que su evolución podría permitir su alta incluso este lunes.

Tres de cada cuatro estadounidenses creen que el magnate no tomó las medidas necesarias para protegerse del virus

Tres de cada cuatro estadounidenses albergan serias dudas de que Donald Trump haya entendido la amenaza que la enfermedad representaba para su propio bienestar ni las medidas necesarias para evitar su contagio, según una encuesta dada a conocer este domingo por ABC News/Ipsos.

En concreto, un 72 % de los estadounidenses creen que el presidente ha sido incapaz de comprender el alcance de la enfermedad ni la eficacia de las medidas propuestas por los epidemiólogos para contenerla, de acuerdo con el sondeo, efectuado los días 2 y 3 de octubre, es decir, el viernes que el presidente ingresó enfermo en el hospital Walter Reed de Bethesda, y al día siguiente. Un 43 % de los republicanos a los que se les formularon estas preguntas contestaron de manera negativa sobre las capacidades del presidente para entender esta crisis. Entre los declarados demócratas, el porcentaje se dispara en torno al 95 %.

Además, después de la hospitalización de Trump, son más los estadounidenses que temen que ellos, o algún allegado, se contagie de la enfermedad: un 81 % de los consultados, nueve puntos más que un sondeo previo de hace dos semanas.

Este salto se atribuye casi en su totalidad a los encuestados republicanos, cuya preocupación neta creció 18 puntos (52 % a 70 %), y a los independientes, cuya preocupación subió 13 puntos (69 % a 82 %). Los demócratas se mantuvieron estables en el 86 %, con respecto al sondeo previo.

Por otro lado, los estadounidenses están divididos (50 a 50) sobre la habilidad de Trump para desempeñar sus tareas como presidente mientras permanece ingresado. Con todo, la mayoría de los republicanos encuestados (un 76 %) sigue aprobando la gestión de Trump, mientras que solo un 33 % de los independientes y el 6 % de los demócratas valoran positivamente la respuesta del Gobierno a la crisis de la pandemia.