La investigación, en la que ha participado un equipo internacional, entre los que se incluye la Universidad de Oviedo, ha descubierto un nuevo método para regular la plasticidad celular
28 sep 2020 . Actualizado a las 17:18 h.Un equipo de investigadores del laboratorio de Plasticidad Celular y Enfermedad del IRB Barcelona liderados por el Investigador ICREA Manuel Serrano, han descubierto un nuevo método para regular la plasticidad celular, una causa importante de la resistencia a la quimioterapia de las células cancerosas, con el que esperan obtener respuestas más homogéneas y duraderas en estos tratamientos al poder bloquear la plasticidad celular.
En este estudio, que publica este lunes la revista Nature Cell Biology, han colaborado diversas instituciones nacionales e internacionales, e investigadores de la Universidad de Oviedo, según informa la institución académica asturiana. La plasticidad celular es una propiedad por la cual una célula puede adquirir varias identidades distintas y reversibles y es esencial en el desarrollo embrionario o para el correcto funcionamiento del sistema inmune.
Hasta ahora, el método empleado para bloquear la plasticidad celular se basaba en inhibir los estímulos externos que reciben las células y de esta manera reducir el llamado «ruido de fondo» de expresión de genes, pero estos métodos suelen ser incompatibles con la multiplicación celular y algunos terminaban siendo dañinos para las propias células.
El nuevo método desarrollado en este estudio incide precisamente en el mecanismo profundo que regula la expresión de los genes, sin afectar a su viabilidad y siendo completamente reversible.
Según los investigadores, ser capaces de regular la plasticidad celular puede tener muchas ventajas en la investigación biomédica, ya que facilita el estudio en el laboratorio de todos los procesos en los que la plasticidad es un elemento clave, como el cáncer o el desarrollo embrionario.
Los investigadores han demostrado que es posible cultivar células madre embrionarias humanas en presencia de un inhibidor de CDK8, haciendo que los cultivos sean más homogéneos y sin dañar a las células, algo que hasta ahora no se había logrado.
Por otra parte, investigadores de otros laboratorios ya han observado que este nuevo método puede tener implicaciones en enfermedades autoinmunes en los que la plasticidad de los linfocitos «T» hace que se presenten en una forma activa en exceso, provocando una respuesta inmune exagerada.
En este trabajo han colaborado el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en Madrid; la Universidad de Cambridge, Reino Unido; la Universidad de Aveiro, en Portugal; el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), en Barcelona, y el Instituto Curie, la Universidad de Lyon y el Instituto de Genética Molecular de Montpelier, en Francia.
También ha participado el Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN-CSIC), la Universidad de Oviedo, el Instituto de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA), el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) y el CIBERER y el CIBER-BBN.
El trabajo ha sido financiado en parte por la Fundación ‘la Caixa’, el European Research Council (ERC) y el Plan Nacional del Ministerio Español de Ciencia e Innovación; informó EFE.