Un estudio del Instituto de Salud Carlos III relaciona la proximidad a instalaciones industriales que emiten sustancias tóxicas al medio ambiente con un incremento en el riesgo de cáncer colorrectal
23 sep 2020 . Actualizado a las 08:59 h.Un equipo de Investigadores de Epidemiología y Salud Pública del Centro Nacional de Epidemiología que pertenece al Instituto de Salud Carlos III, han planteado si el hecho de residir cerca de industrias contaminantes podría tener una influencia en la frecuencia del cáncer colorrectal. Los resultados de este estudio, que ha sido publicado recientemente en la revista Environment International, sugieren un incremento del riesgo de este tipo de cáncer en personas que viven cerca de determinadas industrias.
Aunque el cáncer colorrectal es el tercer tumor maligno más frecuente entre hombres y el segundo en mujeres a nivel mundial, los factores de riesgo modificables conocidos, como elevado consumo de carnes rojas y procesadas, tabaco, consumo excesivo de alcohol, obesidad o sedentarismo, explicarían entre el 45 y el 58 % de los casos observados. Por tanto, los investigadores apuntan la posibilidad de que puedan existir otros factores que serían responsables de la variación restante. «La proximidad residencial a instalaciones industriales que emiten sustancias tóxicas al medio ambiente y generan residuos peligrosos podría ser una fuente potencial de exposición a carcinógenos reconocidos y sospechosos relacionados con un incremento en el riesgo de cáncer colorrectal» afirma la investigadora Marina Pollán, una de las coordinadoras del trabajo científico.
11 provincias españolas
En esta investigación, participaron 557 personas con cáncer colorrectal y 2.948 personas sanas de 11 provincias españolas, a las que se les proporcionó un cuestionario epidemiológico que incluía información sobre historia personal, familiar, residencial y laboral. Por otro lado, los datos sobre contaminación industrial se obtuvieron del Registro Estatal de Emisiones Contaminantes, que incluyó información sobre cantidades de emisiones de contaminantes y localización geográfica de 134 instalaciones industriales ubicadas en las zonas de estudio.
Para evaluar el exceso de riesgo en el entorno de las industrias se geocodificaron los domicilios de los participantes del estudio y las instalaciones industriales, y se calculó la distancia entre ellos. Finalmente, se comparó si existía una mayor proporción de casos de cáncer colorrectal frente a controles sanos en las áreas próximas a industrias entre 1 y 3 kilómetros que en la zona de referencia, más de 3 kilómetros, donde no existía ningún foco industrial cerca. Los resultados mostraron un exceso de riesgo en el conjunto de todas las industrias, que osciló entre un 26 % para un radio de 3 kilómetros y un 103% para un radio de 1 kilómetro, y las industrias que emitieron contaminantes al aire mostraron un mayor riesgo que aquellas que solo emitieron contaminantes al agua.
Tratamiento de metales
En particular, se detectaron asociaciones significativas entre el riesgo de sufrir cáncer colorrectal y la proximidad residencial a industrias de producción y tratamiento de metales, de superficies metálicas y plásticas, instalaciones de fabricación de vidrio y fibras minerales, industria química, producción de químicos orgánicos e inorgánicos, instalaciones de fabricación de alimentos y bebidas e instalaciones de tratamiento de superficies con disolventes orgánicos e industrias emisoras de determinados carcinógenos reconocidos y sospechosos como el arsénico, cadmio, cromo, níquel, diclorometano, plomo, y otras sustancias tóxicas como el antimonio, cobre, manganeso, compuestos organoestánicos, vanadio, zinc, naftaleno, compuestos orgánicos volátiles distintos del metano y nonilfenol.
Los autores del estudio recalcan que al interpretar los resultados es importante tener en cuenta que la distancia a las industrias es solamente una medida aproximada de exposición, que podría no reflejar de forma adecuada la exposición real. «Nuestro trabajo pone de manifiesto un exceso de riesgo en el entorno de estas instalaciones y aunque algunos de los resultados obtenidos son coherentes con estudios realizados en el laboratorio, son necesarios estudios adicionales que afinen en la medida de exposición a la hora de extraer conclusiones. El estudio supone un primer paso en un área de gran interés y difícil de abordar en estudios epidemiológicos», sostiene Pollán. Este trabajo ha sido financiado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).