Jóvenes colombianos protestan contra las masacres que asolan al país y ya ascienden a 46 matanzas
ACTUALIDAD
Tres personas, una menor de edad, fueron asesinadas el viernes en el departamento colombiano de Antioquia
29 ago 2020 . Actualizado a las 13:57 h.La desaparición de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no ha significado la desaparición de la violencia en Colombia. Los territorios se los disputan ahora grupos narco paramilitares, además de decenas de bandas armadas, formadas por disidentes y nuevos reclutas de las FARC y de otros grupos armados. En las últimas semanas 43 personas han sido asesinadas, mientras que la cifra de masacres este 2020 asciende a 46.
La última sucedió el pasado viernes, cuando tres jóvenes, uno de ellos menor de edad, fueron asesinados en el departamento colombiano de Antioquia, en el noroeste del país, en una masacre atribuida a una banda de narcotraficantes. Esta fue la segunda matanza en esa región en menos de una semana.
Ante esta escalada de violencia, un grupo de manifestantes, en su mayoría de jóvenes de comunidades negras, protestó este viernes con tambores frente a la Fiscalía colombiana en Bogotá. También reclamaron a las autoridades resultados en las investigaciones y ayuda para enfrentar los efectos de la pandemia del covid-19.
El acuerdo de paz firmado en el 2016 con las FARC acabó con medio siglo de guerra civil en la que fallecieron más de 260.000 personas. Sin embargo, las muertes siguen siendo recurrentes en un país en el que en las últimas semanas de nueve matanzas que se han cobrado la vida de 43 personas por lo cual el Gobierno asignó equipos especializados para que investiguen los hechos ocurridos en los departamentos de Nariño, Valle del Cauca, Arauca, Antioquia, Cauca y Norte de Santander.
«Estamos acá para exigir respuesta a cada uno de los asesinatos y para ver cómo va la investigación», dijo a Efe Yasir Moreno, quien forma parte de una organización de afrodescendientes de Bogotá.
Según Moreno, los organismos del Estado no cumplen con la labor de investigar las matanzas, pese a que el Gobierno anunció hoy la detención de dos presuntos autores del asesinato de cinco adolescentes en Cali, al suroeste del país. Por su parte, el presidente del país, Iván Duque, recibió fuertes críticas cuando calificó a las masacres como «homicidios colectivos».
También se muestran críticos con el Ejecutivo desde la organización Colombia Risk Analysis, un grupo de expertos que, en declaraciones de su director Sergio Guzmán al diario británico The Guardian, aseguran que «el Gobierno no ha seguido la hoja de ruta trazada por el acuerdo de paz».
El coronavirus ha tenido asimismo una fuerte influencia en estas masacres. Según informa el mismo periódico, la pandemia ha llevado a grupos armados a tomar el control y cerca de 30 personas han sido asesinadas por no cumplir las cuarentenas.
Masacres por racismo
Pero uno de los motivos que se esconde detrás de estas matanzas es el racismo. Durante la protesta los jóvenes acompañaron sus peticiones al Gobierno colombiano con música y pancartas en las que se leía: «Exigimos nuestras ayudas humanitarias inmediatas». «No más racismo, todos somos iguales y tenemos los mismos derechos».
En declaraciones a Efe, Stella Cortés, otra manifestante, explicó que «estamos aquí por muchas razones: en primer lugar por el racismo y por el asesinato de nuestros jóvenes». Además, reclamó que no tiene trabajo ni una vivienda digna en Soacha, una población aledaña a Bogotá, en donde habita. «Somos desplazados. No ha llegado ni ayuda del Gobierno, ni mercados, ni indemnizaciones, ni ayudas humanitarias y somos desplazados», aseguró la manifestante.
Cortés aseguró que desde que comenzó la pandemia del coronavirus la Alcaldía de Soacha solamente le ha ayudado con víveres una vez, lo que consideró insuficiente porque nadie vive «con un litro de aceite cinco o seis meses».
Según el Ministerio de Salud el país tiene 582.022 casos de covid-19 y 18.468 personas han perdido la vida por la pandemia.
Preocupación por la juventud
Sobre las matanzas, Cortés lamentó que actualmente «no sabemos realmente qué está pasando ni quién está matando a nuestros jóvenes».
Horas antes de esta protesta, las autoridades anunciaron la captura de dos guardias de seguridad como presuntos autores de la matanza de cinco jóvenes perpetrada el pasado 11 de agosto en una plantación de caña de azúcar en las afueras de Cali.
Los capturados esta madrugada «como presuntos autores de la muerte de estos menores de edad» son Jefferson Marcial Angulo Quiñonez y Juan Carlos Loaiza Ocampo, quienes formaban parte de un grupo de vigilantes de la zona, dijo el fiscal general, Francisco Barbosa, quien se trasladó a Cali con el presidente colombiano, Iván Duque, para hacer el anuncio.
Los analistas consultados por The Guardian explican que la dinámica de estos grupos armados es más complicada que la que se produjo en la década de 1990, en el pico del conflicto. Actualmente las bandas criminales están segmentadas y no se pueden definir por ideologías o motivos claros. «A menos que veamos un cambio radical en la voluntad política de Duque y las élites económicas del país, las cosas seguirán deteriorándose», declaro al medio Gimena Sánchez, directora de Andes en la Oficina de Washington para América Latina.
Otra manifestación tuvo asimismo lugar en la Universidad Nacional, la principal pública del país, donde estudiantes exigieron que cesen las masacres y que el Gobierno apruebe la matrícula gratuita para la educación superior en instituciones del Estado.