El rapero dio un discurso inconexo ante cientos de personas, que estaban obligadas a llevar mascarilla
20 jul 2020 . Actualizado a las 19:30 h.El rapero Kanye West protagonizó este domingo su primer acto de campaña tras anunciar su candidatura como independiente a la presidencia de Estados Unidos apenas cinco días después de retirarla. Su puesta de largo fue un peculiar mitin en Carolina del Sur en el que propuso premiar con un millón de dólares a quienes tengan un bebé y generó polémica con unos comentarios sobre la esclavitud.
West, cuyo anuncio de que se presentaría a las elecciones de noviembre provocó este mes una gran conjetura sobre si simplemente buscaba publicidad o incluso favorecer las opciones de reelección de Donald Trump, estrenó su incipiente campaña en la localidad de North Charleston vestido con un chaleco antibalas con la palabra «seguridad» escrita delante. El rapero dio un discurso inconexo ante cientos de personas, que estaban obligadas a llevar mascarilla.
Preguntado sobre el aborto, West se puso a llorar al recordar cómo su padre quiso interrumpir el embarazo de su madre y que él pensó en hacer lo mismo cuando su esposa, Kim Kardashian, se quedó encinta. «Casi maté a mi hija», dijo.
El rapero precisó que cree que el aborto debe ser legal, pero propuso algo llamado «aumento máximo», que consistiría en dar «un millón de dólares o algo así» a las mujeres que tuvieran un bebé para disuadirlas de interrumpir su embarazo.
West también provocó controversia al afirmar que la célebre abolicionista afroamericana Harriet Tubman, que en el siglo XIX participó en una red clandestina para sacar del sur de EE.UU. a decenas de negros, «en realidad nunca liberó a los esclavos» sino que «hizo que fueran a trabajar para otra gente blanca».
Una usuaria afroamericana de Twitter, identificada como Toe Knee, capturó ese momento en vídeo desde el mitin y escribió: «Kanye dijo esto y me fui inmediatamente. Vine a reírme un poco y lo conseguí. Pero cuando empezó a faltar al respeto, para mí se acabó».
El ganador de 21 Grammys se pronunció además en contra de un mayor control de armas al afirmar que «disparar pistolas es divertido» y que si la gente dejara de tener armas otros países podrían invadir EE.UU. y «esclavizar» a su población.