Los hijos de Carlos Falcó se enteraron en la lectura del testamento ante notario de la disposición añadida por su padre, que cedía el marquesado de Griñón a su hija Tamara. La voluntad se ha cumplido, pero ha causado sorpresa y decepción en los otros hijos. Especialmente en Manolo, el primogénito y poseedor de la mayoría de acciones de las empresas de su padre, que compró para evitar la quiebra, hasta convertirse en socio mayoritario. Pero la sorpresa ha sido enorme porque en ningún momento Carlos Falcó comunicó en vida su intención de que la hija que tuvo con Isabel Preysler fuese la que finalmente heredase el marquesado.
Pero además se ha sabido ahora que Carlos Falcó cometió un error jurídico en su testamento y en caso de que Tamara renunciase, el marquesado pasaría a manos de su hijo Duarte Falcó de la Cierva». Aunque, de acuerdo con el derecho nobiliario, a quien le correspondería, de producirse la renuncia de Tamara, sería a su hermano Manolo y no a quien determinara su padre.
Tampoco parece que sean muy buenas las relaciones de la viuda, Esther Doña, con Tamara Falcó, que ahora mismo comparte el título con ella. Dicen las malas lenguas que Tamara le confesó a una amiga: «Será Esther quien lo comparta conmigo, porque yo soy la marquesa». Está la cosa calentita.
OTRA HERENCIA
Doña Pilar de Borbón. Los Gómez-Acebo, hijos de la infanta Pilar, que falleció el 8 de enero, han puesto a la venta varias propiedades. Entre ellas la casa de Puerta de Hierro en la que residió toda la familia y que está valorada en unos cuatro millones de euros. La otra gran propiedad de doña Pilar era su casa de verano en la urbanización Sol de Mallorca, en la zona de Calviá. Aunque está en segunda fila y el precio es menor que las que están al borde del mar, podría estar valorada en unos 3 millones de euros. Igual los Falcó se las compran.