Trump sostiene que el covid-19 fue creado en China: «Son una nación brillante científicamente. Se les escapó, podrían haberlo parado, pero no lo hicieron»

La Voz

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El presidente norteamericano vuelve a recurrir a la polémica cuando esa teoría era descartada horas antes por Inteligencia Nacional

01 may 2020 . Actualizado a las 10:01 h.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha contradicho este jueves a los servicios de Inteligencia del país al asegurar que dispone de evidencias que muestran que el nuevo coronavirus ha sido creado en un laboratorio chino de Wuhan, epicentro mundial de la pandemia. Horas antes, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional informó en un comunicado de que había un «amplio consenso científico» que concluía que el virus «no fue fabricado por el ser humano o modificado genéticamente».

De esta manera,Trump vuelve a recurrir a la polémica cuando los casos confirmados de covid-19 en el país norteamericano suman 1.070.000 (30.000 más que ayer) y los fallecidos son 63.000 (2.200 más que ayer).

 «Amplio consenso científico»

Tras descubrirse que funcionarios del Ejecutivo habrían presionado a los servicios de espionaje para que busquen indicios de que el origen del SARS-CoV-2 está en un laboratorio en Wuhan, este jueves la oficina del director de la Inteligencia Nacional, Richard Grenell, descartó en un comunicado que el virus haya sido creado de forma artificial.

«La comunidad de Inteligencia también coincide con el amplio consenso científico de que el virus de la covid-19 no es ni artificial ni genéticamente modificado», indicó.

La agencia federal añadió que «la comunidad de Inteligencia seguirá examinando rigurosamente la información y los datos que emerjan para determinar si el brote (de coronavirus) comenzó a través del contacto con animales infectados o si fue resultado de un accidente en un laboratorio en Wuhan».

Las pruebas de Trump

Horas después del pronunciamiento, poco habitual en la Dirección de Inteligencia, Trump aseguró desconocer su contenido y dijo tener información «de confianza» de que el virus, en realidad, sí se originó en el laboratorio de Wuhan, aunque descartó dar más detalles, pues dijo no tener autorización para ello.

En concreto, un periodista le preguntó si tenía pruebas que le permitan afirmar con un alto grado de confianza que el nuevo coronavirus se originó en dicho laboratorio, a lo que Trump contestó: «Sí, sí las tengo y creo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) debería estar avergonzada».

«Podrían haberlo parado, son una nación brillante científicamente. Se les escapó, podrían haberlo parado, pero no lo hicieron»

«Podrían haberlo parado, son una nación brillante científicamente. Se les escapó, podrían haberlo parado, pero no lo hicieron», ha asegurado sobre su hipótesis. «Hay muchas teorías. Vamos a ver dónde está y a ver de dónde viene», ha añadido Trump, quien ha aseverado a su vez que «China está intentando ser algo más transparente» con Estados Unidos.

 «Castigar» a China

The Washington Post publicó este jueves que funcionarios de alto rango estadounidenses han comenzado a explorar la posibilidad de imponer un castigo o pedir compensaciones económicas a China por su gestión de la pandemia. Entre las opciones que se barajan está arrebatar a China de su «inmunidad soberana» para que tanto el Gobierno como las víctimas puedan interponer demandas contra Pekín y también se evaluaría cancelar parte de las obligaciones de deuda.

Trump sin embargo, se inclinó por imponer nuevos aranceles contra China en lugar de dejar de pagar la deuda. «Podemos hacerlo de otras formas, podemos hacerlo con aranceles, podemos hacerlo de otra formas incluso más allá de eso, sin tener que entrar en ese juego», sostuvo el líder estadounidense.

Pompeo, en busca de pruebas contra el gigante asiático

Es el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien según The New York Times lidera los esfuerzos del Gobierno para desafiar a Pekín, mientras que el viceasesor de Seguridad Nacional, Matthew Pottinger, ha estado presionando a los servicios de Inteligencia desde enero para que reúnan información que sustente la hipótesis del virus generado en un laboratorio.

El artículo también destaca el nombre de Anthony Ruggiero, director de la oficina del Consejo de Seguridad Nacional encargada del seguimiento de las armas de destrucción masiva, quien expresó en enero su frustración durante una videoconferencia sobre la incapacidad de la CIA de hallar el origen del brote.

Personas conocedoras de esa conversación, citadas por The New York Times, indicaron que los analistas de la CIA respondieron que no tenía pruebas para respaldar ninguna teoría con suficiente confianza.

El miércoles, la cadena de televisión NBC ya informó de que la Casa Blanca había ordenado a las agencias de espionaje que «barrieran» todas las comunicaciones interceptadas, datos e imágenes por satélite para averiguar si China y la Organización Mundial de la Salud (OMS) escondieron al principio información sobre lo que más tarde se convertiría en una pandemia.