Dimite el número dos del Ministerio de Salud de Brasil en medio del pulso con Bolsonaro

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El ministro de Sanidad brasileño, Luiz Henrique Mandera, durante la rueda de prensa del martes
El ministro de Sanidad brasileño, Luiz Henrique Mandera, durante la rueda de prensa del martes ADRIANO MACHADO | Reuters

Su renuncia anticipa la salida del titular de la cartera, Luiz Henrique Mandetta, enfrentado con el presidente por la medidas contra el coronavirus

16 abr 2020 . Actualizado a las 08:52 h.

El secretario de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud de Brasil, Wanderson de Oliveira, renunció este miércoles y anticipó la posible salida del titular de ese despacho, Luiz Henrique Mandetta, en conflicto con el presidente Jair Bolsonaro por la pandemia del COVID-19.

Portavoces del ministerio confirmaron a Efe la renuncia del funcionario, un hombre clave del equipo formado para el combate al coronavirus SARS-CoV-2 y quien, al igual que Mandetta, ha enfrentado a Bolsonaro y defendido las medidas de restricción de la circulación de personas para frenar al virus, a las que el mandatario se opone.

De Oliveira envió una carta a otros funcionarios del ministerio, que fue obtenida por el portal O Antagonista, en la cual escribió que «infelizmente, ha llegado el momento de la despedida». Agregó que este martes tuvo una reunión con el ministro Mandetta y que «su salida está prevista para las próximas horas o días», pero que no era posible determinar cuándo «será el momento exacto».

Sin embargo, anticipó que pudiera ser a través de «un anuncio respetuoso» por parte de Bolsonaro o «por el Twitter», el medio que el mandatario suele usar para muchos anuncios importantes, incluida la dimisión de ministros.

En la carta obtenida por O Antagonista, De Oliveira considera que «la gestión de Mandetta se acabó». Las tensiones entre Bolsonaro y Mandetta comenzaron hace semanas y se agravaron al mismo ritmo que el coronavirus se ha expandido por el país, donde ya hay 1.557 fallecidos y 25.758 casos confirmados de COVID-19.

Mandetta ha defendido las cuarentenas y otras medidas adoptadas por gobernadores que impiden el contacto entre las personas, en tanto que Bolsonaro las ha censurado, con el pretexto de que el efecto que tendrán sobre la economía será «peor» incluso que el coronavirus, al que ha llegado a tildar de «gripecita» o «resfriadito».

El ministro, sobre cuya salida se conjetura desde hace más de una semana, pareció estirar la cuerda de su tensa relación con Bolsonaro el pasado fin de semana, cuando en una entrevista con TV Globo dijo que esas diferencias «confunden» a la sociedad.

Según Mandetta, ese doble discurso hace que el ciudadano no sepa «si escucha al ministro de Salud» o «si escucha al presidente», por lo que instó al Gobierno a mantener un «discurso único» frente al COVID-19, a la que consideró como un «enemigo común».

 A pesar de esas crecientes tensiones, Mandetta, cuya gestión es aprobada por cerca del 75 % de los brasileños, según sondeos, ha dicho que no renunciará pues «un médico no abandona a su paciente», aunque ha admitido que su cargo «pertenece al presidente».