Sanders, favorito en las primarias de Nuevo Hampshire

Carlos Pérez Cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

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Elizabeth Warren, en Nuevo Hampshire
Elizabeth Warren, en Nuevo Hampshire Brian Snyder | Reuters

Pete Buttigieg busca consolidarse como alternativa y Joe Biden recuperarse tras el fiasco de Iowa

11 feb 2020 . Actualizado a las 10:55 h.

Uno sería el presidente de más edad de la historia de Estados Unidos. El otro, el más joven y, además, el primero abiertamente gay. Uno se llama Bernie Sanders y el otro Pete Buttigieg. El primero es el más progresista de los precandidatos demócratas a la presidencia, mientras el segundo es más pragmático en sus propuestas. Sanders conecta con los más jóvenes. Buttigieg agrada a los mayores. El senador tiene el discurso vehemente de un chaval; el exalcalde, la serenidad de un experimentado burócrata. Ambos llegan reforzados a las primarias de Nuevo Hampshire que se celebran esta próxima madrugada.

Es solo la segunda parada en la carrera demócrata hacia la Casa Blanca tras los caucus de Iowa y otorga incluso menos delegados para la convención nacional del partido, pero lograr un buen resultado en este pequeño estado del noreste estadounidense comienza a ser imperativo para varios de los aspirantes. Bernie Sanders, favorito para esta noche según las encuestas, ya sabe qué es ganar allí. Lo hizo con claridad sobre Hillary Clinton hace cuatro años. Pero hoy el escenario es más complejo, con mayor competencia y con el favorito a nivel nacional, Joe Biden, tambaleándose tras su cuarto puesto en los caucus. Quizá por prevención, quien fuera segundo de Barack Obama se puso la venda antes de la herida cuando el viernes admitió en el último debate que espera «recibir un golpe» como el de Iowa. 

Duelo entre Buttigieg y Biden

El «golpe» del exvicepresidente lo recogió Pete Buttigieg, que parece llevarse el apoyo de quienes quieren un Biden para la Casa Blanca pero no ven al original en buena forma. El exalcalde de South Bend, una pequeña población de Indiana, vende su falta de experiencia en la política nacional como una virtud. Él no es el establishment de Washington, algo de lo que Joe Biden presume y defiende como imprescindible para poder manejarse en los pasillos del poder. Los periodistas le recordaron a Biden durante el fin de semana que también Obama recibió ataques por su falta de experiencia antes de ser el candidato del partido. «¡Vamos, hombre! Este tipo no es Barack Obama», respondió aparentemente ofendido el veterano político.

«Está en lo cierto», le respondió Pete Buttigieg el domingo en una entrevista en CNN. «Pero tampoco él lo es», remató. Biden ha construido su campaña como un ejercicio de nostalgia de los años en el poder junto al primer presidente afroamericano de la historia del país. Para Buttigieg, sin embargo, «no estamos en el 2008 sino en el 2020» y el momento «requiere un tipo diferente de liderazgo». Síntoma de que las cosas no van como esperaba, la campaña de Joe Biden comenzó a emitir un anuncio burlándose de las decisiones que tuvo que tomar Buttigieg como alcalde y comparándolas con el peso de las que afrontó él en la Casa Blanca.

Una encuesta publicada ayer por The Boston Globe mostraba a Bernie Sanders en cabeza con un 27 % de los apoyos, ocho puntos por encima de Pete Buttigieg. Según este muestreo, la gran sorpresa la podría dar un tercer puesto de la senadora Amy Klobuchar, que se presenta como una alternativa a la dicotomía Biden-Buttigieg. Si lo certifica, no solo dejaría muy tocado al primero, sino que en tierra de nadie a la también senadora Elizabeth Warren, cuya campaña se ha movido en los parámetros ideológicos de Sanders, pero sin lograr restarle seguidores.