El exvicepresidente Biden pinchó en el primer asalto y quedó relegado al cuarto puesto entre los aspirantes demócratas
06 feb 2020 . Actualizado a las 08:23 h.El primer duelo entre los candidatos demócratas a la presidencia de EE.UU. acabó en fiasco y con la victoria inesperada del alcalde de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg. Los tradicionales caucus de Iowa, un estado rural del medio oeste de EE.UU., dejaron claro que este sistema de votación asamblearia donde los vecinos reparten entre los aspirantes los 41 delegados que les representarán no funciona. Día y medio después de las votaciones del lunes por la noche y al cierre de esta edición, aún no se conocían los resultados definitivos debido a las «inconsistencias» en varios de los precintos.
Los últimos datos de las votaciones con un 71 % de los delegados estatales contabilizados confirmaban la sorpresa. La victoria se la lleva Buttigieg con un 26,8 % de los delegados estatales. Seguido de los dos representantes del ala más a la izquierda del Partido Demócrata, Bernie Sanders con un 25,2% de los votos y la senadora Elizabeth Warren con un 18,4 %. El tercer giro inesperado del primer asalto de la carrera demócrata a la Casa Blanca fue el pinchazo del exvicepresidente Joe Biden, con el 15,4 % de los votos.
«Los votantes se sitúan entre el statu quo o la revolución», concluyó ayer el ganador, de tan solo 38 años y perfil obamaniano, ante la convulsa situación política de EE.UU. Los ciudadanos de Iowa no representan la diversidad del país, pero han dejado claro que prefieren la novedad frente a los pesos pesados demócratas, todos ellos mayores de 70 años. Buttigieg ha pasado de ser un desconocido alcalde de una ciudad de 100.000 habitantes del medio oeste de Estados Unidos sin experiencia en Washington a convertirse en favorito. Si ganara, sería el candidato más joven de la historia y el primero abiertamente homosexual. Graduado en Harvard, exmilitar y miembro de la Iglesia episcopal, fue elegido alcalde por primera vez con 29 años, en una ciudad posindustrial y conservadora. Esta combinación justifica su preferencia por situarse en el centro político con unas propuestas electorales que mezclan una ambiciosa reforma gubernamental con avances legislativos graduales.
Los votantes han demostrado que valoran su pragmatismo frente a la crispación. Sus propuestas pasan por defender el sistema de salud universal sin eliminar el actual de seguros privados o las ventajas fiscales para los trabajadores sin atacar a las grandes empresas como hacen Sanders o Warren. Todo un despliegue de moderación que parece la clave para la nominación.
El alcalde logró un 26,8 % de los apoyos, seguido por Bernie Sanders con un 25,2 % Su próximo obstáculo está en New Hampshire, donde los candidatos comenzaron ayer su nueva batalla por arañar votos y donde las encuestas lo sitúan en cuarto lugar. Sanders parte como favorito en el conocido como estado del granito, que acoge las primeras primarias de la carrera demócrata a la Casa Blanca. Estas votaciones, que tendrán lugar el próximo 11 de febrero, son un indicativo más preciso del favorito para enfrentarse a Trump.