Italia aprueba el límite de cannabis en alimentos y bebidas

gonzalo sánchez EFE

ACTUALIDAD

La Gaceta Oficial del Estado publicó un decreto del Ministerio de Salud que establece la cantidad máxima de THC que pueden tener los alimentos hechos con semillas, harina o aceite del cannabis

17 ene 2020 . Actualizado a las 13:48 h.

A la mesa de los italianos podrán llegar ya alimentos elaborados en el país con ingredientes derivados del cannabis, como pan, dulces o cerveza, gracias a un esperado decreto que estipula por primera vez límites de la sustancia psicotrópica. Italia cuenta desde 2016 con una ley que permite el cultivo del cannabis «sativa» para fabricar, entre otras cosas, cosméticos, abonos, materiales de construcción biológicos, productos textiles, combustibles biomasa, abonos y también alimentos y bebidas.

No obstante, para elaborar comestibles, primero se debían aclarar los límites permitidos de tetrahidrocannabinol (THC), la sustancia psicoactiva del cannabis. Y esto es lo que acaba de ocurrir. La Gaceta Oficial del Estado publicó un decreto del Ministerio de Salud que establece la cantidad máxima de THC que pueden tener los alimentos hechos con semillas, harina o aceite del cannabis.

En el caso de la harina obtenida con semillas o integradores de la planta solo puede tener 2 miligramos por kilo, mientras que el aceite no podrá superar los 5 miligramos por la misma cantidad. La entrada en vigor del decreto fue muy celebrada por el sector, pues abrirá las puertas de un mercado hasta ahora cerrado para los agricultores italianos, explica a Efe Stefano Masini, experto en Derecho Agrícola de la asociación de cultivadores «Coldiretti».

LA PARADOJA ITALIANA DE LOS ALIMENTOS A BASE DE CANNABIS

Lo cierto es que en Italia ya se podía encontrar pasta, galletas, dulces u otros productos con derivados de esta controvertida planta, pero llegaban de otros puntos de la Unión Europea (UE). Mientras, los agricultores italianos no podían fabricar este tipo de alimentos para entrar en el mercado hasta que no se establecieran límites máximos legales de la sustancia psicotrópica.

De este modo se daba la paradoja de que cualquiera podría comprar en Roma o Milán galletas a base de cannabis -de bajo THC- fabricados en Ámsterdam o París, pero no elaborados en suelo italiano. Esto se debe, apunta Masini, al principio de reconocimiento mutuo del mercado único europeo, que permite la libre circulación de los productos por el continente sin que sea necesario armonizar las distintas legislaciones de sus Estados miembro.

«La determinación de límites específicos por la administración de Sanidad para producir alimentos hará posible iniciar todo un sector de producción de comestibles obtenidos a partir de semillas, aceites y otros ingredientes derivados» del cannabis, celebra el experto.

UNAS EXPECTATIVAS AL ALZA

La posibilidad de competir con otros alimentos derivados de esta planta llegados del extranjero abre nuevas opciones a las empresas y las factorías italianas y se prevé un aumento de los cultivos. Ya en los últimos cinco años, tras la aprobación de la mencionada ley, las extensiones de cannabis se multiplicaron por diez en todo el país, de norte a sur, hasta las casi 4.000 hectáreas, según los datos del 2018 estimados por Coldiretti.

En la actualidad Italia cuenta con unas 3.000 factorías dedicadas al cultivo de la planta que emplean a alrededor de 10.000 personas. Una tendencia al alza que se espera que continúe puesto que las opciones son enormes: desde galletas, panecillos, harina y aceite, quesos, cosméticos, mobiliario doméstico, combustible para las calefacciones o aislantes para las punteras «bioconstrucciones».

No obstante estos datos son solo una sombra de las extensiones del pasado: hasta la mitad del siglo XX Italia era el segundo productor de cáñamo del mundo, después de Rusia, con hasta 100.000 hectáreas, según cifras de la Confederación Italiana de Agricultores (CIA). El destino principal era una vigorosa industria textil entre las décadas de 1930 y 1940 que fue desapareciendo paulatinamente con la llegada de los tejidos sintéticos, recuerda Masini.

Desde la CIA aplauden también este decreto al permitir a los agricultores «operar con una mayor transparencia y una menor incertidumbre», pese a que los límites establecidos son demasiado bajos, y piden alzarlos para ser «más competitivos en el mercado». Pues alegan además que este tipo de cultivos reduce la erosión del suelo y ofrece una producción «versátil».

LA FINALIDAD LÚDICA, EXCLUIDA DE LOS CULTIVOS

Cosa distinta es el fin lúdico ¿Se puede fumar cannabis en Italia? La ley no contempla el uso «recreativo» al cultivo de cannabis, como fumar su inflorescencia, el «cogollo», pero su eventual legalización suele avivar cada dos por tres el debate político. La legislación sí permite la comercialización de productos de baja concentración de THC (hasta el 0,5 %) por no considerarlos droga, razón por la que han proliferado por todo el país las conocidas como tiendas de «marihuana legal», con no pocas críticas.

El pasado diciembre el Tribunal Supremo sorprendió dando la vuelta a la doctrina defendida hasta la fecha y estableciendo que no es delito «cultivar mínimas cantidades» de forma privada siempre y cuando sean para consumo personal y no para la compraventa, pues el trapicheo es una práctica que Italia pena severamente con cárcel y multas elevadas.