El expresidente fugado amaga con volver a España en febrero para visitar a los presos secesionistas
15 ene 2020 . Actualizado a las 08:29 h.Menos de 24 horas después de que Carles Puigdemont y su compañero Toni Comín tomaran asiento por primera vez en el hemiciclo de la Eurocámara, el expresidente secesionista ha iniciado su primera intervención como eurodiputado. Ha aprovechado para llamar al diálogo y negociar una solución política a la crisis en Cataluña. Una actitud que choca de pleno con la reacción que ha tenido cuando, al concluir su turno de palabra, la presidencia de la Cámara le ha informado que tenía dos peticiones de réplica; una de la líder de los populares españoles, Dolors Montserrat, y otra de Luis Garicano (Ciudadanos), y se ha limitado a denegarles la petición.
Además, los secesionistas han recibido una mala noticia del grupo de Los Verdes, al que aspiraban unirse. El copresidente de la formación en la Eurocámara, Philippe Lamberts, se ha mostrado reacio a su adhesión por su cercana relación con el partido nacionalista flamenco de la N-VA.
El ecologista belga considera «una falta de coherencia» que los dirigentes independentistas pidan entrar en su grupo, mientras que «de forma constante se han alineado con un partido en su país de acogida que está en otro grupo distinto al nuestro».
Sorprende la petición de adherirse a Los Verdes por parte de Puigdemont y Comín. Los que sí que han trabajado desde hace años en este grupo han sido ERC e Iniciativa per Catalunya. Sin embargo, Convergència i Unió tradicionalmente ha formado parte de la Alianza de los Demócratas y los Liberales por Europa (ALDE), hoy reconvertido en Renew Europe, que incluye a Ciudadanos.
Para rematar, los eurodiputados de la N-VA pertenecen al grupo de los Conservadores y Reformistas, en el que también está Vox, por lo que se descarta que toquen esta puerta. Menos extraño sería que probaran suerte con la Izquierda Unitaria, que alberga a Podemos, Bildu y el PCE. Y, si la formación los rechaza, opten por integrarse en un subgrupo parlamentario, como hace ERC en Los Verdes. Como última opción, siempre podrán quedarse como europarlamentarios no adscritos a ninguna familia.
En cualquiera de los casos Puigdemont explota su condición de eurodiputado para seguir con su desafío al Estado español. Ayer, en una entrevista en Rac 1 incluso no descartó visitar a los presos secesionistas en las cárceles catalanas en una misión de parlamentarios de la Eurocámara en febrero.