Aunque todo indica que Pedro Sánchez será investido en segunda votación, la del martes, la tensión y las llamadas a la reflexión han estado presentes en el debate en el Congreso desde el sábado. Entre lo más destacado: desde el «no se va a romper España» de Sánchez, al acuerdo «más radical de la historia democrática» de Casado
05 ene 2020 . Actualizado a las 21:50 h.Han sido más de 17 horas de intenso debate en el Congreso. De cruce de acusaciones. Del momento de poner las cartas sobre la mesa, a pesar de que este debate de investidura comenzaba con la investidura de Pedro Sánchez ya casi hecha. Eso sí, por la mínima y en segunda votación, la del martes.
La tensión y los reproches han sido constantes durante las dos jornadas de sesión. Pedro Sánchez ha defendido lo útil de su acuerdo al esgrimir que el suyo es el único Gobierno posible.
La derecha ha usado sus minutos para acusar al candidato de haber traicionado a los electores.
Pedro Sánchez
Desde el primer instante de su intervención, el candidato socialista defendió su acuerdo de investidura y de Gobierno y mantuvo que respondía al mandato de los ciudadanos en los comicios del 10N.
Recordado será su «buenos días. No se va a romper España y nadie va a quebrar la Constitución. Aquí lo que se va a romper es el bloqueo al Gobierno progresista».
Sánchez defendió su alianza con Podemos y ERC como «la mejor solución que puede lograrse» y expuso en varias ocasiones su «ilusión» y el hecho de que Pablo Iglesias y él habían mantenido el contante diálogo y que el próximo Ejecutivo «funcionará como un Gobierno unido».
La otra gran palabra del candidato fue «diálogo». Sobre todo en lo que tiene que ver con el conflicto catalán. «Siento lo que está ocurriendo en Cataluña como un fracaso político. Hay que ver dónde podemos encontrar un punto de equilibrio y resolver esto, si no definitivamente, encontrar un equilibrio. Asumo esa responsabilidad y que tengo limitaciones porque no voy a contar con una oposición leal. Es la desgracia que tenemos en España», aseguró.
A Pablo Iglesias le dedicó el «bien está lo que bien acaba», en referencia a su desencuentro tras las elecciones del mes de abril.
También tuvo buenas palabras para el portavoz de ERC, Gabriel Rufián: «Ha dicho que están dispuestos a trascender la dinámica de bloques y a encontrarse con el diferente».
Toda su dureza fue dirigida a los líderes de la derecha. A Pablo Casado le recordó sus resultados electorales: «Hola, soy Pablo Casado y he perdido cinco elecciones en un año».
En el caso de Abascal, Sánchez se dedicó a desmontar los argumentos del líder de Vox en materias como la delincuencia, la inmigración o la violencia machista. «Mienten más que hablan, y mira que hablan bastante», le espetó.
Palabras duras también para Inés Arrimadas. El candidato acusó a su formación de mimetizarse con el PP y Vox: «Votan siempre con derecha y ultraderecha y se confunden con ellos».
Sánchez cerró sus intervenciones este domingo, tras su compañera Adriana Lastra. Y lo hizo con entusiasmo: «Hay esperanza». «Frente a la coalición del apocalipsis, la coalición progresista. Dejémosles con el rencor, nunca han sabido perder», antes de pedir la confianza mayoritaria de la Cámara», expresó entre los aplausos de sus apoyos.
Pablo Casado
El líder popular sacó toda la artillería en sus intervenciones para intentar echar por tierra los acuerdos de Sánchez para lograr ser investido presidente. Casado definió al futuro ejecutivo como «un Gobierno contra el Estado, el más radical de la historia democrática con comunistas, asesores de dictadores bananeros, y blanqueadores batasunos y separatistas», le espetó.
Casado recordó además al desaparecido socialista Alfredo Pérez Rubalcaba recordando la frase «los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta».
«El problema no es ERC, ni Podemos, ni Bildu, el problema es usted, que les está dando carta blanca», dijo Casado, que tomó también un papel protagonista pidiendo la palabra este domingo. Sucedió tras la intervención de Mertxe Aizpurua, la portavoz de EH Bildu. Pablo Casado calificó de «nauseabundo» su discurso y, recordando a los más de 800 asesinados por ETA, tachó de «infame» el episodio vivido y de «escandaloso» e «inaceptable» el silencio de Sánchez ante «los herederos» de la banda terrorista.
El líder de Vox definió a Pedro Sánchez como «un fraude, un estafador, un villano de cómic». Recuperó además la conocida frase de Adolfo Suárez al advertir al candidato de que le llevará a los tribunales a los que traicionen la «soberanía» del pueblo español. «Se lo puedo prometer y se lo prometo», sentenció Abascal. Y es que el líder de Vox atacó al socialista de forma más intensa por el apoyo que le aseguraron los independentistas de ERC y a la situación del conflicto catalán. «El señor Quim Torra debe ser detenido, pero en España no hay ley por las necesidades de la investidura de Pedro Sánchez», dijo.
Pablo Iglesias
De las intervenciones de Pablo Iglesias quedará para el recuerdo si «sí se puede; adelante presidente», que sellaba de forma aún más oficial el acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos, a lo que añadió: «ojalá seamos dignos del texto de este acuerdo».
Iglesias definió a Casado y Abascal como los líderes de la «ultraderecha y de la ultra-ultraderecha» y al líder del Vox le reprendió su tono: «Muchos no tienen problemas en votar a un facha, pero prefieren a un facha educado».
De sus intervenciones llamó también la atención su agradadecimiento a independentistas «presos y exiliados» por facilitar el gobierno del PSOE y Podemos y advirtió de las dificultades del Ejecutivo que está a punto de arrancar: «El próximo Gobierno tendrá muchos enemigos: poderes económicos y financieros con sus brazos mediáticos preparados para combatir, algaradas callejeras, y algunos togados», advirtió el sábado.
Todas las miradas estaban puestas en la intervención del portavoz de ERC, especialmente tras el anuncio de la inhabilitación de Torra de horas antes, pero con la confirmación de que la formación independentista catalana se iba a abstener de igual forma. Rufián mostró su parte más amable al asegurar que «lo que no ha unido el afecto lo ha unido el espanto».
Eso sí, amenazó con lo que considera fundamental en el futuro cercano: «Si no hay mesa de diálogo, no habrá legislatura», apuntó sobre el conflicto catalán.
El portavoz de ERC no dejó pasar la situación del president Quim Torra y acusó a las fuerzas de la derecha de lo sucedido en cuanto a las últimas decisiones judiciales. «Si pensábamos que lo habíamos visto todo, ayer -el viernes- se puso en marcha un golpe de Estado contra la máxima institución de Cataluña».
Aún así, Gabriel Rufián dejó sus recados para el candidato: «Esto es de largo mejor que lo que tenemos, pero no es todo cuanto queremos. No estaremos peor que de donde venimos, amenazados por una derecha asilvestrada y, a veces, abandonados por un progresismo acobardado».
La portavoz de Ciudadanos reprochó a Sánchez en sus turnos de réplica que no le contestase a preguntas que consideraba fundamentales: «¿Qué significa que Rufián hable de amnistía? ¿Le va a responder a los españoles? ¿Qué significa la desjudicialización?».
Lo más destacado de la líder naranja fue la llamada a la reflexión que hizo a la bancada socialista:
«Después de la intervención de Rufián, ¿a ninguno le ha removido que su presidente y candidato agradezca a Rufián el apoyo?. ¿No se les ha pasado por la mente decir, "por esto no trago"?», les dijo Arrimadas, que no dejó de lado el papel de Unidas Podemos en el futuro Gobierno.
«¿Cómo no se nos había ocurrido que para arreglar los problemas de España había que poner ministros comunistas en nuestro país?».
Horas antes del comienzo de la sesión de investidura, todas las miradas apuntaban al BNG. La decisión de voto de los nacionalistas gallegos formaba parte de las ajustadas matemáticas de la segunda votación, la del martes, para investir a Sánchez.
El diputado Néstor Rego intervino en el Congreso entre interrupciones especialmente al transmitir, como ya era sabido, que apoyaría a Sánchez para «cerrar el paso a esa derecha cada vez más ultra y más españolista».
En su intervención en el debate de investidura, Rego subrayó que el acuerdo alcanzado con Sánchez no implica que el BNG se vincule de manera alguna al PSOE o al Gobierno «salvo en lo concerniente al acuerdo establecido y aquellas políticas en que coincidamos».
Para el diputado nacionalista gallego, el acuerdo con el PSOE debe servir para desbloquear las soluciones a los principales problemas de Galicia: la «estafa» de la AP-9, el mantenimiento de los puestos de trabajo en la construcción naval y eléctrico-, el desarrollo de la Ley de Dependencia, la regeneración de las rías o la modernización del sistema ferroviario. «Y lo hemos conseguido, aunque lógicamente aspiramos a más», dijo.
No obstante, advirtió a Sánchez que «el Gobierno que usted propone, no es nuestro Gobierno».