Una serie y el retorno de Cristina Fernández reavivan su caso
05 ene 2020 . Actualizado a las 10:32 h.Casi un lustro después de que el fiscal Alberto Nisman acusara a la entonces presidenta de Argentina, Cristina Fernández, de encubrir a terroristas y apareciera muerto a los cuatro días, una serie de Netflix y el regreso al poder de Fernández, ahora vicepresidenta, ponen de nuevo el caso en el ojo del huracán.
¿Nisman se suicidó o lo mataron? Este es ya uno de los tantos enigmas de la historia argentina, desde que el 18 de enero del 2015 la muerte del fiscal, de un tiro en la cabeza en su casa de Buenos Aires horas antes de su cita en el Parlamento para exponer la denuncia contra la presidenta, conmocionó a una sociedad que diez meses después dio el triunfo en las urnas al opositor Mauricio Macri, quien durante su Gobierno reclamó justicia por lo ocurrido.
Tuvieron que pasar casi dos años, hasta noviembre del 2017, para que un juez aceptara investigar el deceso como un homicidio y no como «muerte dudosa» -como estaba tipificado hasta entonces-, después de que un peritaje policial estableciera que dos personas golpearon, drogaron y asesinaron a Nisman, aunque sin determinar quiénes. Sin embargo, con la derrota de Macri en las elecciones de octubre y la llegada de Alberto Fernández al poder, con Cristina como vicepresidenta, el caso puede dar un giro por la disconformidad del nuevo Ejecutivo con ese informe de la Gendarmería, cuerpo que depende del Gobierno de turno, por lo que pedirá revisarlo.
«[Es] una pericia absurda que contradice los más elementales principios de la criminología mundial, hecha sobre un escenario montado años después de la muerte de Nisman», dijo esta semana el presidente, convencido de que hasta el momento no hay «ni una sola prueba seria» que diga que fue un homicidio.
Tras varios meses sin novedades en la investigación, lo que la mantuvo lejos de la primera línea informativa, esta semana el estreno en la plataforma Netflix de la miniserie El fiscal, la presidenta y el espía, dirigida por el cineasta Justin Webster, ha vuelto a abrir la caja de los truenos de un caso repleto de oscuros.
De enemigos a aliados
El principal foco de atención no es otro que unas declaraciones de Alberto Fernández en ese reportaje, filmadas en el 2017, antes de que se reconciliara con Cristina Fernández, con quien había estado una década enemistado tras haber renunciado en el 2008 como su jefe de Gabinete, tiempo en el que fue uno de los mayores críticos de su gestión.
«Hasta el día de hoy, dudo de que se haya suicidado», opina Fernández en la entrevista, una afirmación que creó polémica por el supuesto viraje de opinión del político en menos de tres años, algo que el jueves el mandatario justificó diciendo que en el 2017 «no existían muchas de las cosas que después fueron apareciendo».
Más allá de la nueva vida que adquiere el enigmático caso, por el momento todo apunta a que habrá que esperar para saber -si alguna vez se sabe- qué llevó al popular fiscal a suicidarse o quién le mató o le indujo a hacerlo. Y en ese caso, si el entonces Gobierno pudo tener alguna responsabilidad. «Todos saben que es un inmenso disparate», dijo la expresidenta hace poco más de dos años.