José Mota: «Me enteré por la prensa de que me habían nombrado ministra de Sanidad»

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Fernando Alvarado

Lleva más de 20 años sacándonos la sonrisa en la noche de Fin de Año. El 1 de enero estrena «La gallina Turuleca» en la que da voz al villano Armando Tramas: «Ser el malo siempre es muy divertido», dice quien asegura que los políticos de ahora son muy poco imitables

31 dic 2019 . Actualizado a las 09:02 h.

-¿Tú eras de los que de niño decías Turuleca o Turuleta?

-Turuleca, Turuleca. Los emisores de Castilla-La Mancha estaban correctos y lo decíamos «k» de «kilo» de «casa» [se ríe].

 -¿Al humor hay que echarle muchos huevos?

-Yo creo que estamos en esto como terapia propia, en realidad, el humor es el burladero de la vida donde nos parapetamos para que nos agreda menos todo. Bajo ese paraguas, estamos más seguros, más a gusto y además tenemos la suerte de que la gente premia el discurso del cómico. Por eso creo que somos afortunados.

-En Castilla-La Mancha tenéis un humor muy particular… Han salido muchos cómicos.

-Yo creo los fondos del humor son los mismo en todas partes, pero las formas difieren. Y es cierto que Castilla-La Mancha tiene una retranca, una ironía y una sequedad particular que le dan ese punto. Hay mucha gente haciendo humor: Millán Salcedo, la gente de Muchachada, Maricarmen y sus muñecos.

 - Y el propio Almodóvar.

Síii. Pedro retrata en sus películas fielmente ese costumbrismo manchego y ese paisanaje. Yo siempre he pensado que el paisaje de la Mancha, esa llanura, ha influido en el paisanaje, ha conformado un humor especial, con una sequedad e ironía que lo hacen distinto. No mejor ni peor.

 -En esta película eres Armando Tramas, el villano. ¿Es difícil ponerle voz a un personaje animado?

-En EE.UU. locutan primero sin el personaje, tienen más libertad. Aquí es al contrario, primero crean el personaje, se hace una locución paralela y cuando llega el doblador que le pone la voz, la animación ya está hecha y te tienes que ceñir al envase que te han preparado. En este caso ha sido muy divertido, porque es un malote, un villano, y los malos son divertidos. Al final me posee el personaje y conseguí sacarle la voz con esos graves que yo pocas veces visito, pero me lo requirió el director de doblaje.

 -Turuleca es una gallina que va a hacer mucha gracia, es distinta.

-Sí, porque el mensaje de la peli es «abraza lo diferente». Si eres distinto y diferente, no te asustes, ten la valentía de dar el paso y mostrarte como eres. «El mundo se aparta ante una gallina que sabe adonde va». O una persona. Hay que reafirmarse en lo que uno es y ya está.

 -¿Te ves a ti mismo cuando haces los especiales de Fin de Año?

-La emisión tiene algo especial. Después de pasarte aquí tantas horas de montaje, es una comunión social. En ese momento eres consciente de que lo está viendo mucha gente a la vez, tienes nervios todavía [se ríe], como si eso que estuviese grabado no se fuera a comportar como tú ya lo has visto antes… Pero es lo bonito también. Esa noche en mi casa hacemos lo que en todas, sintonizas una cadena y cenas y miras la tele. Cuando verdaderamente lo veo con atención es al día siguiente.

 -¡Toda la vida contigo en Fin de Año en la tele!

-¡Son veinte años ya! Cuántos personajes. Este Fin de Año para hacer el especial han venido más de 50 compañeros a colaborar y creo que el resultado es algo brutal.

 -La ministra te ha dado la enhorabuena. María Luisa Carcedo ya eres tú…

-Ja, ja, ja. Yo me enteré por la prensa de que me habían nombrado ministra de Sanidad. Mira tú, toda la vida haciendo comedia y ahora me veo en el Ministerio de Sanidad.

FUGAS

 -¿Sigues resolviendo las discusiones con tu mujer imitándola?

-Sí, claro, ella me imita a mí y yo a ella. «No sé que no se cuánto» [la imita]. Nos ponemos como dos críos, como dos idiotas.

-Cuando tanta gente después de tantos años te sigue diciendo: «Me reí muchísimo contigo». ¿Tiene que ser un subidón, no?

-Sí, es muy bonito. O que lleguen ayer los chicos de la peli Campeones y se te abracen, como el otro día. Hay cosas que vuelan muy por encima de tu trabajo. Y dices: ‘Dios mío de mi vida, merece la pena'. Hay cosas muy hermosas que a veces te cubren entero’.

 -¿Con el humor se nace o se hace?

-Yo creo que se nace con esa actitud ante la vida, el humor como arma de defensa para que no te agredan. Y luego se hace, lógicamente, si te dedicas a esto. Vas curtiendo tu trabajo, desprendiéndote de inseguridades, de miedos, vas siendo más tú. Pues sí, ambas cosas.

 -¿Tú lo heredas de tu madre o de tu padre? 

-Bueno, mi padre era una persona que abrazaba la literatura, que escribía sonetos, un maestro del soneto, una persona muy creativa. Y mi madre era una persona con un sentido común enorme. Entoces yo sí he heredado un poquito. Pero ya quisiera yo tener tanto aplomo como tenía mi madre, con una serenidad y una madurez mental extraordinaria. Mi padre era muy dado a la risa, pero en aquellos años, salvo héroes como Gila que se tiraron al barro, había poca gente valiente que se dedicase a la comedia.

 -¿Tú eres de los que sonríe cuando el corazón sangra?

-Bueno, entiendo que cada vez más. Aprende uno a restarle importancia a cosas que no la tienen, le damos mucha importancia a tonterías. Y esos brotes de conciencia que tenemos cuando ves gente pasándolo mal en el hospital te hacen ver que te quejas de gilipolleces. Hay que intentar vivir con agredecimiento. La vida es un regalo encontrándote bien. En un estado de normalidad hay que dar muchísimas gracias.

 -¿Hay algún personaje que te resulte complicado imitar?

-Yo creo que los políticos actuales tienen la llave codificada para la no imitación, a lo mejor se salva Pablo Iglesias, pero son poco imitables. Si piensas en antaño en esos políticos que eran entidades per se: Fraga, Carrillo, Adolfo Suárez, Felipe, Guerra… Ahora mismo, ya me dirás, Pablo Casado, Sánchez, Rivera son muy poco, muy poco imitables. Iglesias un poco más.

 -¿La última vez que dijiste «ir pa’ na es tontería»?

-Uf no lo sé, tendría que pensarlo…

 -¿Entonces eres de los de ir o de quedarte?

-Joder, cada vez soy más de quedarme y eso me asusta. Se me están echando los años encima, ja, ja, ja.