Sánchez promete a Torra una reunión y la camufla en una ronda con los presidentes
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Plantea una cumbre con mandatarios autonómicos como gesto de «normalización territorial»
17 dic 2019 . Actualizado a las 19:23 h.El presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, vuelve a ser un interlocutor válido para el Gobierno. Tras un par de meses en los que Pedro Sánchez se negaba a contestarle al teléfono amparado en su actitud incendiaria durante los disturbios por la sentencia del 1-O, ayer fue el propio líder del Ejecutivo el que telefoneó al dirigente catalán. Lo hizo para cumplir con una de las exigencias de ERC a cambio de favorecer su investidura en una votación en la que la postura de los secesionistas resulta determinante. Sin embargo, para tratar de maquillar este volantazo en el que pasa de no contestar al teléfono a ser él quien llame, incluyó la conversación dentro de una ronda con todos los presidentes autonómicos y con el titular de la FEMP y el alcalde de Vigo, Abel Caballero.
Como parte de ese teatro de «gestos» en el que se ha transformado la política catalana y que amenaza con contagiar al resto del país, Torra exigía ser el primero, pero Sánchez no se desvió de lo que establece el protocolo y comenzó con Urkullu, siguiendo el orden de los estatutos de autonomía más antiguos.
La conversación con Torra duró unos 15 minutos en los que, según señalan fuentes de la Moncloa cercanas a la presidencia, el diálogo transcurrió por los cauces de la «normalidad institucional». Las mismas fuentes destacan que el presidente en funciones trasladó a Torra su deseo de «reducir la tensión territorial y reanudar el diálogo». Sánchez quiere conformar un Gobierno a la mayor brevedad posible que le permita «dar estabilidad y encarar políticamente la situación en Cataluña», algo para lo que reconoció que «se necesitará tiempo».
Siempre según las fuentes gubernamentales, Sánchez le comunicó a Torra que tenía preparadas varias herramientas para intentar abordar «la crisis política», término abrazado por los socialistas para referirse al desafío secesionista desde que arrancaron sus negociaciones con Esquerra. Destacó tres. Su «compromiso de renovar la financiación autonómica», el establecimiento de «una conferencia anual con los presidentes de las comunidades autónomas en el Senado» y, como otro eje «de esta política de normalización territorial», mencionó «las reuniones bilaterales que tendrán lugar con cada uno de los presidentes autonómicos» si consigue ser investido.
Reunión en el horizonte
Dejando los enfoques a un lado, es en este último punto en donde más difieren las versiones que interesadamente se pusieron ayer a circular desde Madrid y Barcelona sobre la conversación. Sánchez solo confirma un encuentro presencial si logra sacar adelante la investidura, mientras Torra desprendió que había logrado la palabra del líder socialista de celebrar esta reunión «lo más pronto posible». De todas formas, lo que le hizo ver Sánchez ayer a Torra es que cualquier solución pasa por su investidura. Además de estos tres ejes de la reunión bilateral, la cumbre de presidentes y la reforma de la financiación autonómica, Sánchez también mencionó en la conversación la urgencia por aprobar unos Presupuestos en los que, tal y como afirmó la pasada semana desde Bruselas, se compromete a elevar las inversiones en Cataluña al menos un 18 % respecto a las últimas cuentas aprobadas.
Por su parte, Torra le dijo que la solución para poner fin al desafío secesionista era mucho más sencilla: «El ejercicio del derecho de autodeterminación y el fin de la represión, así como la libertad de los presos políticos».
Los socialistas exploran el apoyo de Bildu y de otras formaciones minoritarias
Mientras Pedro Sánchez se pasaba todo el día en la Moncloa al teléfono charlando con todos los presidentes autonómicos, la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, y el diputado por Madrid Rafael Simancas mantuvo una intensa jornada de reuniones en la Cámara Baja con otras fuerzas parlamentarias para explorar los posibles apoyos para la investidura del secretario general socialista.
La foto más polémica llegó con la reunión con el equipo negociador de Bildu. Pedro Sánchez levantó el cordón sanitario sobre los herederos de Batasuna, quienes les trasladaron sus dos reivindicaciones históricas: el derecho a la autodeterminación y el acercamiento de los presos etarras a centros penitenciarios del País Vasco. Tras una hora de reunión, ninguna de las dos formaciones compareció en rueda de prensa, pero Bildu sí difundió un comunicado en el que celebraba que el encuentro había transcurrido de manera «cordial, constructiva, respetuosa y sincera», y que significa «un paso en la buena dirección». Por su parte, Simancas aplaudió en La Sexta la «actitud constructiva, con ánimo de no obstaculizar la formación de gobierno» de EH Bildu. El sentido de su voto en la sesión de investidura dependerá en buena parte de lo que suceda con ERC, aunque condicionado a la «agenda vasca».
Lastra y Simancas fueron encadenando reuniones durante todo el día. Se sentaron con Bildu justo después de entrevistarse con Gabriel Rufián, el portavoz en el Congreso del partido que tiene la llave de la Moncloa: ERC, un encuentro que aviva el canal de diálogo que mantienen abierto socialistas y secesionistas.
Errejón pide el voto a los 16 años
Lastra y Simancas también se vieron con Errejón, líder de Más País, quien pidió que se bajase el umbral del derecho al voto a los 16 años, inversiones para luchar contra el cambio climático y facilidades para acceder a la vivienda. El diputado de Compromís, Joan Baldoví, que se mostró optimista de cara a la investidura, volvió a poner sobre la mesa la reforma del sistema de financiación autonómica.
Por la tarde fue el turno de los encuentros con JxCat y la CUP, dos formaciones independentistas catalanas que trasladaron a Lastra que votarán no a Sánchez. La interlocutora de los neoconvergentes fue Laura Borrás, y la reunión coincidió tan solo unas horas después de que trascendiese la imputación de esta por el Supremo como sospechosa de haber concedido contratos públicos a «un amigo». Para hoy quedan las citas del PSOE con Néstor Rego (BNG), PRC y Teruel Existe. Vox ha rechazado sentarse en la mesa con los socialistas.