La negociación con ERC genera vértigo y tensión entre los barones del PSOE
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García-Page y Lambán se enfrentan a Miquel Iceta y le tachan de «supremacista»
14 dic 2019 . Actualizado a las 13:37 h.La constatación de que la posible investidura de Pedro Sánchez está ya exclusivamente en las manos de la decisión de los independentistas catalanes de ERC comienza a generar vértigo en amplios sectores del PSOE. Los barones socialistas menos proclives a un acuerdo con los secesionistas presionan a Pedro Sánchez para que abra la puerta a mayorías alterativas que no dejen la gobernabilidad de España en manos de los separatistas, que implicarían un acuerdo para lograr el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PP. Los diez votos a favor del partido naranja a la investidura de Sánchez y la abstención de los populares permitirían a Sánchez gobernar en solitario sin tener que pactar siquiera un Ejecutivo de coalición con Unidas Podemos.
Entre los barones socialistas más críticos con la estrategia de negociación con ERC se encuentra el presidente de Aragón, Javier Lambán, que pidió abiertamente PP y a Ciudadanos que «asuman su responsabilidad» y hagan posible la investidura de Sánchez para que el futuro Gobierno no dependa «en modo alguno» de los secesionistas. Lambán consideró por ello «crucial» la reunión que este lunes mantendrá Sánchez con el líder del PP, Pablo Casado, y con la portavoz de Cs, Inés Arrimadas, porque el acuerdo con ERC sería una «pésima solución». Estimó por ello que populares y naranjas «prestarían un gran servicio a España haciendo «absolutamente innecesaria la concurrencia para gobernar el país de un partido que en modo alguno debe tener participación» en la gobernabilidad.
Caballero pide la abstención
En el mismo sentido se manifestó el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que aseguró que el PP es el «único partido» que tiene en sus manos hacer que los independentistas sean «absolutamente irrelevantes». «Lo puede y lo debe hacer», señaló en referencia al líder de los populares, Pablo Casado, al que recordó que en el 2016 el PSOE «propició que España tuviera Gobierno porque creía que era lo que en aquel momento tenía que hacer». También el alcalde de Vigo y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, apeló al PP, aunque en un tono más crítico. Afirmó que Pablo Casado, «tiene responsabilidad» en el hecho de que Sánchez se vea obligado a negociar su investidura con ERC e instó a los populares a abstenerse por ser una fuerza política con «responsabilidad de Estado» y a Ciudadanos a hacer lo mismo por ser un «partido constitucionalista».
Frente a la desconfianza en su propio partido, Sánchez afirmó este viernes que el diálogo sobre Cataluña debe enmarcarse en «la seguridad jurídica que emana de las leyes democráticas que tenemos». El presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, insistió sin embargo en presionar al PSOE y pidió a Sánchez que la llamada prevista para el próximo martes a las 10.30 se produzca a las ocho de la mañana, lo que permitiría que fuera el primero en ser contactado por el presidente del Gobierno, ya que la comunicación con el lendakari Íñigo Urkullu está fijada a las 10 del mismo día. «A esa hora estará reunido con su Ejecutivo y no podrá atenderle, si quiere que llame a las ocho de la mañana», afirmaron desde la Generalitat.
García-Page y Lambán se enfrentan a Miquel Iceta y le tachan de «supremacista»
El malestar de los presidentes autonómicos socialistas críticos con ERC generó este viernes un enfrentamiento abierto con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, uno de los principales muñidores del pacto con los independentistas. El líder de los socialistas catalanes consideró «inoportunas» las declaraciones de barones como el castellanomanchego García-Page o el aragonés Javier Lambán y señaló que «no parecen propias de presidentes de una comunidad autónoma». Iceta instó a los líderes territoriales de su partido a comportarse con «respeto». Estas declaraciones fueron respondidas por Lambán, que señaló que «negar el derecho a opinar a los demás, a los españoles, era algo propio de los independentistas catalanes y exclusivamente suyo». «Pero estoy viendo que el supremacismo por desgracia está haciendo estragos en Cataluña», añadió en referencia al líder del PSC. «Le quisiera recordar al compañero Iceta que sobre toda España hablamos todos los españoles y todo el PSOE. Me gustaría, ya que nos pide respeto con los independentistas, verme defendido por él ante tanto insulto y ataque que recibo yo y otros presidentes autonómicos por defender la unidad de España y la igualdad», replicó por su parte García-Page, que recordó al primer secretario del PSC que si ahora mismo no preside el Senado es porque los independentistas catalanes lo impidieron. «Yo no he llamado xenófobo a Torra, hay quien lo ha hecho, y ahí no he visto para nada protestar al compañero Iceta», concluyó García-Page.
Sánchez confirma que pretende subir el salario mínimo a mil euros
Fran Balado
El presidente del Gobierno en funciones y candidato a la investidura, Pedro Sánchez, confirmó este viernes su «vocación» de seguir incrementando el salario mínimo interprofesional (SMI) hasta «llegar al 60 % del salario medio al final de la legislatura», lo que supondría un incremento aproximado de 100 euros mensuales, pasando de los 900 actuales a una cifra muy cercana a los mil euros al mes, según las estimaciones que manejan los dos principales sindicatos del país. Podemos, su socio para montar un Gobierno de coalición, no se conforma y pide que el salario mínimo ascienda a los 1.200 euros.
Este incremento salarial responde a una de las principales medidas anunciadas por Sánchez durante la campaña, pero el dirigente socialista no ocultó su deseo de que «fuera fruto del diálogo social» entre empresarios y sindicatos de trabajadores.
Este no fue el único incremento anunciado este viernes por el líder del Ejecutivo en la rueda de prensa que ofreció en Bruselas tras haber participado en el Consejo Europeo. En medio de las negociaciones con ERC, formación independentista de la que necesita su abstención para que salga adelante su investidura, Sánchez confirmó su compromiso de aumentar las inversiones en Cataluña un 18 % respecto a los últimos Presupuestos aprobados en las Cortes. Esta subida ya fue incluida por Sánchez en el último proyecto presupuestario que llevó a la Cámara tras alcanzar un acuerdo con Podemos, pero el hemiciclo acabó tumbando su propuesta (que suponía una inversión de un 20% menos en Galicia) y abriendo una crisis política que desencadenó en la convocatoria electoral de abril. «El ánimo será cumplir con el apartado de inversiones públicas recogidas en el Estatuto de autonomía», afirmó el candidato a la investidura, en lo que supone un nuevo gesto de los que tanto reclama el independentismo como condición para allanar su camino a la presidencia.
Más «gestos» hacia ERC
Su anterior gesto lo realizó el miércoles en la Moncloa al admitir la validez de Quim Torra como interlocutor. Tras dos meses sin responderle al teléfono escudándose en su actitud incendiaria tras la sentencia del 1-O, ahora Sánchez invita al titular de la Generalitat a una reunión camuflada en una ronda con el resto de presidentes autonómicos. Pero lejos de mostrar su satisfacción, Torra exige ser el único o, al menos, recibir un trato preferencial. «Me llama la atención que quien reclama diálogo, critique el diálogo con el resto de presidentes autonómicos», lamentó.
Sánchez también reaccionó a la exigencia que hizo en La Razón el líder de ERC, Oriol Junqueras, al garantizar que si no existe una mesa de diálogo entre el Gobierno central y el Gobierno catalán, su formación votará no a la investidura del candidato socialista. «Los extremos de su entrevista son conocidos, es la posición que ha manifestado Esquerra. El diálogo ha de ser el método para resolver conflictos políticos», dijo, volviendo a abrazar este concepto para referirse al desafío secesionista, aunque garantizó que cualquier acuerdo se ceñirá a la ley.