Álvarez de Toledo defiende la Constitución en Bilbao mientras simpatizantes de Bildu le lanzan huevos

Koldo Domínguez COLPISA / BILBAO

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Javier Zorrilla | Efe

La portavoz parlamentaria sella la paz con el PP vasco entre insultos de los radicales

06 dic 2019 . Actualizado a las 19:02 h.

Había expectación ante la visita de Cayetana Alvarez de Toledo a Bilbao para participar en diversos actos de homenaje a la Constitución española. Tanto porque se trataba de su primera visita al País Vasco tras su agrio desencuentro en septiembre con el PP vasco, al que acusó de ser «tibio» y «contemporizar» con el PNV, como por el llamamiento de EH Bildu a «llenar las calles» a favor de la «república vasca» y contra la «ultraderecha más ultramontana».

Finalmente, la jornada se saldó con la 'firma de la paz' entre la portavoz popular en el Congreso y sus compañeros, y momentos de tensión e insultos que no impidieron que Alvarez de Toledo pudiera protagonizar un acto de la plataforma 'Libres e Iguales' en la plaza del Arriaga. A las 11.00 horas, la portavoz parlamentaria se vio cara a cara con la cúpula del PP vasco, que a esa hora celebraba un acto en conmemoración de la promulgación de la Constitución. Allí estaban el líder del partido, Alfonso Alonso, y otros dirigentes como Amaya Fernández, Borja Sémper, Raquel González y Antón Damborenea.

Ante ellos Alvarez de Toledo cerró filas y les ofreció su «absoluto y total apoyo» en la misión «histórica, ética y política» de ejercer de «alternativa nítida y operativa» al PNV. La política hispano-argentina, que en su día provocó un grave malestar en un partido que ha estado durante décadas en el punto de mira de ETA, elogió ayer «el martirio que habéis sufrido» en defensa de la Constitución en Euskadi y «vuestro infinito heroísmo». Todo ello «nos obliga», dijo, a defender el «legado» de las víctimas del terrorismo y proteger el marco constitucional en el País Vasco.

Sus palabras fueron bien recibidas por los asistentes, que valoraron la aparente «sintonía» que mantienen en el mensaje. «Nos ha sonado bien», confesaron a este periódico fuentes de la dirección regional.

La casualidad quiso que el acto del PP vasco se celebrara en un hotel a escasos metros del Sagrado Corazón, desde donde al mediodía partía la manifestación de EH Bildu. Alvarez de Toledo abandonó el establecimiento sin ningún problema, no así su llegada al Arriaga para el acto de 'Libres e Iguales'. Allí fue recibida con el lanzamiento de dos huevos -que no llegaron a impactar en ninguno de los asistentes- y esporádicos gritos de «fascista».

La plaza estaba literalmente blindada por la Ertzaintza, que estableció un riguroso cordón de seguridad. Dentro, alrededor de 200 personas siguieron sin contratiempos las intervenciones de la dirigente popular, así como de Rosa Díez, Arcadi Espada y Fernando Savater. Los asistentes al acto lanzaron vivas a España, al Rey y a la Constitución, pertrechados con banderas españolas e ikurriñas.

PSE, «lubricante» del PNV

Como ya había hecho en el acto de su partido, la portavoz popular, una de las personas de la máxima confianza de Pablo Casado, alertó en tono grave y solemne de los riesgos del futuro Gobierno de Pedro Sánchez si finalmente logra desbloquear la investidura con el apoyo de Esquerra Republicana. «Nunca nos había pasado estar celebrando la Constitución a las puertas de un Gobierno de sedición. Nunca», enfatizó Alvarez de Toledo. «Quien tiene las llaves del Gobierno es un delincuente, una persona condenada a trece años por sedición y malversación», añadió en referencia a Oriol Junqueras. Incluso llegó a asegurar que el PSOE «se ha pasado al otro lado» y «la izquierda ha muerto» en España. «Pedro Sánchez es el enterrador de la izquierda», lamentó.

También cargó contra el PSE, a quien acusó de ser «lubricante» del PNV en su operación para «borrar España» de Euskadi. Frente a ello, aseguró, estará el PP como «dique de contención». «No habrá autodeterminación ni Estatuto de pureza de sangre con vascos de primera y de cuarta, y será gracias a los constitucionalistas, no al PSE», argumentó. Una vez finalizó el acto, al que también asistió Alfonso Alonso, volvieron a repetirse los insultos -«basura, fascista, perra»- y se vivieron momentos de tensión que no desembocaron en incidentes.