Los conservadores alemanes acuerdan mantener el veto a la extrema derecha

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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HANNIBAL HANSCHKE | Reuters

En su congreso anual, la CDU respalda la línea centrista de AKK, la delfina de Merkel

24 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La cuestión de quién optará a la cancillería alemana en las próximas elecciones generales del 2021 no estaba sobre la mesa. Sin embargo, el millonario Friedrich Merz logró finalmente imponerla durante el congreso anual de los conservadores germanos, que concluyó ayer en la ciudad de Leipzig, situada en el este del país. La intención del empresario de 64 años era cambiar las reglas del juego para que, en lugar de que sean las cúpulas de la CDU y la CSU las que elijan por consenso a su candidato o candidata, como es habitual, esa decisión se someta a votación entre las bases del partido.

Con ello, Merz pretendía obtener ventaja frente a Annegret Kramp-Karrenbauer, la jefa de la CDU. No obstante, la jugada le salió mal. Salvo las juventudes cristianodemócratas -que al igual que Merz apuestan por virar a la derecha- la mayoría de los delegados conservadores votaron a favor de mantener el actual sistema para designar a su futuro candidato a la cancillería.

Un resultado que supone un espaldarazo a la conocida como AKK, a quien Angela Merkel cedió la presidencia de su formación hace un año. Pero además, con esta decisión, el partido abraza la línea centrista que encarna la delfina de la canciller alemana , y se aleja así de la senda más derechista.

También lo hizo el líder de la CSU bávara, formación hermana de la CDU. Pese a la sangría de votos que sufre el bloque conservador de manos de los ultras de AfD, que han sabido capitalizar mejor que nadie el rechazo hacia la llegada de inmigrantes al país, Markus Söder llamó a sus filas a distanciarse de los que consideró «incendiarios» e «incitadores al odio». «Son nuestro enemigo. La ultraderecha no es un partido conservador. Los conservadores no incitamos al odio, no dividimos a nuestra sociedad», afirmó.

El jefe de la CSU defendió el cordón sanitario que han impuesto los partidos alemanes a AfD, la tercera fuerza del país. Es más, desde el año 2018 existe una resolución por la que la CDU descarta a los ultraderechistas como socios de Gobierno tanto a escala federal como regional. Sin embargo, a raíz de los éxitos que ha obtenido recientemente AfD en varios länder del este de Alemania, en las filas conservadoras han empezado a surgir voces que estarían dispuestas a abrirse al diálogo. «En vez de buscar acercamientos hay que combatirlos con decisión», les respondió ayer Söder. 

Ovación extraordinaria

El líder bávaro, que acudía como invitado al congreso de su formación hermana, como es tradición, fue recibido con una ovación extraordinaria por parte del millar de delegados reunidos en Leipzig. Algo que muchos interpretaron como un síntoma claro de que Söder, mucho más carismático que AKK y con una agenda que incluye temas más interesantes para la juventud alemana de hoy, tales como el cambio climático, se ha convertido en una amenaza real para la jefa de la CDU, pues podría terminar desbancándola y quedarse como el candidato conjunto del bloque conservador.

Por el momento, la insípida delfina de Merkel ha superado un escollo. Ahora falta esperar al año que viene, cuando las cúpulas de la CDU y la CSU deberán elegir a quien les representará de cara a las elecciones del 2021 en lugar de Merkel, que dejará entonces el poder. Entretanto, lo importante para los conservadores alemanes es intentar recuperar los votos que han perdido por culpa de AfD y de Los Verdes. Pero el calendario podría verse precipitado si el próximo fin de semana el SPD se decanta por una nueva presidencia que prefiere romper la gran coalición de Gobierno.