La Asamblea de la ONU finaliza con un acuerdo de mínimos sobre la crisis climática sin EE.UU., China e India
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El papel de los líderes europeos ha sido secundario y el otro punto caliente, Venezuela, ha sido objeto de una cumbre paralela montada por Trump con varios líderes latinoamericanos
28 sep 2019 . Actualizado a las 21:16 h.Nueva York volverá dentro de unas horas a la normalidad. Este domingo finalizan los debates de alto nivel de la 74ª sesión de la Asamblea General de la ONU. El ejército de políticos, diplomáticos y traductores se marchan y con ellos las barreras que cortan las principales avenidas de Manhattan.
Detrás de ellos dejan la paciencia de los neoyorquinos al límite, un compromiso contra la crisis climática sin los grandes contaminantes EE.UU., China y la India, y un despliegue de diferencias en torno a la crisis de Venezuela, el conflicto entre Washington y Teherán, y la guerra comercial que amenaza al mundo con una nueva recesión.
No han bastado las llamadas del secretario general de la ONU, António Guterres, a alcanzar acuerdos entre los más de 150 jefes de Estado reunidos para la ocasión. Al margen de los discursos oficiales frente al mármol verde de la sala de la Asamblea General, los líderes mundiales han organizado toda clase de reuniones paralelas para presionar en favor de sus intereses propios.
El protagonista, de nuevo, Donald Trump. La apertura del proceso de impeachment contra él por los demócratas no ha impedido que utilice la cumbre para desplegar su doctrina ultranacionalista, reforzada por el estreno de su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro.
A pesar de su disposición a reunirse con su homologo iraní, Hassan Rohani, con la mediación el presidente francés, Emmanuel Macron, el encuentro no se ha producido. El líder iraní ha dejado claro que no hablará con Trump hasta que no levante las sanciones y vuelva al Acuerdo Nuclear del 2015, que abandonó en el 2018.
La Asamblea de la ONU echa el cierre con el mantenimiento de la tensión entre los dos países, tras los ataques a dos refinerías de Arabia Saudí. Washington y Riad han buscado la implicación de la comunidad internacional. Lo único que han conseguido es que Francia, Alemania y Reino Unido se sumen a acusar al régimen de Teherán de la ofensiva contra las petroleras, reivindicada por los hutíes del Yemen. Un movimiento que complica más las cosas. Irán, avisa, así será más difícil cumplir el pacto nuclear.
El papel de los líderes europeos ha sido secundario. La reapertura del Parlamento británico obligó al primer ministro británico, Boris Johnson, a volver de urgencia al Reino Unido, lo que frustró las conversaciones entre ellos sobre el Brexit. Sí se ha visto con Trump.
El otro punto caliente, Venezuela, ha sido objeto de una cumbre paralela montada por Trump con varios líderes latinoamericanos y la oposición de Juan Guaidó, para unirse contra Maduro, quien le ha acusado de «chantaje» mientras se reunían en Moscú con Vladimir Putin. Bruselas ha anunciado nuevas medidas contra siete funcionarios de Maduro.
Trump y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, han firmado el único acuerdo comercial de la cumbre. Lo que no se esperaban los líderes mundiales es que la adolescente sueca Greta Thunberg les robara el protagonismo. «¿Cómo os atrevéis?». Es el único mensaje que ha dado la vuelta al mundo.