El «premier» evalúa con sus socios del DUP las implicaciones de la salvaguarda de la frontera irlandesa
11 sep 2019 . Actualizado a las 08:25 h.Boris Johnson no tuvo tiempo para lamerse las heridas por las tres derrotas que sufrió el lunes en el Parlamento británico, durante la última sesión antes de suspender sus sesiones durante cinco semanas por decisión del primer ministro. Ayer el mandatario pasó buena parte del día reunido con ministros, asesores y con sus aliados parlamentarios de Irlanda del Norte estudiando las opciones para evitar tener que solicitar a la Unión Europea una tercera prórroga para ejecutar el brexit.
La prensa aseguraba que el premier evalúa las implicaciones de aceptar que la salvaguarda norirlandesa (backstop) se limite a esa región, algo que su antecesora en el cargo, Theresa May, rechazó por considerar que atentaba contra la integridad territorial del Reino Unido, al establecer unas condiciones para el comercio y el flujo de personas distinto para esa parte del país.
El asunto habría sido tratado por Johnson durante la cita que mantuvo con la líder del Partido Unionista Democrático (DUP, por sus siglas en inglés), Arlene Foster, quien a su salida del 10 de Downing Street calificó de «muy bueno» el encuentro, pero mantuvo su rechazo a cualquier tipo de salvaguarda. «Esta gente está hablando de romper el Reino Unido y ningún primer ministro considerará eso», señaló.
Minutos antes un portavoz del Gobierno también negó que el asunto estuviera sobre la mesa. «No estamos buscando una salvaguarda solo para Irlanda del Norte», dijo el funcionario. Desde la UE señalan que esta sería la única opción Así lo dejó claro el candidato a eurocomisario de Comercio, el irlandés Phil Hogan, quien dijo que en Londres estaban reconsiderando posturas ante la falta de alternativas.
Gente habla
Johnson ha tenido que hacer frente de nuevo a las críticas por suspender las actividades del Parlamento, pese a la gravedad de la crisis y al hecho de ver como en los últimos días perdía la mayoría en el Legislativo y se aprobaba una ley que veta su deseo de un brexit «sea como sea», sino también como la noche del lunes salía adelante una moción que le obliga a publicar los informes sobre los preparativos para el divorcio sin acuerdo y como su petición de elecciones anticipadas era rechazada por segunda vez.
El premier niega que la maniobra fuera antidemocrática. Sin embargo, la mayoría de los británicos tienen otra visión. El 44 % creen que la decisión de cerrar la Cámara de los Comunes es «inaceptable», según un sondeo publicado por de The Independent.
Otra encuesta, esta de YouGov, revela que el 50 % de los británicos creen que Johnson debe cumplir la ley aprobada por el Parlamento y de no conseguir un acuerdo para el 19 de octubre entonces solicitar una nueva prórroga a Bruselas, frente un 28 % que creen que debería saltarse la norma.
Cuando se le pregunta a los votantes tories, los resultados son radicalmente opuestos. El 50 % cree que Boris Johnson debería violar la ley y sacar al país del club comunitario el 31 de octubre sea como sea, frente al 34 % que creen que debería cumplir la ley, lo cual revela la gravedad de la fractura provocada en el Reino Unido.