La presidenta madrileña lidiará con la oposición y con los miembros de Cs de su Ejecutivo
22 ago 2019 . Actualizado a las 20:41 h.La Comunidad de Madrid cuenta con nueva presidenta tras la toma de posesión protagonizada ayer por Isabel Díaz Ayuso en la Real Casa de Correos. En menos de cinco años pasó de ocuparse de las cuentas en las redes sociales de Pecas, el perro de Esperanza Aguirre, a ocupar el trono de Sol, uno de los más poderosos de toda la política española.
Sus más inmediatos antecesores, entre los que destacan Cristina Cifuentes, la propia Aguirre, Ignacio González o Alberto Ruiz-Gallardón, no salieron muy bien parados tras su paso por el kilómetro cero de España, sin embargo, el PP siempre ha logrado defender la presidencia en la Comunidad de Madrid, que junto con Galicia representa uno de los grandes bastiones incluso en sus horas más bajas.
Precisamente su defensa en las pasadas elecciones autonómicas fue lo que le permitió al presidente del partido, Pablo Casado, salvar su cabeza, ya que la pérdida de Madrid hubiese supuesto su puntilla tras los malos resultados que obtuvo apenas un mes antes, en las generales. Pero la suma de sus votos con los de Cs y Vox resultó suficiente para doblegar a la izquierda, y Casado añadió un nuevo trofeo a su vitrina, en la que hasta el momento solo lucía la conquista andaluza.
Por supuesto, el presidente de los populares no quiso perderse la toma de posesión de Díaz Ayuso, una de sus apuestas más arriesgadas a la hora de confeccionar las listas electorales, y sorprendió cuando al mediodía apareció en la Puerta del Sol con barba de poco más de una semana, el tiempo que han durado sus primeras vacaciones en algo más de un año. Casado, que volvió a insistir con la necesidad de que el PP, Cs y Vox exploren una nueva alianza electoral en caso de que se repitan las elecciones generales en noviembre, salió en defensa de Ayuso para protegerla de las críticas de la oposición a raíz del préstamo que la entidad pública Avalmadrid concedió a su padre hace unos años, supuestamente en condiciones muy ventajosas. Casado subrayó su «honestidad» y lamentó los «muy injustos» ataques que tanto ella como su familia habían tenido que soportar en los últimos días.
Libertad y bajada de impuestos
Como no podía ser de otra manera, unas de las primeras palabras del discurso de este lunes de Díaz Ayuso fueron hacia él: «Gracias a ti, al trabajo de un gran equipo y a la decisión en las urnas de los madrileños, tras haber encontrado el consenso con partidos distintos, nos encontramos con la obligación de hacer las cosas bien», dijo mientras miraba a su mentor. La nueva presidenta, que lució un vestido rojo a juego con la corbata de Casado, se comprometió a seguir haciendo de Madrid el «motor económico de España» gobernando desde «la transparencia en gestión, eficacia y austeridad en el gasto del dinero público». Según viene defendiendo durante los últimos días, y tal y como repitió en su alocución, su proyecto se basará «en la libertad, la bajada de impuestos y la eficacia en los servicios públicos».
Además de la oposición externa, que estará liderada por el socialista Gabilondo y el candidato de Más Madrid y cofundador de Podemos, Íñigo Errejón, buena parte de su éxito dependerá de cómo consiga lidiar con Cs, con los que gobernará en coalición a pesar de la encarnizada disputa que mantiene con el PP por liderar el centroderecha. A mayores, para aprobar las votaciones en la Asamblea necesitará contar con el apoyo de los diputados de Vox. Su portavoz en la Cámara autonómica, Rocío Monasterio, avanzó que se mantendrán «vigilantes» para que el nuevo Gobierno cumpla con los compromisos adquiridos con su formación, sin la cual a Ayuso no le hubiese sido posible sacar adelante la votación de investidura.